PÉREZ YOMA REVELA cómo se manejó la relación con Pinochet en democracia
PÉREZ YOMA REVELA cómo se manejó la relación con Pinochet en democracia Su libro aparece en junio. Mes en que hace 54 años la VOP (de extrema izquierda) asesinó a su padre.
Mismo mes en que hace 26 años regresó por segunda vez a encabezar el Ministerio de Defensa, crear la Mesa de Diálogo y acompañar al presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle en los últimos nueve meses de su gobierno. Es Edmundo Pérez Yoma (86), hijo de Edmundo Pérez Zujovic. El exministro de Defensa y empresario, que renunció en 2021 a la DC después de toda una vida en el partido que contribuyó a fundar su padre, comenzó en 2023 a preparar “Civiles y militares. El rol de Defensa en la consolidación democrática”. La escribió para darles fundamento a las medidas políticas que se tomaron entonces.
Y porque en conversaciones con sus nietos, quienes le hacían agudas preguntas, se dio cuenta de la profunda distancia y desconocimiento que había respecto de ese período político de 1994-2000. ¿Cómo logró establecer una relación de confianza con Pinochet, que seguía siendo comandante en jefe en 1994 y a quien consideraba un dictador? ¡ Y con 24 años de diferencia! Bueno, había muy mala opinión de Pinochet y estábamos seguros de que íbamos a ganar el plebiscito con el NO en 1988. Pero igual él sacó un 44% de apoyo Le gustaría a alguien de ahora tener un 44%. Así que al final tenía una legitimidad grande entre una buena cantidad de chilenos. Explica su primera vinculación con el general: Hubo dos cosas. La primera fue venir a verme aquí a la casa, y sus primeras palabras. Me contó que a él le había tocado estar como jefe de la guarnición militar de la zona cuando asesinaron a mi papá, y no se me ocurrió que iba a partir diciéndome eso. Esa partida me dio ánimo en la reunión para empezar a decirle qué quería hacer yo con el Ministerio de Defensa, y ahí me di cuenta de que le interesaba. Es que usted quería separar el caso de los derechos humanos para la cartera de Justicia y dejar exclusivamente la Defensa Nacional para su ministerio Exactamente. Quería hacer un Ministerio de Defensa, porque si bien había una política militar, no teníamos una política de defensa. También le agradó mucho cuando le dije que no me llevaran a ver el rancho o a los jóvenes conscriptos que estaban en cama. “Quiero conocer todo el interior del Ejército, cómo funciona, sus planes de guerra”. Y a medida que yo iba hablando, él se iba entusiasmando.
Cuando se terminó la reunión, empecé a notar que había un ambiente de parte de ellos como de cambio, de colaboración. ¿Qué pasó ahí?, porque con el anterior ministro Pinochet se llevaba muy mal y acudía directamente al presidente Aylwin. Le dije que yo era el representante del gobierno, y yo era el representante del Ejército ante el gobierno. Así que nada de Ballerinos, nada de saltarse. Y también le gustó. Incluso él le enseñó los códigos internos del Ejército, según usted relata Eso fue muy valioso para mí. Yo ni siquiera hice la conscripción (el Servicio Militar) y en mi familia no es que fueran antimilicos, pero no había relación. Cuando propuso crear el Libro de la Defensa, tema que era tan secreto, ¿qué fue clave ahí para convencer a Pinochet? A mí lo que más me interesaba era el cómo se iba a hacer. Íbamos a juntar militares de todas las ramas y civiles en el Ministerio de Defensa, parlamentarios, académicos, que iban a estar trabajando durante mucho tiempo. Eso servía para que se produjeran conexiones, relaciones, amistades. Y lo que también me interesaba, que lo había aprendido en Inglaterra, era formar una comunidad de defensa. La detención de Manuel Contreras, jefe de la DINA, fue uno de los momentos más tensionantes de su período. Todo fue complejo en ese caso, incluso construir en tiempo récord la cárcel de Punta Peuco.
Usted recuerda en su libro que Ricardo Lagos como ministro de Obras Públicas se negó a firmar el decreto para construir la cárcel de Punta Peuco y que, paradójicamente, cuando fue presidente autorizó la apertura del Penal Cordillera, que usted describe como casi un country club. ¿Qué cree que le pasó a Lagos? No sé si Lagos se habrá arrepentido, no sé qué le pasó. ¡Y tuvo que llegar Piñera para sacarlos (a los militares presos) del Penal Cordillera! Su última tarea en ese período fue conseguir que Pinochet se fuera a retiro y asumiera el general Ricardo Izurieta... Pinochet iba a verme bastante seguido. En una de esas le dije: Bueno, general, ya se va acercando el tiempo de su retiro, tenemos que empezar a pensar en quién lo va a reemplazar. Me contestó “ustedes no van a poner al general Garín porque es muy cercano a mí”. Se quedó pensando un rato y siguió: “Mire, hay un general que no estuvo nunca en el gobierno, nunca. BZEÁBEPI nión porque hay algunos generales que quieren escuchar su opinión.
Ellos mismos le van a plantear”. Y entonces comenzaron a manifestar sus inquietudes; que “la dignidad militar”, que “el olvido de la obra del gobierno militar”, “que el daño a la institución”. Y a cada uno Pérez le respondía que los fallos judiciales se cumplen y que Contreras iría a prisión.
Hasta que saltó el general Eugenio Videla, en un tono exacerbado, diciendo que Contreras “es un héroe y los héroes no van a la cárcel”. Levanta la mano otra vez Videla y se larga de nuevo. Pinochet golpea fuerte la mesa y dice: “¡ Esto se acabó! El ministro ya contestó”. A la salida, nunca he visto una cantidad más grande de periodistas esperando. Me preguntan: ¿ cómo fue la reunión? “Muy bien”. ¿Cuál era el objetivo de la reunión? “La información sobre el tema de Manuel Contreras”. ¿Y cómo está todo? “Está muy bien. Estamos de acuerdo en todo lo que hay que hacer”. Y se acabó. Pérez Yoma regresó a asumir la cartera de Defensa el 22 de junio de 1999. Las asperezas políticas con Frei se habían limado pronto. Esta vez, Pérez Yoma llegaba con otra inquietud: Los detenidos desaparecidos. La compartió con Luciano Fouillioux, reconocido abogado de derechos humanos. Quedaban solo nueve meses del gobierno de Frei. Pérez quería reunir abogados de DD.HH. con familiares de detenidos desaparecidos y militares, con una autoridad de la Iglesia Católica y de otras religiones, para que discutieran acerca de los detenidos desaparecidos. “Sería inédito para la historia de la relación cívico-militar”, pensaba. Avanzaron en el plan. A Cristián Zegers, que venía a verme bien seguido cuando era director de La Segunda, le conté que estaba pensando en esto. “Es como una mesa de diálogo”, me dijo Cristián, y me preguntó si podía publicar algo de esto en el diario. Le dije que sí. Así que me fui a decirle a Frei que iba a salir una noticia, que no sabía qué diría, pero tenía que ver con una iniciativa que teníamos en el Ministerio de Defensa. Luego salió la noticia y causó revuelo total. Al día siguiente, Pérez Yoma tuvo que ir a defender su propuesta en Cerro Castillo ante el presidente, el ministro del Interior Raúl Troncoso y el secretario general de la Presidencia José Miguel Insulza. Pérez con Troncoso casi se fueron a las manos. Los paró Insulza. Dijo que había riesgos y virtudes.
Y que incluso la Mesa de Diálogo podía ayudar a descomprimir la tensión provocada por la crisis de Pinochet, que, ya fuera del Ejército y como senador vitalicio, había sido arrestado en Londres en octubre de 1998 mientras Pérez Yoma estaba en Argentina, y desde entonces el gobierno intentaba que regresara a ser juzgado en el país, lo que ocurrió en marzo de 2000. Y Pérez ahora intentaba instalar la Mesa de Diálogo. Frei le dio el vamos. Las directivas de los partidos Socialista, PPD, DC, la UDI, todos encontraban que (el plan) era una estupidez. Por suerte, porque cuando me tocó hablar con los militares, la única condición que me pusieron era que no participaran los partidos. Así que no tuve que llamar a ninguno para decirles que no podían venir.
Finalmente la Mesa de Diálogo se instaló y siguió funcionando con el gobierno entrante, de Ricardo Lagos. ¿Qué logros se autorreconoce? Todo fue un logro, porque de ahí para adelante las relaciones entre militares y civiles han sido completamente institucionales. Donde se corona el tema fue con la Mesa de Diálogo, y ya en el gobierno de Lagos con el “Nunca más” de Cheyre.
LADC “FUE UNA DECADENCIA LENTA” ¿ Por qué dejó la Democracia Cristiana? Con el tiempo me di cuenta de que la decadencia de la DC había comenzado al entrar a la Nueva Mayoría (integrada por los partidos de izquierda más la extrema izquierda), en el segundo gobierno de Bachelet. ¿Qué siente hoy al ver lo casi nada que queda del partido potente que fue? Fue una decadencia lenta, había mucho interés en mantener los puestos.
O sea, es un partido que se envejeció en el poder. ¿Por quién va a votar en las primarias? Yo, por supuesto, voy a votar por la Tohá. ¿Y si su candidata no pasa la primaria? Ahí no voto. Yo voy a ir a la primaria. Si la candidata que quiero no pasa, no votaré. n El exministro de Defensa Edmundo Pérez Yoma. TESTIMONIAL: salió del Ejército. Tuvo un problema médico que ya está completamente curado. Lo mandamos a la misión del Ejército en Washington. Conózcalo”. Pérez tenía un viaje a Washington y aprovechó de conocerlo. Le gustó. Pero quiso ponerlo a prueba. Lo trajo a Santiago como jefe del Estado Mayor de la Defensa. Era un profesional realmente destacado. Hablé con Frei. Y luego hablé con Pinochet y le dije: va a ser Izurieta. “Ya, por Dios que vamos a tener que trabajar”, me respondió. Y es que el presidente debía elegir entre las 5 primeras antigüedades e Izurieta ocupaba la número 13. “Era un batacazo retirar a ocho generales que estaban delante suyo. Eso solo era posible con la aprobación de Pinochet”. Ese año acordaron sacar a cuatro y el próximo, en 1997, saldrían los otros cuatro para hacerle el espacio a Izurieta. “Hubo un movimiento interno con el tema”, dice Pérez, aludiendo a un acto de rebeldía de un grupo de generales que después intentó bloquear la firma de los decretos que autorizaban su retiro. Ese fue el último intento militar de impedir el cambio, dice Pérez Yoma. Con Frei terminó en una relación desgastada cuando dejó Defensa. ¿Ambos estaban cansados el uno del otro? Sí.
A él lo impactó que de repente llegó alguien a contarle “parece que el Ministerio de Defensa la embarró, está pasando esto”. Y ahí es donde me llamó para preguntarme por el tema de los decretos. Se refería a los decretos que un general, con otros oficiales, había intentado rescatar antes de que se mandaran a Contraloría, y que logró impedir. El problema fue que olvidó contárselo al presidente. Cuando me llamó Frei, le respondí que yo tenía esos decretos y que se iban a cursar cuando correspondiera.
Entonces me dijo: “¿ Cuándo te vas a Buenos Aires?”. Presentó su renuncia, terminó de realizar los cambios de mando en las otras ramas y partió como embajador a Argentina. ¿Con qué impresión quedó de Pinochet? Él siempre respetó la relación jerárquica. La impresión que tengo de él es que quería salir bien, quería colaborar y en los hechos lo demostró.
Hay un episodio bien importante Y cuenta que un día, cuando el ministro Adolfo Bañados estaba a punto de dictar el cúmplase de la orden de detención de Manuel Contreras, Pinochet lo citó a una reunión con los generales en el Club Militar Lo Curro. Sus asesores le aconsejaron que no fuera; olían una encerrona. Pero Pérez tuvo una intuición distinta. Partió acompañado de su subsecretario, Jorge Burgos. Lo sentaron al medio de la testera.
Al frente estaban los generales, y Pinochet, a su lado, dijo: “Ministro, le he pedido esta reuEl golpe: “Creo que Allende estaba resignado” En su libro, usted menciona solo lateralmente a su padre, asesinado el 8 de junio de 1971 por la Vanguardia Organizada del Pueblo. ¿De qué manera lo marcó? sabía que había tres personas amenazadas; entre ellas, mi papá. Pero en la familia decidimos: aquí no vamos a estar de vengadores. Además, después expropiaron la pesquera familiar, el campo No había tiempo de andar quejándose. Pero completamente. Yo trabajaba muy cercano con mi padre. Bueno, pero el asesinato es algo tan fuerte, y llegan tantas responsabilidades que no tenías el día anterior Me había casado en 1965. Tenía que hacerme cargo de la empresa, de la familia, tenía 9 hermanos, y muchos seguían estudiando. El gobierno ¿ Cree que el golpe del 73 se pudo evitar? El golpe ya estaba. Era una realidad que la conocía el gobierno. El gobierno se había militarizado todo lo posible. El ministro del Interior era el comandante en jefe de las FF.AA.
El Partido Comunista decía “No al golpe”, el Partido Socialista encontraba que Allende era débil. ¿No pudo evitarse ni con la DC ni con el Cardenal Silva, que hicieron gestiones con Allende? Hay que mirar más a Allende. Creo que él estaba resignado. Él sabía que lo iban a botar. Y tenía pensado qué hacer.
Había decidido no irse al exilio. n “Con el tiempo me di cuenta de que la decadencia de la DC había comenzado al entrar a la Nueva Mayoría (... )”. Relata momentos álgidos del regreso a la democracia con Pinochet todavía como comandante en jefe, cómo consiguió hacer el Libro de la Defensa y formar la Mesa de Diálogo para hablar de los detenidos desaparecidos. Aquí habla de Lagos, de Frei Ruiz-Tagle, de la decadencia de la Democracia Cristiana, del asesinato de su padre y de sus intenciones de voto en las próximas elecciones. LILIAN OLIVARES EXMINISTRO DE DEFENSA DE FREI-RUIZ TAGLE LANZA LIBRO EL PRIMER ENCUENTRO CON PINOCHET. L E F