Autor: NATALIA ARÁNGUIZ B. MSc in Development Finance.
COLUMNA DE OPINIÓN: LOS DOS ENVIDIOSOS (ESOPO, SIGLO VIA. C.)
LOS DOS ENVIDIOSOS (ESOPO, SIGLO VIA. C. ) Análisis Las cifras recientes de desempleo revelan un panorama crítico: el trimestre móvil marzomayo de 2025 registra un 8% de desempleo masculino y un 10,1% femenino. La calidad del empleo también preocupa, con un 62,2% de ocupados cotizando. Este descenso es relevante, pues la Comisión para la Medición de la Pobreza (Larrañaga et al., 2025) propone incorporar la ausencia de seguridad social como carencia esencial para una vida digna.
El Ministerio del Trabajo no ha cumplido su fin de generar empleo de calidad (RE N 260). Tampoco el Ministerio de la Mujer ha satisfecho su mandato implícito de empoderamiento femenino (Ley 20.820 ), entendido como autonomía y plena participación de la mujer en la sociedad, incluyendo el empoderamiento económico (Mayoux, 2000). Con un desempleo femenino de dos dígitos y una participación laboral femenina en Chile inferior a la del Congo, Perú y Bolivia, el cumplimiento de este mandato es claramente deficiente. A Dios gracias, la labor de todas las entidades no es uniforme. El Ministerio de Economía impulsó una tímida pero interesante reforma para reactivar el crecimiento. La Ley de Permisos Sectoriales para Inversión busca simplificar y agilizar la tramitación, reduciendo tiempos y modernizando procesos. Un esfuerzo palpable por dinamizar la estancada economía chilena y, consecuentemente, el empleo. Sin embargo, la esencia genuina, por más que se disfrace, siempre se revela. Los diputados oficialistas, compañeros del Presidente y de los ministros Grau y Marcel, sintieron que debían impugnar tamaño desatino.
Supongo que bajo la lógica de que si el Ministerio del Trabajo no facilita la generación de empleo y el de la Mujer no empodera a las mujeres, entonces sería una insensatez que el Ministerio de Economía hiciese algo por hacer crecer la economía.
Al ver este bochornoso acto, es imposible no recordar la fábula de Esopo “Los dos envidiosos”. En ella, a dos hombres, uno envidioso y otro avaro, una deidad ofrece un deseo con la condición de que el segundo reciba el doble de lo pedido por el primero. El avaro se niega a pedir por temor a que el otro reciba más. El envidioso, para asegurar que el otro sufra más, pide que le arranquen un ojo. Así, su rival pierde ambos. Y en medio de estos dos compañeros está el ministro Grau. Con todo, hay algo bastante interesante en esta situación, y es que esa naturaleza celosa, que detesta el crecimiento económico y la creación de empleo, emergió precisamente cuando la moda es ocultar la verdadera esencia..