"Si la derecha gana la presidencial subirá la inversión"
"Si la derecha gana la presidencial subirá la inversión" El economista Joseph Ramos. "Si la derecha gana la presidencial subirá la inversión" Paulina Modiano J oseph Ramos (86) es uno de los economistas de más dilatada trayectoria en Chile.
Aunque su origen es estadounidense (nacido en Filadelfia, hijo de padres puertorriqueños y criado en Nueva York), a fines de los años 60 se asentó en nuestro país donde desarrolló su carrera como académico en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, donde fue decano entre 2002 y 2006. Doctor en Economía por la U. de Columbia, también trabajó 27 años en varias agencias de las Naciones Unidas, asesorando a gobiernos latinoamericanos en políticas de empleo y desarrollo. Polifacético, ha escrito libros sobre filosofía, espiritualidad y trascendencia («Creer o no creer.
El misterio de Dios a la luz de la razón» y «Jesús»). Si bien hace algunos años anunció su retiro de la academia y de otras responsabilidades (en el último tiempo integró el consejo de la Comisión Nacional de Productividad y fue director de AFP Capital), sigue atento al debate público. Por ejemplo, cuestionó el proyecto del Gobierno para reemplazar el CAE y (en su momento) la propuesta del Ejecutivo en materia de pensiones.
Hoy un espíritu a medio camino entra la crítica y el optimismo domina su análisis: "El desempeño económico de estos últimos cuatro años, y también por un período más extendido en el pasado, ha sido bien mediocre.
Hemos estado creciendo en torno al 2% en condiciones de que podríamos hacerlo cerca de un 4% o más, no en el largo plazo, sino en un año". "El impuesto corporativo debería ser menor" --Un año parece un período bastante breve para lograr duplicar el crecimiento. ¿Chile tiene fortalezas en su economía para lograrlo? --Las fortalezas de la economía son que la inflación está relativamente baja y, pese a que el déficit fiscal ha aumentado, el nivel de endeudamiento está todavía en un rango más bien bajo, en torno a un 43% del PIB; mientras que en Estados Unidos está sobre el 100% y en Japón en 200%. Por eso, con medidas acertadas la economía puede crecer bastante más. --¿ Qué tipo de medidas? --La productividad de EE.UU. ha crecido un 1% en los últimos años.
En Chile 0,5% en las últimas dos décadas y en los últimos 10 años casi un 0%. Potencialmente debería elevarse a un 1,5 o 2%. Para eso no necesitamos inventar nada, solo copiar lo que se está haciendo bien. Por ejemplo, después de la Segunda Guerra Mundial para reconstruir Europa se decidió enviar a miles de ingenieros y empresarios a visitar fábricas que tenían las mejores prácticas en EE.UU. A las seis semanas volvieron y se estima que la reconstrucción se hizo con un salto de 30% de una vez. Pienso que a un costo bajísimo Chile puede cofinanciar la visita de 5.000 ingenieros y empresarios cada año a visitar industrias en su área y escala de producción en EE.UU. o Japón. El costo de una medida así sería de unos 50 millones de dólares, o sea, nada. Por otra parte, se ha avanzado algo con este nuevo proyecto de permisología, pero solo nos retrotrae a la situación de espera para el desarrollo de proyectos de hace 10 años. Según el ministro Nicolás Grau, con esta iniciativa los plazos para ejecución de nuevas inversiones bajarían de 10 a 7 años, pero eso sigue siendo demasiado.
En Australia, hace una década, estaban insatisfechos porque los proyectos tardaban cuatro años. --¿ O sea usted cree que el proyecto se quedó corto? --En la Comisión de Productividad hicimos como 60 recomendaciones específicas, muchas de las cuales tomó el ministro Grau. Pero hay cosas que todavía faltan. Una es que el árbol regulatorio solo crece, porque a alguien se le ocurre que es necesario hacer una nueva regulación.
Hay países que tienen cláusulas de caduJoseph Ramos: El economista, académico y escritor, dice que "el 95% de nuestro crecimiento va a depender de las políticas internas que tomemos". F O T OGR AFÍA : CL A UDIO COR TÉ S V.. "Si la derecha gana la presidencial subirá la inversión" cidad. Es decir, que cada regulación deja de estar vigente al cumplirse diez años y eso ayudaría mucho a aliviar el problema. Otro punto es que actualmente todos los ministerios tienen derecho a veto y eso yo lo eliminaría. Simplemente se debería señalar cuál es la indicación u objeción y que al final un solo ministerio o agencia estatal decida si los costos, sean ambientales o de otra naturaleza, son inferiores a los beneficios.
Una tercera cosa en la que creo hay consenso, incluyendo al ministro de Hacienda, Mario Marcel, es que el impuesto corporativo, que hoy es de un 27%, debería ser menor. --Eso ha sido una petición permanente del empresariado.
De hecho, la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) ha solicitado que se baje a un 23%. --Efectivamente y se puede hacer en forma gradual, porque también hay que compensar el impacto que puede tener en los ingresos públicos, porque hay que satisfacer necesidades en áreas como salud, educación o pensiones. También es necesaria una reforma al funcionamiento del Estado en varias dimensiones.
Una de ellas es la laboral, porque virtualmente es imposible despedir a alguien del sector público, porque no se rige por el Código del Trabajo que impera en el mundo privado. --Pero eso podría conllevar otros problemas, porque al producirse un cambio de Gobierno existiría la posibilidad de despedir a empleados que no son afines a determinado signo político. --Tal vez, pero se podría establecer un límite de que nadie pueda desvincular de una repartición a más de un 3% del personal en un año.
Y hay otra alternativa que a mí me gusta más, que es como opera el sistema militar en que se tiene una cantidad de años para ascender y si no se logra, esa persona sale de la institución. Como hay menos puestos altos que bajos, todo el mundo se esfuerza por ascender y lo que son menos aptos automáticamente quedan fuera. Ese esquema generaría mayor movilidad en el sector público y mejoraría la eficiencia. Otra política que me gustaría mencionar es referente a la educación pública. Creo que Chile está maduro para que la formación no culmine en la enseñanza media. Actualmente hay cerca de un 30% de jóvenes que egresan y van directo al mercado laboral, pero la mayoría no tienen las competencias básicas para un oficio. Incluso quienes asistieron a escuelas técnicas no cuentan con esas habilidades porque esos establecimientos son mediocres.
Por eso propongo que el que no ingrese a la educación superior pueda cursar seis meses o un año en un centro de formación técnica para adquirir las habilidades que requiere. "El arancel al cobre no es una catástrofe" --Un tema referente a la eficiencia del Estado es el acceso a la salud, que se grafica en las grandes listas de espera para acceder a cirugías y tratamientos. --Nosotros hicimos un estudio en la Comisión de Productividad en el que se demostró que se podía duplicar el número de cirugías sin necesidad de construir ningún hospital nuevo.
Eso se puede lograr simplemente con que se trabajen dos turnos, lo que posibilitaría reducir rápidamente las listas de espera y a un costo bastante menor. --Pero no es tan fácil hacer dos turnos, porque la mayoría de los profesionales que trabajan en el sector público, y no estoy hablando solo de los médicos, se desempeñan paralelamente en el área privada.
Faltan especialistas de todo tipo y lo que ha ocurrido en los últimos años es que esos puestos han sido tomados por profesionales extranjeros. --Los médicos más seniors obviamente prefieren trabajar en los turnos de las mañanas para luego ir a sus consultas privadas. Pero los más jóvenes no van mayoritariamente a las clínicas, porque necesitan adquirir experiencia, la que obtienen típicamente en el sector público.
El sistema de dobles turnos es algo que se ha probado en algunos hospitales y ha tenido muy buenos resultados, porque realmente es un pecado tener pabellones sin uso durante la mitad del día. --Chile no solo enfrenta problemas domésticos, sino también un escenario internacional más adverso debido a la política proteccionista de Donald Trump. ¿Cuánto cree que eso pueda afectar el crecimiento del país considerando que ya se anunció un arancel de 40% para el cobre? --Lo primero que me gustaría decir es que son pocos los temas en que los economistas están muy de acuerdo. Pero en este caso, prácticamente el 90% coincide en que esta es una mala política.
De partida, porque no va a favorecer a EE.UU., sino que lo va a perjudicar: va subir los precios a los consumidores locales y los productos e insumos que ingresen pagando aranceles van a encarecer las exportaciones norteamericanas, y las van a hacer menos competitivas. Entonces no se va a cumplir el objetivo que Trump busca, sino que va a debilitar la economía de su país. En cuanto al cobre, EE.UU. importa entre el 4 y 5% del refinado del mundo. Pero si ya no se le puede vender a ese país, tendrá que ir al resto de mundo. El punto es si va a caer o no el precio. Felizmente la demanda de cobre ha estado aumentando fuertemente.
El arancel no es una buena noticia, pero tampoco es una catástrofe, porque si el precio se mantiene sobre 4 dólares sigue siendo un muy buen valor. --¿ Y cual sería un contexto pesimista? --Aún si nos ponemos en un escenario muy pesimista en que debido a esto el mundo crece 1% menos y nuestras exportaciones caigan en promedio ese mismo porcentaje, no es algo para que uno se ahogue. Si se produjera una recesión mundial obviamente eso afectaría negativamente a Chile. Pero los análisis que estoy leyendo, aparte de mi propio juicio, es que esos pronósticos se han ido disipando. Y lo mismo con respecto a Europa o el resto del mundo.
Por eso, el 95% de nuestro crecimiento va a depender de las políticas internas que tomemos. --Si es así, y considerando que estamos a meses de las elecciones, ¿cree que hay un sector político que pueda tener propuestas más beneficiosas para elevar el crecimiento como usted planteó? Porque hasta ahora sólo se habla de la necesidad de crecer más, pero sin detalles. --La economía actual ya está mostrando signos de aceleración y se prevé que en el curso de este año la tasa de interés caiga tal vez medio punto. Lo que ocurrió es que el programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric, sobre todo en primera vuelta, fue visto como "en contra" del sector privado. Eso desalentó la inversión. Después cambió, pero igual afectó.
Entonces si ocurre lo que las encuestas indican, que la derecha gane las elecciones presidenciales, eso va a ser un aliento para el sector privado y va a favorecer la inversión. --Pero eso no está tan claro ahora.
Después de la primaria en que triunfó Jeannette Jara, las encuestas han mostrado que ella puede ser una candidata competitiva. --Las encuestas aún muestran que en segunda vuelta ganará un candidato de derecha y ese solo hecho va a alentar la inversión.
Si ganara Jara va a ocurrir exactamente lo contrario. --¿ El efecto de elevar la inversión se produciría con cualquier candidato de derecha? --Yo creo que José Antonio Kast o Evelyn Matthei serían bien vistos por el sector privado.
Porque seamos realistas, con una candidata comunista, que habla de un salario mínimo de 750 mil pesos y cuyo programa de Gobierno señala que hay que estimular la demanda interna, donde su énfasis está en la redistribución y no en el crecimiento, no puede ser bien visto por los inversionistas privados.
Entonces puedes tener el peor de los mundos, donde no se logra crecer y tampoco distribuir. --Pero esa fue la propuesta para la primaria, se supone que Jara ahora va a elaborar un nuevo programa desde cero recogiendo los planteamientos de todos los partidos oficialistas que la apoyan. --Bueno, habría que conocer ese programa. Yo quisiera que hubiera crecimiento con equidad. Pero eso cuesta dinero y para financiar medidas que permitan mejorar la distribución del ingreso se necesita crecer. A mí me gustaría que hubiera propuestas innovadoras, no solo generalidades, pero no he escuchado nada de eso. Es necesaria una reforma al Estado en varias dimensiones.
Una de ellas es la laboral, porque virtualmente es imposible despedir a alguien del sector público". Seamos realistas: una candidata PC, que habla de un salario mínimo de 750 mil pesos y cuyo programa señala que hay que estimular la demanda interna, no puede ser bien visto por los inversionistas privados"..