Autor: Martín Bretón O. Magíster en Política Educacional
Columnas de Opinión: La peor enfermedad
Columnas de Opinión: La peor enfermedad OColumnaEx. convencido de que un gran número desereshumanos en el mundo entero, a pesar de vivir en grandes y Imodernas urbes e incluso en nuestra propia ciudad, la cual día a día aumenta su población, viven, a pesar deestarro-deados de cientos de personas, en la más dura soledad.
En másdealguna oportunidad algunos de ustedes mis amables lectores, habráleído aquella profunda, sabia y ala vez dolorosa afirmación que Santa Teresa de Calcuta señaló: “La peorenfermedad de este tiempo actual, es la dura soleda Siempre afirmo, que mientras más avanzo por el camino de la vida, me doy plena cuenta de lo muy importante que resulta contar con la compañía de personas que suman en nuestro existir, verdaderos “artistas de la vida”, que con su compañía hacen de nuestro diario vivir, una experiencia única y agradable, más aún en días difíciles para todos en este mundo. Quizás parano forjar nuestra propiasoledades conveniente, conservar el buen humor, a pesar de las vicisitudes del día adía, mantenerla serenidad ante las agresiones y losmalos momentos, los cuales nunca faltan. Dedicar también parte de nuestro tiempo a los demás y saberlos escuchar, porque no vivimos en un mundo que pertenece solamente a unos pocos o. aún peor, sólo a nosotros mismos. Para vivir en una sana convivencia, se necesita ser capaz, de no estar buscando los errores delos demás, por el contrario, quedarnos siempre con sus fortalezas. No “aplaudir” a paladines que se atreven enseratrevidos, dirigiéndose a los demás sin caridad alguna, justificándosetrasla oscura “careta” dela envidia y mediocridad, diciendo erróneamente, que ellos hablan franca y sinceramente.
Cuantas bocas amargas de odio, insatisfacción y carencias personales, se atreven a enarbolar la conocida e infausta frase:“predican, pero no practican”. Personas que tristemente no aportan nada positivo, sólo van labrando su propio camino de soledad exterior e interiormente, terminando al fin por odiarse asímismas. Soledad de multitudes, laveoa diario en oficinas, escuelas, instituciones, etcétera.
Lo más importante en nuestra vida, no son los grandes títulosni riquezas materiales, sino que contar con los demás, con manos amigas, con buenos consejos, con palabras de consuelo, con el sanador cariño humano y con actitudes de acogida. Quienes vivimos en este mundo, debemos aprender a convivir con todos, a ser tolerantes, pero no permisivos, aser pacientes, pero no indignos, aser humildes, pero no humillados, aser francos, pero nunca crueles e insensatos. Aunque parezcarepetitivo, no nos cuesta nada, dar una palabra de aliento donde encontremos sufrimiento o desesperanza. Debemossin duda alguna, contribuir para que todas las personas vivan en dignidad, sin miedos yen paz. Para no quedarnos solos en medio de la multitud, es necesario respetar y respetarnos, quien no se encuentra con los demás, dificilmente se encontrará consigo mismo. Siempre es recomendable un gesto amable, un saber guardarsilencio bondadoso, no cómplice, ante situaciones involuntariamente equivocadas de los demás.
Una mirada compasiva para todo aquel que sabemos lleva un sufrimiento en silencio, en fin, se podría llenar hojas con sugerencias, pero esano esla idea, lo importante es serempáticos y no quedarnos solos; esa decisión siempre dependerá de cada uno. Esta maravillosa época de vacaciones, será ideal para ejercitamos en mejorar cada día nuestra importante convivencia a todo nivel..