Autor: IÑIGO DÍAZ
Lo que nos cuenta Mazapán a través de su gran archivo histórico
Lo que nos cuenta Mazapán a través de su gran archivo histórico SOMALÁAILICECOVIHCRAde la U.
Alberto Hurtado, contiene seis álbumes que Cecilia Álamos organizó desde 1980: fotografías, cartas de niños y exniños, programas de mano y recortes de prensa en que se revelan aspectos de este grupo medular en la música para las infancias. “T odas casadas, las cuatro en total, entre los cuatro años y medio y apoyo. Los niños ocho do en sus casas un fuerte concertistas han encontra los seis meses participan en los ensayos. Y los maridos están chochos”. Una crónica de “El Mercurio”, del 22 de septiembre de 1980, daba cuenta del trabajo musical de un grupo de muchachas egresadas de la Universidad Católica. No se trataba aún del conjunto Mazapán, pero se esbozaba allí ese camino, cuando Carmen Lavanchy, Michelle Salazar, Cecilia Álamos y Cecilia Echenique eran entonces el grupo de música antigua Cuarteto Fontegara. “Nuestra labor más inmediata es la música infantil. El material que hay en discos es muy malo. Son arreglos con batería y voces chillonas, que resultan muy poco pedagógicas y no estimulan la creatividad. Nosotras queremos ofrecer algo estéticamente bueno”, decían entonces.
Ese artículo a toda página de un diario y del todo testimonial, es uno de los más interesantes de la colección que la Universidad Alberto Hurtado dedica a Mazapán, a través de un archivo digital que acaba de subir a la red. En el repositorio ArchivoPatrimonial. uahurtado. cl se encuentra un fondo documental que proviene de los registros que Cecilia Álamos comenzó a reunir hace 45 años. Es una de las siete integrantes originales de Mazapán, hoy un quinteto. LAS SIETE LETRAS“Ahora somos todas abuelas y casi bisabuelas”, dice Cecilia, mirando hacia esos comienzos del conjunto que vino a redefinir la música para la infancia. “Carmen Lavanchy había sido ayudante de todas nosotras, que estábamos en Pedagogía en música. Ella nos juntó, pero no recuerdo por qué o cómo nos eligió para tocar canciones infantiles que ella había escrito para un examen”, agrega. Es el origen de Mazapán, una palabra que llamó la atención de Lavanchy, Álamos, Salazar, Echenique, Lulú Curcuera, Verónica Prieto y Victoria Carvallo. “Me acuerdo perfecto de queMazapán y su presencia en “El Mercurio” en losSOMALÁAILICECOVIHCRAsantes porque ellas profundizan más sobre las infancias, y sobre el valor del mensaje musical que llega a los niños. Los consideran receptores aptos para la escucha de música”, dice Juan Carlos Poveda, académico de la U. Alberto Hurtado y autor del libro “Infancias de Mazapán” (UAH, 2023). “Eso se contraponía a lo que había en esa época, con una música orientada solo a la diversión, repetitiva y básica. Mazapán elaboraba una música en apariencia simple pero llena de capas”, agrega. CANCIONES INELUDIBLESPoveda estuvo a cargo de la organización y catalogación del fondo documental.
El archivo digitalizado de Cecilia Álamos es parte de un proyecto mayor, de la musicóloga Francisca Moraga, que tendrá en el mismo repositorio los archivos de la compositora Sylvia Soublette, la pianista y premio nacional de Música Elvira Savi y la cantante lírica Mary Ann Fones. El archivo en línea contiene más de mil documentos pertenecientes a las 435 páginas de esos álbumes de Álamos. Ella ha sido la archivera de Mazapán, un rol equivalente al que asumió el músico Claudio Parra con el archivo de 60 años de Los Jaivas, hoy en custodia de la U. Católica. “Todo ocurrió muy rápido desde ese encuentro con Carmen Lavanchy, que el año 2000 dejó el grupo. Ensayamos las primeras canciones para su examen en la universidad. Varias importantes, como La vaquita loca, Carnavalito del ciempiés o El globito, que llegaron a nuestro disco de 1980 Cuento y canciones infantiles. Gracias a Dios que ella nos eligió para eso”, cierra Cecilia. foto respetó de manera facsimilar las 435 páginas de los seis álbumes fotográficos. Michelle, que es súper creativa, propuso el nombre de Mazapán. Eran siete letras, representaba algo dulce y hecho con cariño”, recuerda Álamos. El repositorio contiene íntegramente y de manera facsimilar, los seis álbumes fotográficos de Cecilia Álamos que recorren la historia de Mazapán.
Allí están reunidos esos mismos recortes de diarios y de revistas, fotografías de todas las épocas del grupo, programas de mano, documentos oficiales, cartas de niños y adultos que las vieron en programas como “Masamigos”, en canal 11, o de “Mazapán”, en Televisión Nacional. “Los recortes de prensa son muy intere-. Alojado en un repositorio digital años 80. La digitalización del material Programa de mano del concierto de Mazapán en la sala Weill del Carneg