El costo de la gratuidad
CARTAS: El costo de la gratuidad condonar el CAE. El costo de la "gratuidad" universitaria ha sido más desigualdad y violencia. ALBERTO MORDOJOVICH S. Ingeniero civil Decadencia en educación Señor Director: Las medidas y propuestas en educación no han privilegiado precisamente este importante sector en los años recientes.
Un par de muestras: Por una parte, los supuestamente innovadores Servicios Locales de Educación Pública y el Sistema de Admisión Escolar han resultado en que en ciertas escuelas no estén las condiciones adecuadas para la enseñanza y el aprendizaje y que aún haya familias que no disponen de opciones educativas para sus niños, algo que al menos bordea la vulneración a un derecho constitucional.
Y, por otra, la propuesta de la creación de un nuevo Financiamiento de la Educación Superior en reemplazo del CAE redundaría en un claro riesgo para el financiamiento de universidades y aumentaría progresivamente la dependencia del Estado, especialmente de aquellas que realizan aportes más allá de la mera docencia de pregrado, todo lo cual ya ha sido advertido por los rectores.
Lo anterior se suma a la decadencia que se observa en nuestra educación pública, y por otro lado nuevamente se privilegia la etapa superior de estudios y no la etapa parvularia y básica, que es donde se generan las desigualdades. MOISÉS SILVA TRIVIÑO Profesor universitario Viernes Santo Señor Director: Resulta llamativo que exista polémica respecto de si el comercio debe o no abrir en Viernes Santo.
No todos los chilenos son católicos o cristianos, y no veo razón para restringir el acceso para comprar a los que no lo son y, sin duda, no implica un atropello al recogimiento y devoción para los que en esa fecha conmemoran.
Ciertamente, para estos últimos, no debiera causar impedimento en su aflicción y meditación en ese día especial que quienes quieran puedan ir a los malls o cambiar la carne por pescado, ya que su respeto y aflicción debe ser algo íntimo, plenamente personal, un real ensimismamiento.
IGNACIO CÁRDENAS SQUELLA Periodista De nuevo el retail Señor Director: El retail ya nos destruyó la celebración de la Navidad, ¿y ahora quiere también destruir la celebración de la Semana Santa? ¡ Basta! JUAN IGNACIO CAHIS Ingeniero civil ¿ Preparados para la inclusión real? Señor Director: Una reciente noticia (la agresión a una profesora en el sur) nos invita a detenernos y reflexionar, no desde la alarma ni el prejuicio, sino desde la responsabilidad colectiva. Situaciones como estas no deben ser vistas únicamente como casos aislados o excepcionales; son un reflejo de una sociedad que aún no está preparada para entender y acompañar la neurodiversidad de manera adecuada. En el contexto de la Semana de la Neurodiversidad, es fundamental recordar que las diferencias en la forma de aprender, procesar y sentir no son problemas, sino características que enriquecen nuestro entorno. Autismo, TDAH, dislexia, discalculia, dispraxia y síndrome de Tourette, entre otros, son expresiones diversas del funcionamiento cerebral.
No obstante, cuando la sociedad --y en particular las instituciones educativas, organizaciones y empresas-no cuenta con los medios ni las herramientas ni la formación necesaria, estas diferencias pueden convertirse en fuentes de conflicto, frustración y malentendidos. Este caso nos recuerda que no podemos seguir reaccionando únicamente ante la crisis. La inclusión no puede ser un discurso vacío o una política decorativa. Debe ser un compromiso real, sostenido y proactivo. No podemos construir una sociedad más justa y empática si seguimos abordando la neurodiversidad desde la reacción y el desconocimiento. La Semana de la Neurodiversidad es un llamado urgente a mirar más allá de lo evidente y transformar nuestras prácticas. Porque la diversidad nos enriquece, pero solo si aprendemos a convivir y valorar las fortalezas únicas de cada persona.
FELIPE BOTTETANO CEO Inclusión Activa Dogma de la paridad Señor Director: Junto con valorar la carta de mis colegas Florencia Álamos y Francisco Aboitiz, publicada recientemente en respuesta a "El dogma de la paridad", quisiera complementar dicha reflexión.. - - - - - - señor Director: En el año 2015, bajo el segundo gobierno de Bachelet —otro ejemplo de malas políticas públicas de esa época— se dictó la ley de gratuidad universitaria. Las manifestaciones y la presión de los líderes estudiantiles de esa época, nuestros actuales gobernantes, lograron su promulgación. Tras una década, el gasto fiscal de la gratuidad se empina a 2.000 millones de dólares por año.
En el mismo sector educacional estos recursos podrían haber favorecido a la primera infancia, no a los futuros profesionales que ya superaron con éxito la niñez. ¿Fue justa esa elección presupuestaria? En mi opinión no lo fue. Por el contrario, fue éticamente reprochable.
Esta cuantiosa cifra favorece a un grupo de 500 mil jóvenes universitarios con mejores expectativas de vida que los 200 mil niños entre O y 4 años que viven en extrema pobreza, y miles más en ese rango etario que crecen con carencias educacionales básicas. ¿Es comprensible que el fisco destine 4.000 dólares anuales por cada estudiante universitario si, al mismo tiempo, no apoya a niños de menos recursos en sus primeros años de vida? La Unesco considera que la atención y educación de la primera infancia es fundamental y constituye una de las mejores inversiones que puede realizar un país.
Un niño en riesgo social que hace diez años tenía cuatro, hoy catorce, está listo para ser reclutado como soldado del narcotráfico. ¿ Quién asume la responsabilidad de haberle fallado como Estado? Gran parte corresponde, a mi juicio, a quienes optaron por los universitarios en el 2015. Probablemente la ola de violencia juvenil que vivimos hoy habría sido mucho menor si se hubiera elegido mejor. Aun así, increíblemente, se insiste en