Autor: María Gabriela Huidobro Salazar Doctora en Historia Decana Facultad de Educación y Ciencias Sociales, Universidad Andrés Bello
Columnas de Opinión: ¿Nada nuevo baj o el sol?
Columnas de Opinión: ¿ Nada nuevo baj o el sol? a semana pasada se conocieron los resultados de las postuL laciones universitarias. Mientras las carreras de la salud y las ingenierías fueron las más populares entre las preferencias, las pedagogías, por el contrario, siguen estando entre las menos atractivas. El Ministerio de Educación trató de ver esta situación con optimismo, indicando que el número de seleccionados en pedagogías “sólo” disminuyó un 1,7%, lo que reflejaría una situación de “estabilidad” desde el año 2023.
Cierto, peroes inevitable precisar que estamos hablando de una situación “estable dentro de su gravedad”. Si bien algunas especialidades mejoraron, la mayoría empeo! y ninguna ha logrado consolidar una tendencia sostenida al aumel el número de postulantes para Peto de interesados. Este año creció dagogía en Matemáticas y en Ciencias, pero disminuyeron las cifras para Educación Parvularia. El problema no parece tener solución a corto plazo. Mientras la carrera docente padezca de poca valoración social y se vea fragilizada por la inestabilidad y sobrecarga laboral, es difícil que esta profesión cuente con más interesados. No basta con confiar en la vocación. En 1949, Gabriela Mistral ya lo tenía claro. Aunque amaba este trabajo, reconocía que la vocación no lo era todo: “Una especie de fatalidad pesa sobre maestros y profeso-res. Escosa corriente que entren a su Escuela siendo mozos alegres y que salgan de ella ardidos de ilusiones.
Pero la ambición legítima se la vana paralizar los ascensos lentos; el gozo se lo quebrará la vida en aldeas paupérrimas adonde inicie la carrera, y la fatiga peculiar del ejercicio pedagógico, que es de los más resecadores, le irá menguando la frescura de la mente y la llama del fervor.
El sueldo. magro, las cargas de familia, el no darse casi nunca la fiesta de la música o el teatro, y sobre todo el desdén de las clases altas haciasus problemas vitales, todo esto y mucho más irá royendo sus facultades y el buen vino de la juventud se le torcerá hacia el vinagr: muy ajeno asu profesión de amor”. Seamos realistas: es comprensible que una familia no incentive asus hijos para estudiar pedagogía, pues, más allá de reconocer su profundo sentido de servicio social, ven en ella un mundo de sacrificios, así como un porvenir poco auspicioso y de muy baja rentabilidad. Sin embargo, la perspectiva parece ser distinta entre quienes optan poresta profesión como una segunda carrera u opción laboral.
A diferencia de lo que ocurre con las carreras tradicionales de pregrado, que reciben estudiantes recién egresados del sistema escolar, los programas de prosecución de estudios en pedagogía -para personas con títulos profesionales previos-, y los de formación profesional -para quienes cuentan con un título técnicohan logrado generar interés y cuentan con un creciente número de estudiantes.
Setrata de un perfil de alumnos más adultos que, por diversos motivos, llegan a estudiar pedagogía con la riqueza de las experiencias previas, con una madurez y vocación diferentes, y con la convicción de hacer una diferencia. Resultaría interesante profundizar en el análisis de estos programas y del universo de estudiantes y egresados que han optado porellos.
La educación requiere apostar también por esas “vocaciones tardías" y pensar en un sistema de promoción y regulación específica para estos programas, que logre potenciar y acoger este interés en beneficio de la mejora del sistema escolar. ¿Nada nuevo bajo el sol? Quizás sea hora de mirar con otros ojos. Es necesario fortalecer y diversificar las rutas de la formación docente, así como resguardar las posibilidades de desarrollo, crecimiento continuo y liderazgo para los profesores una vez que se inician enel sistema escolar.
En un contexto tan complejo como el actual, aprovechar todas las potencialidades constituye, más que una e una necesidad. opción, 6 6 Es necesario fortalecer y diversificar las rutas de la así como resguardar las formación docente, posibilidades de desarrollo, crecimiento continuo y liderazgo para los profesores una vez que se inician en el sistema escolar”..