Cómo preparar las colmenas para una primavera cálida
Cómo preparar las colmenas para una primavera cálida L as proyecciones climáticas auguran, tal como en años pasados, una primavera más cálida de lo normal --con potenciales episodios de olas de calor--, lo que podría afectar a las abejas y, como consecuencia, la polinización. "La colonia de abejas, en su interior, permanece a una temperatura promedio de 35-36 C, por lo que rangos superiores a esa temperatura podrían ser perjudiciales, provocando una hipertermia o estrés térmico. Hay estudios que indican que una temperatura superior a 44 C dentro de la colmena podría ser perjudicial, al dañar irreversiblemente a las crías, pudiendo llevarlas a la muerte.
Eventualmente también se pueden producir daños físicos a la estructura de la colmena, como, por ejemplo, el derretimiento de cera, que lleve a la salida de miel, la cual, al escurrir, puede ahogar a las crías y a las abejas más jóvenes", asegura Nolberto Arismendi, investigador del Centro Austral Biotech de la Universidad Santo Tomás.
De igual forma, la aceleración de los procesos fisiológicos y fenológicos de las plantas a causa del calor podría acortar la etapa de floración y acelerar el proceso de formación del fruto (relacionado con los grados días acumulados), reduciendo la disponibilidad de néctar y polen, dos componentes esenciales para la sobrevivencia de las abejas. "Naturalmente ocurre que las abejas se alimentan del néctar de las flores, que es la recompensa que sacan al visitar la flor durante el proceso de polinización. Sin embargo, en un contexto de una primavera cálida, con temperaturas máximas altas, parte del néctar de las flores podría evaporarse, ya que este tiene una parte importante de agua. Esto a su vez desincentivará a la abeja a visitar las plantas, afectando el proceso de polinización", explica Patricia Aldea, docente e investigadora de la Universidad SEK.
Lo anterior podría verse empeorado en el caso de que se produzcan lluvias primaverales constantes, las cuales son muy peligrosas para las abejas. "En primavera las abejas se dedican a un proceso natural de crecimiento poblacional y división (producción de enjambres) debido al alto flujo de néctar y polen. No obstante, cuando se registran días prolongados de lluvias, pueden ocurrir muertes de colonias debido a la falta de alimento.
En proceso de crecimiento poblacional, las colonias demandan una gran cantidad de alimento, pero si las condiciones climáticas (lluvias) no permiten que las abejas realicen vuelos de pecoreo, estas se consumirán las cortas reservas y morirán de hambre", afirma Nolberto Arismendi. EL TRABAJO DEL APICULTOR En ese sentido, los expertos recalcan la importancia de que los apicultores tomen medidas que propicien el bienestar y la salud de las colmenas durante esta época. La idea, dicen, es fortalecer los planteles, de modo que cuando se requieran para ser usados en la polinización de los campos, las abejas se encuentren sanas y fuertes.
Según Patricia Aldea, a diferencia de lo que pasaba en décadas pasadas, cuando había primaveras mucho más húmedas y, por ende, se producían más enfermedades por hongos, hoy no tiene sentido sobreexponer las colmenas al sol durante todo el día. Muerte de abejas y mal funcionamiento de las colmenas son algunos de los riesgos latentes. Ante esto, los expertos recomiendan realizar manejos que ayuden al bienestar de las colonias, tanto en los predios de los apicultores como en los campos donde se presten servicios de polinización. LUIS MUÑOZ G. Las abejas requieren diversidad de flores para una dieta balanceada y así no desnutrirse.
Cómo preparar las colmenas para una primavera cálida. "Hoy se recomienda ubicar las colmenas en lugares como puede ser a orillas de un camino con álamos a los costados, donde en los momentos de más calor del día llegue algo de sombra. De esta forma evitamos que las abejas sufran de estrés térmico", señala. Una forma de ayudar a este objetivo es generar sombra a través de la utilización de mallas raschel. El calor que afecta a las abejas también se puede enfrentar construyendo cajones con materiales más amigables. "Los cajones más antiguos tienen una entretapa de madera y un techo de lata galvanizada. Esto para invierno está perfecto, pero para el verano no sirve, ya que se transforma en un horno", indica Patricia Aldea. Por lo mismo, los expertos recomiendan que los techos de los cajones sean de madera o de un material más termoestable, como puede ser el plumavit de alta densidad o las telas térmicas.
Asimismo, es importante que los apiarios cuenten con buenas y cercanas fuentes de agua --elemento que además de ser usado en funciones metabólicas del insecto termorregula y permite mantener la humedad de la colonia en períodos críticos de estrés térmico--, con el fin de evitar que las abejas deban recorrer varios kilómetros para conseguir el recurso, generando un desgaste físico y una caída en las reservas de alimentos. En ese sentido, los expertos dicen que lo ideal es que se instalen herramientas como bebederos --no grandes superficies que lleven a que las abejas se ahoguen-en un radio de 200-300 metros.
Los expertos también recomiendan favorecer la buena ventilación de las colmenas, sobre todo durante las olas de calor. "Ojalá se cuente con piso sanitario ventilado, una piquera (entrada) amplia que facilite la entrada de aire y ventile la colmena, pero también facilite la evacuación de abejas en períodos de alta temperatura y facilite la entrada de abejas recolectoras de agua para que la suministren a la colmena y se produzca el fenómeno de refrigeración dentro de la colonia vía evaporación", explica Nolberto Arismendi.
De igual forma, hay que estar atentos a que las colmenas cuenten con reservas de alimentos, pues todo el proceso de enfriado de la colmena implica un alto gasto de energía y aumento en el consumo de alimento. "Esto es súper importante ya que hace alrededor de 10 años que vengo viendo en Chile que en primavera-verano hay una alta tasa de mortalidad de abejas a causa de hambre", señala Patricia Aldea.
Por su parte, Ximena Araneda, vicedecana, investigadora y docente de la Facultad de Recursos Naturales de la Universidad Católica de Temuco, resalta la importancia de que los apicultores cuenten con cortinas cortafuego en sus predios, de modo de proteger las colmenas de potenciales incendios forestales. "En los últimos años se han perdido miles de colonias a causa de esto, lo que no puede seguir ocurriendo. Hay que poner cortinas cortafuego", dice.
Los expertos también recalcan la necesidad de que los productores o los encargados de los campos que reciben servicios de polinización colaboren en los cuidados de las colmenas y abejas. "La relación entre los productores y los apicultores debe ser fluida, ya que a ambas partes les interesa que el proceso de polinización salga bien", asegura Ximena Araneda (ver recomendaciones en el recuadro). EL APOYO EN EL CAMPO Ximena Aguilera recomienda erradicar prácticas como, por ejemplo, impedirle el paso al predio al apicultor durante el tiempo que dura el servicio. "Hay que facilitarles el acceso al campo a los apicultores para realizarles manejos a las colmenas, ya sean sanitarios o de otro tipo, sobre todo si se requieren entregas de suplementación alimenticia", afirma. Hay que tener en cuenta que, al haber una sola especie en los huertos, las abejas están expuestas a una situación nutricional que se aleja de lo ideal. "Ellas requieren distintas especies. Si no existen, las abejas requerirán suplementos de parte del apicultor para realizar su labor", explica Patricia Aldea.
De hecho, los productores pueden contribuir a mejorar esta situación estableciendo corredores o parches de plantas, los cuales generan una fuente de alimento en períodos de escasez para las abejas y a la vez promueven la presencia de enemigos naturales para el control de plagas. LEA EL ARTÍCULO COMPLETO en www.elmercurio.com/campo ESPECIAL APICULTURA Cómo preparar las colmenas para una primavera cálida.