Elevando la discusión:
Elevando la discusión: Relatos inesperadosSon los tiempos de lo inesperado, del “nadie lo vio venir”, como titula esta semana su columna Soledad Alvear. Por acá, nadie previó el 18-O, y en Israel, nadie vio venir el 7-0. Y para qué decir, la rápida caída del régimen de Basher al Assad, menos de dos semanas después de que la guerra civil en ese país se reactivara. Como decía Adam Roberts, el editor digital de The Economist, “algunos días traen noticias, otros, historia”. Y eso eslo que sucedió el domingo pasado con el colapso de másde 50 años de régimen assadista. La ironía es que hace 13 años, cuando estalló la guerra, todos decían que Assad tenía los días contados. Pero resistió más de una década. Y cuando nadielo vio venir, sederrumbó. Son tiempos extraños, algo confusos.
Como recordaba Paul Krugman en su columna de despedida de The New York Times, dejamos atrás hace tiempo la época del optimismo -que reinaba por allá por fines de los 90, cuando comenzó a escribiry entramos en la era del resentimiento. “Colapsó la confianza en las élites y el público ya no cree que las personas que dirigen las cosas sepan lo que están haciendo”, dice. Y a la luz de lo que plantea Max Colodro, al menos por acá, razones para la incredulidad existen.
Porque “cuando nadie paga por las consecuencias de sus actos”, dice, “el incentivo a hacer las cosas de manera seria y prolija no existe”. Éllo señala en relación al espectáculo de la ley corta de isapres, pero el punto vale para todo. Es el Estado el que está en crisis, según Óscar Guillermo Garretón.
No sólo por “los bochornos y las ineptitudes que cunden en el Ejecutivo”, sino también por las “banalidades” del “Legislativo” y la “escasa capacidad del Poder Judicial para hacerse confiable a la población”. Y eso, sin contar con la “permisología”, las “burocracias indolentes” y la “corrupción”. Pero, dice Garretón, “no creo inevitable resignarse a un Estado así”, aunque se necesita, eso sí, “reconstruir la cultura de dignidad del servicio público”. Según él, “el mayor desafío de la modernización estatal no essu digitalización, sino la solvencia eimpecabilidad de los seres humanos que le dan vida”. Será que ya no hay “grandeza auténtica”, como apunta Alfredo Jocelyn-Holt, esa que ofrece muestras extraordinarias de “carácter, fuerza moral, excelencia artística y humanidad superior”. O tal vezes todo culpa de que “Chile perdió el acuerdo mayoritario que tuvo sobre el proyecto de sociedad que queríamosser”, como escribe Gonzalo Cordero.
Seauna u otra cosa -o incluso las dos-, para Hernán Larraín, el mayor problema actual radica en que “estamos atrapados por formas diversas de grupos ideológicos eintegristas que apuntan en la misma dirección”, aunque de manera irreconciliable, por-“¿ Qué lleva aeso?”, se pregunta.
Según él, que se hizo costumbre que cada vez que un grupo de presión obtiene suficiente fuerza (... ), la respuesta es la creación de un ministerio”. Y lo que subyacees si eso “no será un sucedáneo para evitar entregar más recursos”. “Oropel en vez de oro”. Una dosis de armony]l. Pero volviendo a Siria, para la revista Foreign Policy, la caída del régimen de Assad es equivalente al derrumbe del Muro de Berlín en 1989.
Sea asío no, lo cierto es que los últimos sucesos en la zona han levantado más de una interrogante, y algunas repercuten por estos lados, porque ¿ si el colapso del régimen fue en parte posible porque sus aliados, como Rusia e Irán, lo dejaron caer, no podría ello adelantar otras caídas? Lo sugiere Benjamín Salas al preguntarse si se acerca el fin de Maduro.
Es verdad, dice, que “la situación de Siria y Venezuela es muy diferente, pero la caída de Assad nos recuerda que las dictaduras dependen del oxígeno que le proporcionan sus aliados”. Queda por ver cuánto le seguirán entregando a Caracas.
Pero más allá de los reordenamientos políticos en el mapa mundial, para Moisés Naím el mayor desafío que enfrenta el mundo hoy es “la antipolítica”, un “fenómeno mundial”, dice, “parecido a una pandemia política”. “Figuras antisistema se han hecho con el poder en Argentina, Colombia, El Salvador y México” y “el etnonacionalismo ha socavado las instituciones democráticas en Israel, India y Turquía”. Sin contar con el regreso de frente a eso, Trump en EE.UU.
Y apunta, “la respuesta no es abandonar la democracia, sino actualizarla”. “El descontento”, según él, “no se va a acabar, pero síse puede canalizar para generar una manera más efectiva de gobernar”. Son derivados de ese fin del poder del que el propio Naím alertó.
Y si en el mundo los problemas transitan entre el aumento de la antipolítica y los temores a un conflicto global, por acá seguimos entrampados en los problemas de siempre, conuna reforma previsional que sigue pendiente y las viejas tensiones políticas de cara a un año electoral.
Tensiones que, como dice Camilo Feres, parecen resumirse en la disputa en la derecha y que “habla menos de la posibilidad de una reforma previsional que del clima electoral que dominará la escena durante buena parte del año que viene”. Todo mientras olvidamos, como apunta Carlos Peña, “el gran problema pendiente de la sociedad chilena”, el sistema escolar, ese que los datos de la prueba TIMSS vino a recordar. que para ambos termina siendo “una renuncia inaceptable llegar a acuerdos que no sean la expresión plena de mi pensamiento”. Es el fin de la política y el triunfo de la intransigencia.
El (esqorudeni dve loas )cos asnegar que las grandes mayorías hayan dado en las últimas elecciones la señal de una demanda de mesura y prudenla vezlos sondeos muestran cia”, peroa que “la adhesión a la democracia es baja y Bukele es la figura internacional más valorada”. No parece que la moderación implique “una mayor valoración de la política” ni de lo que ella “tenga para ofrecer”. Más bien, dice, parece “otra forma de cansancio”. Y si las soluciones no llegan, al final, “las respuestas se buscarán en otros lados”. Y si de soluciones se trata, la del cambio del sistema político sigue ahí, pendiente.
Y si bien para Ascanio Cavallo la propuesta presentada hace algunos días por un grupo transversal de senadores “es valiente (... ), por atreverse a plantear una reforma que todo el mundo considera necesaria, excepto los que deberían hacerla”, a la vez, no lo es tanto, “porque es una propuesta incompleta”. Tiene vacíos.
“El primero es la restricción alos pactos electorales”, dice, y el segundo, “el del financiamiento”. Para Cavallo, “el único sentido de una reforma al sistema político es reponer alos partidos en el centro de la democracia chilena”. Es decir, “una reforma que va contra la moda y metiaJoseph Campbell, autor de esa fascinante reflexión sobre los mitos que tituló El héroe de las mil caras, decía que “la vida es como llegar tarde al cine y tratar de entender de qué trata la película sin andar molestando a todo el mundo con un montón de preguntas”. El problema es que en el último tiempo pareciera que cuando uno está a punto deentender el asunto, todo cambia. Antes, por ejemplo, Italia era el símbolo de la inestabilidad en Europa -y objeto de cierta burla de sus vecinos.
Hoy, sin embargo, con crisis políticas en Francia y Alemania y un gobierno “franAÑ kenstein” en España -como Ago llaman hoy a esas coaliciones la tendencia mundial”. Quizá por eso es “tan extremadamente difícil”. Y hablando de modas -aunque algunos dirán que calificarlo de moda es superficial-, la de crear ministerios se ha vuelto más bien un hábito. “A grandes problemas, grandes ministerios”, titula Cristóbal Osorio su columna de esta semana.
Con el de Seguridad -que es verdad, nadie puede decir quenoes un gran problema por estos díasya van 25. improbables-, Giorgia Meloni se ha de convertido en un símbolo de estabilidad europea, como decía por estos días un artículo en The New York Times. Son los cambios de estos tiempos. La era de lo inesperado. Una época donde a veces parece difícil leer a la ciudadanía, como apunta Josefina Araos al reflexionar sobre la supuesta moderación del electorado. Según ella, prima más la contradicción.
“No se trata”, dice, “deasbaSuscríbase al newsletter de Opinión, Elevando la discusión, los debates que marcaron la semana, para conocer los temas que fijaron agenda y las columnas de la semana. latercera. comPor Juan Paulo Iglesias. Los debates que marcaron la semana