Autor: Por Dr. Gustavo Niklander. Director de Desarrollo y Postgrados Universidad Autónoma de Chile. ción superior, la brecha de oportunidades se ensanchará irremediablemente. Los 12 años de escolaridad no solo deben servir para formar buenos técnicos o profesionales; son la base cognitiva y experiencial que permite enfrentar, con madurez, el paso a la adultez. La pregunta es ineludible: ¿por qué el foco se dirige casi exclusivamente a la Educación Superior, relegando la etapa formativa de
Columnas de Opinión: ¿Segregación de la educación en Chile?
Columnas de Opinión: ¿ Segregación de la educación en Chile? O Columnación de desigualdades.
Resulta curioso que esta discusión se reavive única-mente unas semanas después delos procesos de postulación e ingreso a las universidades y que el resto delos 11 meses del año no exis-ta ni un intento, ni siquiera descontextualizado, por re-tomar este tema. Se nos olvi-da y lo dejamos pasar hasta nuevo aviso. El panorama internacional nos ofrece ejemplos reveladores. Finlandia se destaca por su apuesta decidida por una educación pública dealta calidad, basada en la autonomía formación y constante de sus docentes, lo quele ha permitido alcanzar resultados sobresalientes a nivel mundial. Canadá, por su parte, ha centrado sus esfuerzos en robustecer la infraestructura y desarrollar programas integrales que eleven los estándares de la educación pública. Mien-trastanto, Alemania haadoptado un sistema dual que, al combinar teoría ypráctica, facilita la transi-ción de los jóvenes al mundolaboral.
Si en Chile concentramos nuestras energías, debates, políticas y recursos exclusivamente en la educa-pocos días del inicio del año acadé mico-ya sea en liceos, colegios, universidades, institutosprofesionales o CFT=se desvanece, casi como un eco, aquella discusión profunda sobre el rumbo de nuestra educación.
Tras los resulta-dos de la PAES 2025, no tardamos en encontrar nuevamente comentarios que re-saltan la disparidad entre colegios particulares y públicos; sin embargo, el debala te se reduce al acceso a universidad y, apenas dos meses después, el tema se esfuma. Hoy se respira en Chile la convicción de que la “educación de calidad” se define desde la cuna. Se asume que el desarrollo de los niños, y en consecuencia su inserción en el mundo laboral ya está predestinado.
Este fenómeno, que algunos denominan “segregación educacional”, no solo se traduce en la separación física de los estudiantes según su origen socioeconómico, cultural, étnico o geográfico, sinotambién en la distribucióndesigual de recursos, calidad educativa y oportunidades.
Todo ello, inevitablemente, refuerza la reproduc-los 6 a los 18 años? ¿ Será unerror en las definiciones, una cuestión de voluntades, proyecciones equivocadas o, simplemente, la falta deuna decisión firme de edu-car de manera integral, ofreciendo a todos las mismas herramientas para partir en igualdad de condiciones? La hora de replantear nuestras es prioridades ahora. La verdadera equidad educativa exige una apuesta decidida por fortalecer las bases desde la in-fancia hasta el final de laeducación básica, para que ningún estudiante quede relegado al margen del futuro que merece. (4. O Columna