Elevando la discusión: los debates que marcaron la semana
Elevando la discusión: los debates que marcaron la semana Si de palabrasse trata, las cosas no se ven muy bien. Eso al menos sugieren las elegidas este año como los términos de 2024. Es una antigua tradición del mundo anglosajón, una que la Universidad de Oxford honra cada año como portaestandarte de este viejo rito. En esta ocasión, se optó por "brain rot", algo así como deterioro cerebral.
Y si bien es verdad que no es una sino dos palabras, vale igual -al final las reglas las ponen ellos-. The Economist, que hace algunos años también sesumóal baile, eligió esta vez "kakistocracia", queesel gobierno de los peores. Así que en eso estamos, entre mentes deterioradas y malos gobiernos. Nada estimulante. Pero más allá de los vocablos, que algunos dirán valen para los anglosajones, no para nosotros, por acá tenemos otros problemas.
Y si de palabras se tratara quizá la del año o la de estos años estaría entre reforma y contrarreforma -sin descartar "realidad" y "aprendizaje", que no pierden vigencia-. Pero más allá de ello, volviendo a las reformas, la de la política volvió alruedo -aunquea veces se parecea la dela educación, todos saben que es importante, pero nadie hace nada para mejorarla-. Y si para Javier Sajuria, la última propuesta conocida la semana pasada "carece de un diagnóstico certero y no va en la dirección correcta", para otros como Sebastián Soto es un paso valioso "para sanar las enfermedades del sistema político". Según el primero, "más queen la dirección correcta", los cambios favorecen a "quienes buscan mantener un sistema poco representativo", porque al concentrase en eliminar por secretaría a un número de partidos chicos para "hacerse cargo de la fragmentación política", seolvidan derevisar las razones del fenómeno. Mientras que para Soto, si bien es cierto que se necesitan otras reformas y se debe "fortalecer el sistema de partidos", ello no debiera "impedir apoyar una propuesta" que va bien encaminada. El rechazo, según él, quizá se explica por la división de las fuerzas políticas.
Por un lado están las "con vocación de gobernabilidad" y, porel otro, las con "vocación de oposición". Pero opiniones más, opiniones menos, según Cristián Valdivieso, el primer paso antes de cualquier reforma política pasa por el cambio del sistema electoral.
Un punto que también sugiere Marisol Peña, Solo así, asegura Valdivieso, se desincentivará "la proliferación de las ya más de 25 *pymes políticas" que el sistema actual ha permitido florecer". Y se podrá impedir, además, un nuevo ciclo polarizador. Sea así o no, para Claudia Sarmiento, el asunto es aún más sencillo. Pasa simplemente porque cada uno cumpla su rol.
Nada de reformas sofisticadas ni cambios de las reglas del jueticadas ni cambios de las reglas del jueticadas ni cambios de las reglas del jueticadas ni cambios de las reglas del jueticadas ni cambios de las reglas del jueElevando la discusión: Por Juan Paulo Iglesias los debates que marcaron la semana los debates que marcaron la semana los debates que marcaron la semana go.
Simplemente que todos hagan lo que tienen que hacer. * ¿ Cuánto de lo que identificamos como crisis política", apuna, "se debe a problemas de la configuración jurídica de las instituciones y cuanto al conocimiento del rol que cada uno debe jugar?". Vale la pregunta. Sobre medios y mensajes Y si de roles se trata, el de los encargados de comunicaciones del gobierno han estado en entre dicho en estos días. No importa tanto lo que se dice sino cómo se dice. Y, para Carlos Correa, también es relevante el por qué y el cuándo.
Y si de la información sobre la denuncia contra el presidente se trata, "la falta de respuestas claras. a estas últimas preguntas", a dice, "abre demasiadasdudas". Y son "un verdaderoincentivo a teorías de la conspiración". Según él, el momento elegido para dar a conocer el tema, por ejemplo, no podía ser peor: era el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Mal timing, dirán algunos. Y algo también de falta de "aprendizaje", según Max Colodro.
Porque según él, luego de que "el manejo político y comunicacional" en el caso Monsalve fuera "un ejemplo de manual de todo loqueungobierno no debe hacer en una situación como esa", la denuncia contra el presidente daba tiempo suficiente para eladente daba tiempo suficiente para eladente daba tiempo suficiente para eladente daba tiempo suficiente para eladente daba tiempo suficiente para eladente daba tiempo suficiente para elaborar "un diseño político y comunicacional a la altura de las circunstancias". Peronose hizo nada. Y ahí, dice, las culpas son compartidas. Al final, "son el propio Gabriel Boric y sus equipos quienes hoy no están cuidando la autoridad presidencial". Quizá confían que "cerca del 30% los apoya hagan lo que hagan", plantea Colodro. Habrá que ver.
Peroside cuidar la autoridad presidencial se trata, para Cristián Valenzuela, el primer problema radica en la "absoluta falta de transparencia y compromisocon la verdad de La Moneda". Porque, según él, en su "ya legendaria conferencia de prensa el Presidente dijo que no iba aesconder nada". Pero, según Valenzuela, el mandatario mentía entonces "en forma descarada, porque cargaba sobre sus hombros no sólo la responsabilidad por sus errores en el caso Monsalve, sino que una mochila mucho más pesada en su conciencia, por la existencia de la denuncia en su contra". Un asunto deinconsistencia, dirán algunos o de simple complejidad de la vida. Al final, nada es sencillo. Como tampoco lo es eso del "amiga, yo te creo" que ha vuelto a relevar contradicciones en el oficialismo.
Y como dice Patricio Fernández, si en el Frente Amplio "no están aprendiendo al rebotarles (el tema) en la cara no sé cómo podrían hacerlo". Pero si de aprendizajes y lecturas de la realidad se trata, las culpas no solo recaen en el oficialismo, según Pablo Ortúzar, porque como mostraron las pasadas elecciones también en la derecha se están cosechando "algunos de los frutos amargos del antioctubrismo: la rabia, el deseo de venganza y las ganas reivindideseo de venganza y las ganas reivindicar algo así como el "malismo' frente al *buenismo". Por ello, apunta, "la advertencia para Matthei et al. es clara, el antioctubrismo hoy genera casi tantos anticuerpos como el octubrismo". Y de cara al año electoral que se viene, dice, la derecha debe hallar el tono correcto.
La ley de las cosas La vida no es un guion de Hollywood -aunque a veces, dirán algunos, se parece y los temas muchas veces vuelven a reaparecer como si de una de esas muñecas porfiadas se tratara. Ahí está la guerra civil en Siria que de golpe se reactivó o la crisis en Georgia que parece reproducir los pasos de las protestas ucranianas de 2014. Y para qué decir el regreso de Trump a la Casa Blanca. En tiempos cambiantes como los actuales las cosas no avanzan en forma lineal y hay que saber asumir la realidad.
Como apunta Óscar Contardo, "los hechos no van a desaparecer por más que evitemos hablar de ellos". Y si bien él lo dice en referencia a la postura de la derecha ante los sucesos de los últimos años, vale para todo. La terquedad no ayuda. Y si de terquedad se trata, la que parece no amainar es la de la economía que no logra repuntar.
Aunque en este caso, según Hernán Cheyre, la terquedad es más del mundo político y de su falta de "genuino compromiso por alterar el rumbo (de las cosas) proponiendo y adoptando medidas que verdaderamente muevan la aguja". "Urge un nuevo remezón para salir del pantano", dice.
Y según él, existe "una visión común en cuanto a que la raíz del problema radica en el estancamiento de la productividad". Falta dice, citando a Joseph Schumpeter, "un proceso de destrucción creativa", que pasa primero por una reforma laboral. "Para hacer tortillas hay que romper huevos", como apunta Rolf Lúders. ¿Un asunto de voluntad? Pero si la economía preocupa, la seguridad aún más.
Y por eso, en la semana que se aprobó el tramitado Ministerio de Seguridad Pública, para Paula Walker ese hecho "es sin duda un triunfo para el gobierno, pero también para el país", cuyas fuerzas políticas comprendieron, dice, que "hay acuerdos nacionales que están por sobre las peleas contingentes". Algo no menor de cara alas próximas elecciones que, según Walker, deberían estar atravesadas por "acuerdos nacionales en temas clave donde estamos llegando tarde" como "la educación para un mundo que cambia a una velocidad que no conocíamos, una salud pública que tiene a tres millones de personas en listas de espera" y "una reforma de pensiones". Habrá que ver, dice, "si hay lucidez para lograrlo".. - - -