Autor: LUIS MUÑOZ/VICENTE TORRES
Cómo preparar a las abejas para el invierno
Cómo preparar a las abejas para el invierno y asesora apícola. Bajo este escenario, realizar manejos que apunten a mantener el bienestar de la colmena, como resguardarla de la lluvia, evitar que entre en contacto con el suelo y exponerla a la luz solar, resulta prioritario. Patricia Aldea comenta que los principales problemas que tienen las abejas melíferas en el invierno están relacionados con las condiciones de resguardo que les proporcione o no el apicultor.
“Si no se les proporciona a las abejas las mejores condiciones para facilitar su termorregulación, el control de la humedad interna, así como la alimentación, las colonias La llegada del invierno y las bajas temperatur a s p u e d e n afectar de man e r a i m p o r tante la vida y el desempeño de las abejas melíferas llevándolas incluso a la muerte y, de paso, a algunos procesos claves para la agricultura como la polinización. “En promedio, las abejas generan una temperatura al interior de las colmenas de entre 24 y 26, pudiendo mantener su actividad desde los 15.
Cuando la temperatura es menor, su salud comienza a deteriorarse de forma paulatina hasta provocar su muerte”, afirma Patricia Aldea, académica del Instituto de Investigación Interdisciplinar de la Universidad SEK LEA EL ARTÍCULO COMPLETO en www.elmercurio.com/campo se van a morir”, asegura. En ese sentido, indica que en esta época resulta prioritario hacer revisiones más cortas y espaciadas ojala cada 15 días de las colmenas y reforzar su protección.
Así recomienda que en invierno se utilicen colmenas de madera gruesa termoaislante y cubiertas con pintura a prueba de agua y libre de plomo, para reducir la capacidad de la madera de absorber humedad, dice Aldea. “Otra opción, es usar abrigos o ponchos térmicos, los cuales sirven para aislar y mantener la termorregulación de las colmenas”, plantea Emilio Cáceres, investigador apícola del INIA Rayantué.
Patricia Aldea también recomienda ubicar el apiario en un espacio donde las colmenas reciban grandes cantidades de luz solar y puedan mantener su temperatura, además de ubicarlas sobre un banco o estructuras similares, para evitar el contacto directo con el suelo, disminuyendo el riesgo de humedad y de caídas de temperatura.
La experta comenta que en los últimos años algunos apicultores vienen utilizando en invierno colmenas de poliestireno, las cuales destacan por “no absorber humedad y ser bastante termoaislantes”. Aunque agrega que esta opción podría no ser la mejor para los apicultores que proporcionan servicios de polinización, ya que entre las cargas y descargas que realizan pueden dañar y hasta romper el material.
Por estos meses también es importante preocuparse de la salud de las abejas, debido a la mayor proliferación producto del aumento de la humedad de enfermedades como la Nosemosis y la Varroosis y de hongos como los que causan la cría de tiza (Ascosphaera apis) y la cría pétrea (Aspergillus flavus). “Un cajón que esté muy horizontal facilitará la entrada de agua a la colmena, afectando la temperatura de esta, aumentando la condensación de humedad y favoreciendo la proliferación de hongos. Todo eso afecta a la fisiología de la abeja”, indica Patricia Aldea. Por lo mismo, la experta recomienda inclinar la colmena para que el agua escurra y no penetre en ella. Según Emilio Cáceres, también habría que pensar en orientar las colmenas en sentido opuesto a donde vienen las lluvias para evitar que el agua ingrese por la piquera. Otra alternativa es ubicar el apiario bajo techo. En otoño e invierno, al disminuir la disponibilidad de alimentos, lleva a que las abejas disminuyan su actividad metabólica y se agrupen en la colmena para generar calor y nutrirse de sus reservas de miel. “La mejor forma de proteger su salud y condición es dándoles de comer su propia miel”, asegura Patricia Aldea. El ideal para eso es utilizar la propia miel.
Si bien puede usarse la de otros apiarios, Mario Flores, presidente del Movimiento Nacional de Apicultores de Chile (Monachi), advierte que esto podría aumentar las posibilidades de enfermedades. n caso de no contar con miel, lo mejor será usar jarabe de azúcar o de fructuosa que operará como suplemento alimenticio.
De usar jarabe de fructosa hay que tener en cuenta que se trata de una buena fuente alimentaria, aunque sus efectos no son inmediatos, porque las abejas, para metabolizarlo, necesitan una serie de reacciones químicas.. Mantener la temperatura y evitar que la humedad afecte a la colmena, además de propiciar una buena nutrición, ayudarán a que los insectos lleguen en buenas condiciones. PENSAR EN LA NUTRICIÓN. Para proteger la colmena de las bajas temperaturas existen alternativas como la de la foto.