Entre Cumpeo y Buenas Peras
Entre Cumpeo y Buenas Peras C o n d o r i t o siempre me dejó perplejo. A veces era avispado y de respuesta inteligente. Luego, en la página siguiente, aparecía pánfilo como él solo.
Le doy un ejemplo. ¿Sabe por qué el personaje "Coné" se llama así? La historieta cuenta que, en el bautizo del sobrino, el cura le preguntó a Condorito "¿ Cómo se llamará el niño?". Condorito responde "Ugenio". Y el sacerdote consulta: "Con E será pues, hijo". Condorito: "Bueno, padrecito, como usted quiera... " y así nació "ConÉ". Todo, gracias a dos despistados que llegaron a un acuerdo.
Hoy invito a reflexionar sobre una pregunta difícil: ¿ Qué caracteriza las grandes metidas de pata que tienen a Chile sumergido en la trampa del ingreso medio por más de una década? Al menos se identifican dos fenómenos. Primero, que cambios estructurales han sido justificados vía consensos que han desatendido alertas técnicas. Segundo, que incluso luego de reconocer la embarrada, ha sido imposible corregir el rumbo. Sí, todo digno de un consejo de don Chuma: Si no quieres reconocer el error, no corrijas. Quizás por eso Pelotillehue estaba detenido en el tiempo. Los ejemplos de esta estrategia de subdesarrollo sobran. Cambios en el sistema político y electoral, reformas laborales y tributarias, todas tienen esas similitudes y todas explican el estancamiento económico presente. Pero, probablemente, el peor caso es el de la crisis educativa, pues esta explica el estancamiento que viene. Reparemos en ella. Parados en el 2010, ¿era necesario mejorar nuestro sistema educativo? Por supuesto. ¿Improvisando y desmantelando? Solo con el nivel de perso de Pepe Cortisona.
Desde el ranking de notas hasta la gratuidad de la educación superior, pasando por la magia del efecto par (se usó para dar fin a la selección por mérito) y los poderes milagrosos del mecanismo centralizado de admisión escolar (que no disminuyó la segregación), todo fue hábilmente envasado como parte de un consenso técnico e impulsado desde la política, que hizo caso omiso a los cuestionamientos. Los resultados están a la vista.
Digno de un ¡ Plop! Y la agenda en vez de detenerse, avanza (lea el proyecto de financiamiento para la educación superior). ¿Por qué no hacer pausa? Dicen que es temprano para evaluar el impacto de los cambios, pues las generaciones afectadas aún no salen del liceo.
Como si familias y jóvenes viviesen inmóviles en una historieta, entre Cumpeo y Buenas Peras, sin anticipar ni ajustarse al desastre. ¡Exijo una explicación! Se especula que el genio de Pepo, creador de Condorito, lo llevó a imaginar Pelotillehue a semejanza de su ciudad natal (Concepción), algún pueblo rural del sur o derechamente el Santiago de los 50. Pasan los años y sus historietas siguen contingentes. Piense en la última década. Se deberían masticar bien las cosas antes de meter las patas permanentemente. Pobre Eugenio. Si no hubiese sido por la flojera o desidia del tío que, sin pensarlo dos veces, buscó un acuerdo rápido con el sacerdote, ese hubiese sido su nombre.
C O L U M N A D E O P I N I Ó N Entre Cumpeo y Buenas Peras ¿ Qué caracteriza las grandes metidas de pata que tienen a Chile estancado? Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog Por Sergio Urzúa.