EDITORIAL: Una sequía feroz
EDITORIAL: Una sequía feroz El plan de inyección de 24 mil millones anunciado por el gobierno para apoyar a la agricultura regional golpeada por el sistema frontal representa, sin duda, un gesto de urgencia frente a crisis que golpean el corazón productivo de la región de Coquimbo. Pero, como en la mayoría de los rescates, el mensaje oficial suena más convincente que la respuesta estructural que se requiere. Es un respiro que esperamos no sea solo a corto plazo, para los agricultores.
La planificación a largo plazo: tecnificación, agrupación de recursos e inversión sostenible deben ser las medidas que ayuden a acostumbrarse a esta nueva realidad donde la sequía ya no es un problema, el verdadero problema es la desertificación inminente de la zona. La sequía que se ha prolongado desde 2010 afecta severamente la agricultura. Ante ello, soluciones rápidas como limpieza de canales o entrega de alimentos para ganado son apenas los primeros pasos. El desafío de fondo exige el impulso de sistemas de riego eficiente, embalses, drenaje seguro y, sobre todo, una política climática que anticipe en lugar de reaccionar. Los 24 mil millones son un paso necesario un parche en la herida que lleva años y la solución real solamente sería que lloviera como en tiempos de antaño. Esperamos que la gestión de los recursos sea cuánto antes lleguen y si se aprovechan como palanca para una transformación profunda del sector. La agricultura, en su base campesina, sufre un estrés hídrico, institucional y de mercado que no se resuelve solo repartiendo forraje o limpiando canales. Ojalá esta inyección sea combustible para un cambio estratégico y no solo un salvavidas temporal..