El favorito a ser el próximo Papa, sus puntos débiles y su complicada relación con Francisco
El favorito a ser el próximo Papa, sus puntos débiles y su complicada relación con Francisco E n los días anteriores al cónclave de 2013 el gran favorito era el cardenal italiano, Angelo Scola, arzobispo de Milán. Pero Scola, quien entró como Papa al cónclave, salió como cardenal. Y fue electo un desconocido arzobispo de Buenos Aires que eligió llamarse Francisco.
A una semana del comienzo del cónclave que deberá elegir a su sucesor, los diarios italianos coinciden en que el gran papabile es un italiano: el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, número dos de Francisco. ¿Pero, como le pasó a Scola, podría entrar Papa y salir cardenal? Parolin tiene muchos puntos a favor: se trata de un purpurado muy amable y moderado, hábil diplomático, que muchos creen que calmaría los ánimos después de un papado que a nivel interno crispó las aguas, considerado por algunos demasiado abierto, informal y disruptivo. Todos los analistas coinciden en que el cardenal de origen véneta entrará a la votación con una posición privilegiada y un buen paquete de votos. De 70 años y de estilo curial en las antípodas con su exjefe, es el candidato más conocido en medio de un colegio de cardenales electores nunca tan internacional (71 países representados), numeroso y variopinto.
Durante su mandato, Parolin --quien de niño jugaba con misas y decía que quería ser papa de grande-hizo viajes por todo el mundo y por eso es el más conocido entre cardenales electores que lamentan no haberse visto casi nunca. Por otro lado, según las normas de la Universi Dominici Gregis (la constitución apostólica del cónclave), Parolin, como es el mayor de los cardenalesobispos, será quien dirigirá el cónclave. Tanto el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re, como el vicedecano, el argentino Leonardo Sandri, en efecto, son mayores de 80 años y no pueden ingresar a la Capilla Sixtina. Además, se presenta como un candidato de continuidad, al haber sido el número dos de Francisco, al que siempre demostró lealtad; aunque muchos cuestionan esta interpretación. Secreto a voces Parolin tiene varios puntos débiles que podrían pesar más que las presiones para que, después de 47 años, vuelva a haber un Papa italiano. El último fue Juan Pablo I, que duró 33 días, en 1978, al que le siguieron luego un polaco, Juan Pablo II (19782005), un alemán, Benedicto XVI (2005-2013) y un argentino.
Además de que no tiene experiencia pastoral --solo vivió un par de años en una parroquia--, el primero de los puntos débiles es que, como ocurrió con Scola en 2013, no tienen el apoyo de los 19 cardenales italianos que votan y que están divididos entre tres candidatos: Parolin, el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bologna y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, de 69 años y en línea con Jorge Bergoglio, de la Comunidad de San Egidio; y el patriarca latino de Jerusalén, Pier Battista Pizzaballa, de 60 años e impulsado por un ala conservadora. La división de los italianos también tiene que ver con algo que los diarios italianos apenas insinúan, pero que es un secreto a voces.
Si bien Parolin fue designado por Francisco como su número dos en agosto de 2013 y lo hizo volver a Roma desde Venezuela, donde fue nuncio (embajador vaticano), muchos saben que, con los años, se fueron distanciando. "Aunque Francisco lo designó como secretario de Estado, con el paso del tiempo se dio cuenta de que ya no confiaba en él, todos lo saben", aseguró a La Nación un obispo italiano que prefirió el anonimato y que no ocultó su "terror" a que, de ser electo Parolin, pueda frenar ese "reflorecimiento de la Iglesia" que impulsó Francisco. "No puedo creer que haya diarios italianos que callen esto y que digan que Parolin es el favorito `porque fue el hombre fuerte de Bergoglio', algo que no es verdad", lamentó. Lo cierto es que el propio Papa en los últimos meses de vida se ocupó de hacer entender que Parolin no era su apuesta para el cónclave, ni su delfín.
En febrero, poco antes de ser internado en el Gemelli y pensando en su sucesión, Francisco decidió extender el mandato como decano del colegio cardenalicio a Re, de 91 años y que ya llevaba cinco ocupando ese cargo. Entonces, no dio explicación alguna sobre su decisión. Pero a nadie se le escapó que, como el decano del Colegio Cardenalicio juega un papel fundamental en la "Sede Vacante", prefirió dejárselo a Re, que por edad no puede ingresar al cónclave.
Todo el mundo recuerda que en el cónclave de 2005 posterior a la muerte de Juan Pablo II, el decano del colegio cardenalicio era Joseph Ratzinger, y que fue él, como tal, quien presidió tanto el funeral como la misa Pro Eligendo Pontifice, dos momentos que le permitieron consolidar su candidatura.
Si Francisco no hubiera renovado el mandato de Re, es muy probable que los 12 cardenales encargados de elegir al purpurado que debía ocupar ese puesto, hubieran optado por Parolin, lo que le habría dado una enorme visibilidad, disparando sus opciones como papable. Además, Francisco tampoco le dio ningún papel relevante en los actos de la pasada Semana Santa, mientras él estaba convaleciente.
Muchos recuerdan, además, que, durante su última y dura internación en el Gemelli, prefirió recibir antes a la Primera Ministra, Giorgia Meloni, que a Parolin, a quien las últimas veces siempre recibió no a solas, sino junto al sustituto, el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra. "En el sustituto sí confiaba, en Parolin, no", aseguró el mismo obispo.
El favorito a ser el próximo Papa, sus puntos débiles y su complicada relación con Francisco ROMA El secretario de Estado llega al cónclave con una posición privilegiada, pero algunos factores pueden jugarle en contra ELISABETTA PIQUÉ LA NACIÓN/ARGENTINA/GDA { PERFIL Pietro Parolin } EFE El director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, confirmó que, al final, serán 133 los cardenales electores que entrarán al cónclave, ya que hay dos que se excusaron de viajar por motivos de salud. En ese escenario, el próximo Papa necesita 89 votos (dos tercios) para ser electo. El cónclave comenzará a las 16:30 del miércoles 7 de mayo, con el ingreso de los cardenales a la Capilla Sixtina para la jura previa a la elección. Esa tarde habrá solo una votación. Antes, se celebrará la misa Pro Eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro. Los últimos dos cónclaves duraron solo dos días. n Los tiempos del cónclave. - -