Cómo ocultar la cicatriz que queda después de hacerse la cirugía de la guatita de delantal
Cómo ocultar la cicatriz que queda después de hacerse la cirugía de la guatita de delantal "No se puede hacer una abdominoplastía sin dejar marca", advierte cirujano plástico Cómo ocultar la cicatriz que queda después de hacerse la cirugía de la guatita de delantal VVILHEM KRAUSE VVILHEM KRAUSE s la sonrisa tras la cirugía.
La abE somrapiasta la cirugía anti-guatita de delantal, está bien de moda gracias a su acceso con el Bono PAD, pero hay algo a lo que hay que ponerle ojo: sí o sí deja una cicatriz que puede ser bien larga.
Así lo advierte el doctor Stefan Danilla, cirujano plástico certificado y cofundador de Clínica Áurea. "Esta cirugía consiste en retirar piel entre el ombligo y el pubis, y como hay que cerrar esa zona, queda una cicatriz larga, baja y permanente", explica. Además, casi siempre incluye la reparación de los músculos del abdomen, lo que se conoce como aplicatura. Pese a la cicatriz, el impacto positivo en la calidad de vida es significativo. "Está documentado que mejora la autoestima, la imagen corporal y la vida íntima", indica.
Pero advierte: la cicatriz es inevitable, y quienes consideren esta cirugía deben asumirlo desde el inicio. "No se puede hacer una abdominoplastía sin dejar marca". Oculta, pero ahí Eduardo Oyarse, cirujano plástico de Clínica Alemana, dice que la cicatriz de la abdominoplastía rara vez disuade, pero sí posterga la decisión. "Al principio, hay un no rotundo. Pero con el tiempo, muchas pacientes terminan aceptándose en función del resultado estético", explica. La cicatriz queda baja, oculta por la ropa interior o el bikini.
Explica que la cirugía está indicada para retirar el exceso de piel bajo el ombligo, lo que comúnmente se conoce como el "rollito" que sobra tras embarazos o bajas de peso. "Si la piel sobrante va de cadera a cadera, la cicatriz también lo hará. Es como una cesárea ampliada", señala Oyarse. Cuando se realiza sin tensión, con buen material y técnica, la línea puede quedar muy fina. Aun así, no desaparece. "En cirugía plástica podemos hacer mucho para que la cicatriz quede bien: suturas delicadas, bordes bien afrontados, evitar infecciones. Pero sigue siendo una cicatriz. Idealmente, que casi no se note, pero no se puede hacer invisible". Hasta un año La cicatrización, dice, comienza en pabellón pero puede extenderse hasta por un año.
En ese tiempo, la cicatriz pasa por varias fases: cambia de color, textura, y no se recomienda intervenirla --ni siquiera con tatuajeshasta que esté madura. "Después de ese proceso, si hay pigmentación, relieve o asimetría, se puede tratar. Incluso rehacer", concluye. Maquillando De láser a tatuajes florales, estas son las opciones que están usando muchas mujeres para disimular.
Meri Pérez Reyes, madre de tres hijos y creadora de contenido para adultos, se realizó una abdominoplastía para eliminar la pequeña guatita que le quedó tras las cesáreas. "No era tanto, pero me molestaba al ponerme un jeans o un vestido. Quería que el abdomen se viera plano", recuerda. Aunque se cuidó estrictamente durante el postoperatorio, el resultado no fue el que esperaba. "Después costó que cerraran bien los drenajes y tuvieron que volver a coserme. Ahí la cicatriz quedó mal, y eso me afectó mucho". Desde entonces, ha tenido que recurrir al maquillaje para disimularla. "Uso corrector, tapa bastante, pero igual se nota. No me gusta". Lo que más le decepcionó fue compararlo con sus cesáreas previas. "Tenía una línea muy delgada, blanca, casi invisible. Pensé que esto sería igual o mejor.
Pero no fue así, y me cuidé al máximo". Ahora considera hacerse un tatuaje. "No soy fan de los tatuajes, pero estoy evaluando uno, quizás una flor pequeña, algo que se vea bonito y que me permita tapar la cicatriz". Aunque no se arrepiente completamente de la cirugía, admite que no quedó conforme. "Quería verme mejor, y al final me siento más acomplejada que antes". Flores tatuadas El tatuador Ricardo Nautilus ha trabajado con decenas de mujeres que buscan cubrir la cicatriz de una abdominoplastía. "Lo primero que hago es ver qué tipo de cicatriz tiene. La mayoría llega con cicatrices gruesas, oscuras, moradas. Son feas a la vista, por eso optan por el tatuaje", explica. Cuando la piel está el tatuaje", explica. Cuando la piel está muy dañada, adapta el diseño. "No puedo hacer muchos detalles sobre la cicatriz porque es una piel muy delgada.
Uso flores con buen sombreado o colores bien saturados, y los detalles los trabajo por fuera". Muchas clientas piden que el diseño siga el tamaño exacto de la cicatriz, otras aprovechan de cubrir también estrías y bajan hasta la pierna.
Las flores, asegura, son lo más versátil: permiten cubrir según el movimiento del cuerpo. "Algunas me piden una flor específica por alguien que quieren recordar; otras, cualquier flor, menos una rosa". Más grande Kate Jenn se hizo una abdominoplastía hace dos años y medio, motivada por la incomodidad que sentía con la flacidez abdominal que le quedó tras tener hijos. "Nunca tuve guatita delantal, pero sí ese exceso de piel que no se ¡ ba, aunque bajara de peso o fuera al gimnasio". En ese momento, había dejado su trabajo como profesora para comenzar a crear contenido en plataformas digitales, lo que la llevó a preocuparse aún más por su imagen. "No quería seguir escondiéndome.
Fue parte del proceso de sentirme cómoda con mi cuerpo". La recuperación fue buena, pero hubo algo que le costó más de lo esperado: la cicatriz. "Sabía que iba a quedar una línea grande, de lado a lado, pero igual me impactó.
No se parecía en nada a la cicatriz de cesárea que tenía, esa ni se notaba". A los ocho meses buscó tatuarse para cubrirla, pero su tatuador se negó. "Me dijo que era muy pronto, que la cicatriz aún estaba cambiando y que podía quedar mal.
Tuve que esperar un año". Luego, optó por un diseño floral que abarcara más que solo la línea de la cicatriz: también cubrió las marcas de los drenajes. "No quería que fuera solo una línea tapada, sino algo más estético, más integrado con mi cuerpo". El factor láser Felipe Rivera, médico especializado en estética de Clínica Elements, explica que la cicatriz de una abdominoplastía suele presentar distintas complicaciones según el tipo de piel y el tiempo transcurrido desde la cirugía. "Lo más común es que se hiperpigmente, sobre todo en pieles más oscuras, generando manchas que incomodan visualmente", señala. Para difuminarla, él opta por hacer tratamientos con diferentes tipos de láser. "El objetivo es que quede lo más lineal, pálida y uniforme posible. No se borra, pero se puede disimular mucho", aclara Rivera.
En etapas iniciales, cuando la cicatriz está roja o morada por la vascularización natural del tejido, el tratamiento permite aclararla en pocos meses. "Si se actúa dentro del primer mes después de la cirugía, se puede prevenir la formación de queloides y acelerar la recuperación", comenta.
En esta fase, los resultados pueden reducir la visibilidad hasta en un 70% u 80%. Cuando la cicatriz es más antigua --más de un año--, el tratamiento sigue siendo efectivo, aunque los resultados son más limitados. "En esos casos ya no hay componente vascular, pero sí se puede trabajar la textura, alisando el relieve y mejorando cómo se siente al tacto", explica.
A Ka ta pa su ne era muy pronto, era muy pronto, os ocho meses te Jenn buscó uarse su cicatriz ra cubrirla, pero tatuador se gó. "Me dijo que gó. "Me dijo que qu es e la cicatriz aún taba cambiando taba cambiando taba cambiando y que podía quedar mal. Tuve que es es 2" perar un año; recuerda. RICHARD SALGADO.