Un país moderno
Un país moderno P or momentos, Chile ha sido un país extraordinariamente moderno. Hemos sido precursores en política pública sanitaria, de nutrición, educación, higiene, vivienda de interés social, urbanismo y transporte.
La flamante república se abocó a la construcc i ó n d e i n f r a e s t r u c t u r a d e transporte de vanguardia, una red de ferrocarril que asegurara la conexión física y cultural del país, comenzado en 1851 con el considerado como primer tren de Sudamérica, entre Copiapó y Caldera; luego uniendo Valparaíso y Santiago en 1855 (y por 137 años, hasta 1992); el Trasandino, en 1910 y finalmente un sistema troncal con numerosos ramales que unió el territorio desde Iquique hasta Puerto Montt, en 1913.
En materia de transporte público urbano, en 1900 Santiago tenía más de 100 km de vías para su red de tranvías eléctricos, y Valparaíso se sumaría con la propia en 1904, sistemas que duraron medio siglo en ambas ciudades antes de reemplazarse por trolebuses eléctricos.
Olvidamos que Valparaíso fue una de las ciudades más extraordinarias y admiradas del planeta, con innumerables innovaciones en infraestructura, servicios y equipamiento público, incluyendo su mítica red de funiculares, su temprana electrificación, sistema de gas público, grifos y en general diseño urbano de última generación. Duele contemplar las ruinas de esos fastuosos emprendimientos, tan bien construidos que se niegan a desaparecer en el paisaje.
Por fortuna, hay tramos que sobreviven (y reviven) gracias a su inmenso potencial: desde 2005, el Merval, tren suburbano que une Valparaíso con Limache, traslada 80.000 pasajeros al día; recién se anunció la anhelada restitución del servicio entre Santiago y Valparaíso en 2030, utilizando parte del trazado original y revitalizando localidades intermedias. En el gran Concepción, las dos líneas del Biotrén conectan 7 comunas con 50.000 pasajeros al día y se proyecta una importante extensión para 2031.
El Melitren, que conectará Santiago y Melipilla, recuperando la antigua ruta, debería operar en 2027 trasladando millones al año, y hoy se acaba de inaugurar el tren suburbano que une Puerto Montt, Puerto Varas y Llanquihue.
En materia de electromovilidad en transporte público urbano, volvemos a ser un país moderno: ya hay 2.550 buses eléctricos en Santiago y pronto serán 4.400, representando 68% de la flota, convirtiéndose en la ciudad líder de Latinoamérica y una de las más avanzadas del planeta. Hay 170 buses eléctricos en regiones y se espera que hacia 2027 se sumen otros 650 en Arica, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana Norte, O'Higgins, Biobío, Araucanía y Los Lagos. Cuando todo parece lento y difícil, podemos darnos un momento para reflexionar sobre las reales capacidades del Estado, sus visiones, sus logros. También sobre nuestra naturaleza como pueblo, nuestros propios anhelos de una merecida cuota de progreso. Un país moderno En materia de electromovilidad en transporte público urbano, volvemos a ser un país moderno: ya hay 2.550 buses eléctricos en Santiago y pronto serán 4.400. FRANCISCO JAVIER OLEA TIERRA DE NADIE Sebastián Gray Arquitecto.