EDITORIAL: Energía en jaque
EDITORIAL: Energía en jaque El masivo corte de energía eléctrica que afectó en la tarde de este martes a gran parte de Chile deja en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad de la infraestructura crítica del país y la necesidad de reforzar los sistemas de respaldo.
La falla en la línea de transmisión de 500 kV en la zona del Norte Chico desencadenó un apagón que abarcó el norte, centro y sur del territorio, impactand() impactand() a millones de personas y poniendo en jaque actividades esenciales. Para comprender lo ocurrido, hay que imaginar el sistema eléctrico nacional como una gran autopista energética. Las líneas de transmisión actúan como las principales vías por donde fluye la electricidad a lo largo del país. Cuando una de ellas sufre una falla, la energía debe red irigirsc por otras rutas. Sin embargo, si la capacidad de estas rutas no es suficiente, se gencra una sobrecarga que puede terminar terminar colapsando el sistema. Eso es lo que se vivió en la jornada de ayer: una falla puntual que desató un efecto dominó de proporciones. En opinión de los expertos, Chile cuenta con un sistema eléctrico de clase mundial, más estable y eficiente que el de los países vecinos. Sin embargo, su robustez no lo hace infalible. La falla de este martes puede estar vinculada a múltiples factores: un problema en un transformador, un desperfecto en la línea o la avería de un aislador. Identificar con precisión la causa es el punto de partida para evitar futuras interrupciones y, sobre todo, para optimizar los protocolos de respuesta ante emerCARTAS gencias similares. Las fallas eléctricas son inevitables en cualquier país, pero lo que sí puede minimizarsc es su impacto. impacto. Para ello, es esencial fortalecer los sistemas de respaldo local, especialmente en infraestructuras críticas como hospitales, plantas tratadoras de agua y centros de telecomunicaciones. Dichas instalaciones instalaciones deben contar con autonomía suficiente para operar sin depender de una red interconectada en caso de fallos generalizados. A pesar de la magnitud del apagón, un aspecto destacable es cómo ha reaccionado el país en materia materia de comunicaciones. Chile ha aprendido de sus desastres naturales, como terremotos y tsunamis, lo que ha llevado a una mayor preparación en términos de continuidad operativa. Sin embargo, la seguridad energética sigue siendo una deuda pendiente. Los avances en almacenamiento de energía, generación distribuida y sistemas de monitoreo en tiempo real ofrecen herramientas para reducir el riesgo de colapsos como el de hoy. Pero estas medidas requieren inversión y planificación estratégica. estratégica. No basta con reaccionar ante la emergencia; es imperativo actuar antes de que el sistema falle. Este apagón sin duda que es un llamado de atención. atención. En buena medida, el desarrollo económico y social dc Chile depende de la estabilidad de su red eléctrica. No podemos resignarnos a que fallas de esta magnitud se repitan sin que se tomen medidas concretas. La energía es el motor del país y su suministro suministro seguro debe ser una prioridad ineludible. Energía en jaque.