Autor: RAúL PERRY, GERENTE DE PROGRAMAS DE FUNDACIóN SAN CARLOS
Columnas de Opinión: Parentalidad desafiada
Columnas de Opinión: Parentalidad desafiada Si les hubieran preguntado a quienes me conocieron cuando yo tenía 25 si iba a estar involucrado en un deporte o pasatiempo, de aquellos que rebosan de adrenalina, estoy seguro que nadie habría dicho que sí. Dado quien yo era cuando joven, el motociclismo, el parapente o las montañas rusas habrían quedado completamente descartadas como hobbies. Hoy tengo 52 años y día a día enfrento uno de los pasatiempos más riesgosos y estresantes que existen: tengo una familia.
En el Día internacional de la Familia debemos reconocer que hacer familia en la actualidad implica desafíos muy diferentes a los que enfrentaron nuestros padres, no solo por las inmensas amenazas que representan el narcotráfico o el acceso irrestricto al mundo digital, sino también porque vivimos en un mundo de muchísimas más alternativas: formar una familia no es el único camino.
Vivimos un mundo que por sus complejidades ha desafiado a quienes se atreven a hacer familia de una manera que nos ha dejado sin respuestas. ¿Cómo ponemos límites, en un mundo que no tiene límites? ¿ Cómo orientamos a nuestros niños y niñas en su proceso a ser adultos a una edad mucho más temprana que la que vivió nuestra generación? ¿ Cómo podemos pedirles a nuestros hijos que saquen su cabeza de las pantallas, cuando a nosotros nos cuesta tanto hacerlo? Parece ser que, si queremos una vida emocionante, es más simple y barato comprarse una moto.
Como Fundación San Carlos de Maipo, en el proceso de proteger el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes (NNAs) hemos entendido que este trabajo no puede hacerse fuera del marco de la familia, no solo por los propios NNAs, sino también por el increíble impacto que genera una armonía familiar en los propios padres, madres y cuidadores. En los últimos 15 años la fundación ha identificado que existen intervenciones de carácter preventivo que pueden romper esa famosa máxima de que nadie se le enseña como ser padres.
Esa es la gran noticia: en el mundo de hoy, desafiado como no había estado antes, también contamos con herramientas que no teníamos antes, y podemos adquirir algunas que no solo dejen atrás la angustia, sino que también permitan maravillarse de la aventura de ser familia. La familia puede transformarse en un factor protector para la salud mental de los cuidadores, cuando se incorporan herramientas de parentalidad que están disponibles. La familia está en crisis. La familia puede salir de esa crisis.
Resolver la crisis de la familia no solo es un tema personal, es también una política pública, porque el aumento de la violencia en las escuelas, de las interacciones violentas entre los adultos, de la presencia del consumo de sustancias, de la delincuencia, de la crisis de salud mental de los jóvenes, están directamente relacionadas, y así lo dice la evidencia internacional, a una parentalidad desafiada. Ante el temor de ese fracaso, cualquiera puede sentirse cohibido de ser padre.
Si como política pública enfrentamos el desarrollo de la parentalidad, no solo nos permitirá prevenir todas estas problemáticas, sino también nos permitirá reencontrar con la felicidad de constituir una familia, y así ser un país mucho más feliz. Para quienes no tienen hijos, créanme que no hay nada que pueda superar la experiencia de cargar a uno por primera vez. No existen las palabras. Y al final, por muy bien que lo hagamos, la moto no nos sostendrá la mano en nuestro último aliento, no nos dirá “hasta pronto” y no nos dará las gracias..