Autor: Por Sebastián Roa Echevería. Académico Pedagagía en Educación Media para Licienciados y Titulados Universidad Andrés Bello
COLUMNAS DE OPINIÓN: Violencia y estigma autista
COLUMNAS DE OPINIÓN: Violencia y estigma autista q Columna Violencia y el estigma autista estigma autista n Trehuaco, ocurrió un lamentable hecho de violencia dentro de ¡ na comunidad educativa. Una profesora resultó gravemente herida tras la agresión perpetrada por un estudiante de 14 años. Según testimonios, la condición de Trastorno del Espectro Autista explicaría, en parte, una respuesta desregulada a un comentario efectuado por la docente, que escaló hasta el lamentable hecho de violencia que pudimos conocer. Tal como en otros incidentes de agresión, donde estudiantes autistasse han vistoinvolucrados, se observa una preocupante tendenciaen los medios yenel debateen redes sociales a vincular estrechamenteesta neurodivergenciaconuna incapacidad paragestionarel conflicto yunalatentecapacidad de respuesta violenta.
Estosolo contribuye ala estigmatización de una condición que, en símisma, comprende una gran diversidad de individualidades y Como profesor y persona autista mipreocupaciónesevidente, por loquequiero entregar enestacolumnaalgo decontexto paracomprenderen profundidad esta situación y proyectar una ruta haciaelfuuro.
Paraentender cómo hemos llegado aquíes necesario comenzar por nuestro sistema educativo, el cual hasido históricamente excluyente paraamplios sectores delasociedadconuna propuesta que, porunlado, promueve lainclusión, pero por otro sigue sin entregar herramientas esenciales para construir comunidades con enfoques curriculares y de convivencia queseadapten alas necesidades de cada miembro, perpetuandola segregación dequienes noselogrenadaptaralaculturay expectativas predominantes.
Otro factorcrucial es elimpacto dela pandemia en el desarrollo infanúl, la cual obligó a mantener a nuestros niños, niñas y adolescentes más de dos años en confinamiento, sinacoeso a interaccionessociales significativas y somenessociales significativas y somePorSebastián Roa Echeverría. Académico Pedagogía en Educación Media para Licenciados y Titulados Universidad Andrés Bello. nificativamente con otros niños desuedad. Y si además conside ramos aaquellos que yaenfrentaban dificultades en la construcción de vínculos debido a condicionesneurodivergentes, comoel autismo, los efectos son aún más profundos. Enuncontextosocial donde laviolencia fisica, verbal y social se hanormalizado y propagado a través delosmediosmasivos y de una culturacon un fuertecomponente individualista; no es sorprendente que el ambiente escolarrefleje estas mismas tendencias. Nuestra infancia estárespondiendo ala violencia sistémica y estructuralconlaquesehancriado, en un espacio que no logra adaptarse a los cambios profndos que hasuftido nuestrasociedadenlosúltimosSaños. Eldebate no debe centrarse exclusivamente en cómo "tratar" con el crecientemente estigmatizado "niño TEA" en un sistema que de porsíes hostil. Debemos replanporsíes hostil. Debemos replanporsíes hostil. Debemos replantidos aniveles elevados de estrés tearnos cómo hhacambiadolamaSiaestoselesumaelpococoderivados del hacinamiento, po nera en que nuestra infancia aprende, se relaciona y percibesu entorno. Necesitamos una revidel sistema educadenuestros estudiantes y ahora tiene 14 años pasó casi el ra fomentar un ambiente deressarrollointegral deeste colectivo. 15%. desuvidasinrelacionarsesig--peto, comprensión y aprendizaje.. Columna