COLUMNAS DE OPINIÓN: Las conversaciones de Monsalve
COLUMNAS DE OPINIÓN: Las conversaciones de Monsalve constitucional SS sreprochableen símismo que elexsubsecretario Monsalve haya mante¿ nido conversaciones con un sitio de citas y eventualmente contratado escorts? Preguntas como esa se han planteado dece'naso centenas de veces, cada vez que una autoridad essorprendida en una actitud que contraría las convenciones sexuales. Perosial ejecutar esa conductamientras fue autoridadno cometió delito alguno ¿ qué motivo habría para condenarlo o para considerar que esas conversaciones lo acreditan como un depredadoro psicópata? Evidentemente ninguna. Sino hay delito, ese intercambio que, hemos de suponer, mantuvo Monsalve constituye una cuestión jurídicamente lícita que, de noser por la investigación de sus chats se habría mantenido oculta sin que nadie se enterara.
O, si se prefiere, esas conversaciones o intercambios pueden convertirlo retroactivamenteen un malsubsecretario arguyendo que debía controlar elcomercio sexual ilícito en vez de consumirlo (y en tal caso no solo él sería el malo, sino también quien sin investigarlo lo eligió); pero es del todo irrelevante para la única cuestión deinterés público que hoy debe despertar la atención: sicometió ono violación. El derecho penal de una sociedad liberal castiga conductas o actos; pero no personalidades ni trayectorias vitales, ni deseos ocultos.
El derecho penal dela personalidad es propio de gobiernos o estados iliberales que se sienten con derecho aregimentar nosololas conductasexternas delas personas, sino también sus deseos y sus pensamientos íntimos, y llegado el caso a revisar toda su trayectoria vital en busca de delitos, como sien vez de constituir unacto deinfracción de la ley, el delito consistiera en apartarse de un modelo de conducta al quese esti'ma virtuoso o especialmente cívico.
El peligro quetienela revisión pormenorizada de las conversaciones privadas o los chats de una persona-en este caso Monsalve-es quese haceninferenciasa partir de esas conversaciones para establecer indicios dedelitos o para confirmar sospechas de que, sihizo esetipo de cosas, si el depechas de que, sihizo esetipo de cosas, si el deseolollevó a visitar sitios de citas o a contratar escorts, entonces se insinúa no puede ser sino. un agresorsexualo un violador. Pero ¿ noseadvierteadónde puede llevar todo esto? Una delasideas más famosas de Kant quese enseña en las escuelas de derecho, esla distinciónentre el derecho yla moral. Tanto el derechocomolamoral, enseñaKant, demandan una cierta conducta, disponen que hacerestou omitirlo otros debido u obligatorio. Por ejemplo, tantoel derecho comola moralordenannomataraotro ¿ Cuál esla diferencia entre ambos entoncessies que pueden ordenar lo mismo? La diferenciaradica en que para cumplir laregla de derecho bastacon ejecutarlo queellaordenasin importarel motivo delaobediencia. Pedro puede querer matar a Juana; perosia pesar de desearlo ardientementenolo hace solo porquetemeel castigo, entonces incluso asícumpliólaley, obedecióel derecho, esun ciudadano correcto. El derecho penal de una sociedad liberal castiga conductas o actos; pero no personalidades, ni trayectorias vitales, ni deseos ocultos, ni preferencias sexuales consentidas. Para cumplirla regla moral, en cambio, serequiere quese ejecute lo que ella ordena por un específico motivo: el deber. Solo actúa moral"mente entonces quien ejecuta lo quelareglaordenaporque cree que essu deber hacerlo; actúa legalmente en cambio quien cumplela regla, aunque en su interior habite un motivo que la contradice.
Así entonces de lo que se trata en el caso Monsalve -alo único que puedeser expuestoes auna investigación para dilucidar si cometió el delito de violación; pero lo queno debe hacerse es hurgar en su intimidad y en su deseo para sostener que, sitenía esos deseos, llamabaa una escort, intercambiaba mensajes y se citaba con ella, entonces no pudo sino actuar como un violador. tuar como un violador..