Tulipanes, hasta que se haga costumbre
Marcelo Somarriva Q. Ah a historia de la manía porlos tulipa I nes es larga y los holandeses la conocen. No debieran, por lo mismo, espantarse del comportamiento del pueblo chileno cuando los repartieron gratis.
El libro clásico de Charles Mackay “Delirios populares extraordinarios y la locura delas masas”, de 1841, entrega detalles extraños sobre la llamada “tulipomanía” que asoló los Países Bajos en el siglo XVII, cuando por algunos de estos bulbos se pagaron fortunas. La demanda por estas flores llegó tan lejos que se cotizaron en la bolsa. Nació una nueva forma de especulación y de la noche ala mañana muchos se enriquecieron vendiendo flores. Pero la burbuja reventó, cundió el pánico, los precios bajaron de golpe y no subieron más. Muchos terminaron en la calle. Sus jardines estaban bonitos, pero no por mucho tiempo, porque como se sabe el bulbo del tulipán termina por agotarse. Charles Mackay era un moralista victoriano y su trabajo tiene un tono admonitorio hacia la multitud. Su libro lo rescató de un relativo olvido en 1930 el financista y asesor político Bernard M. Baruch, quien encontró en sus páginas una ventana abierta ante el inagotable panorama de la demencia humana, queno figuraba en encuestas ni estadísticas que tienden a presumir racionalidad donde nunca la hay. Heindagado sobre la repartición de tulipanes de la semana la marca de la tienda. La gente hizo una cola y hasta durmió en la calle esperando. Me detengo en estos comportamientos vergonzosos no para hacer alardes de cinismo. Sirven para calibrar la idea que tenemos de lo que somos. Tanto se habla del pueblo, de la gente, delas élites, de la identipasada por curiosidad “Me detengo en dad chilena e incluso etnográfica y morbo. Del alma nacional, pero estos Comparto algunos daient en ninguna de esas contos. La convocatoria fue COMportamientos cepciones veo un lugar por TikTok e Instagram, PALA para estas expresiones el público era gente jocalibrar la idea que — denuestra demencia. Ven y adultas mayores. Hubo reclamos por el » cambio del lugar de la entrega. Los tulipanes se agotaron antes de que empezaran a repartirse. La gente exigió a gritos la entrega de “bebidas”. Hubo acumulación de flores y formas instantáneas de lucro. Hubo arañazos y miedo. Un bromista dice que se habría registrado una confusión: creyeron que se trataba de choripanes.
El incidente me recordó otra campaña gratuita donde un supermercado, en abril de 2019, ofreció regalar televisores inteligentes a los tontos que se tatuaran tenemos de lo que Hay una batalla cultural por definir el sentido de los acontecimientos ocurridos en Chile hace cinco años atrás, en el famoso “estallido”. El debate se da entre una lectura épico-ciudadana y una delictual-criminal, con todos los matices que puedan caber entre las dos.
El tiempo ha borrado las huellas del delirio, del anarquismo apocalíptico, del no más tag, del octubre “queer” y de mucha euforia sin sentido que sonaron mucho antes que alguno hablara de hacer otro contrato social o una nueva constitución.