CIENTÍFICOS ESPAÑOLES Y BELGAS DEMUESTRAN QUE EL CEREBRO PUEDE CONTROLAR EL APETITO INDICANDO AL INTESTINO SI TIENE HAMBRE O NO
CIENTÍFICOS ESPAÑOLES Y BELGAS DEMUESTRAN QUE EL CEREBRO PUEDE CONTROLAR EL APETITO INDICANDO AL INTESTINO SI TIENE HAMBRE O NO ientíficos del Hospital Coi de Barcelona en ¡ colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, anunciaron que, según un estudio conjunto, el cerebro tiene la capacidad de controlar la composición delas bacterias intestinales e influir así en la sensación desaciedad. "El cerebro se comunica conel intestino para indicar si tiene hambre o no, tiene la capacidad de controlar la composición de bacterias en el inposición de bacterias en el intestinoen un tiempo récord, 2 horas, y por tanto deinfluiren la sensación, o no, de saciedad" subrayó uncomunicado de prensa emitido por la casa deestudios belga.
El interés de la investigación reside en demostrar que, al restablecer la comunicación entreel cerebro y el intestino, "podríamos actuar sobre las bacterias intestinales y controlar nuestros hábitos alimentarios". "Normalmente, las áreas que controlan el apetito en el cerebro (hipotálamo) se iluminan cuando tenemos hambre y se apagan cuando el cuerpo está lleno, como un interruptor de encendido y apagado. Cuando esta zona está apagada, el cuerpo consume sus propias reservas de energía, lo que ayuda a regular el peso", aclaró la nota de prensa.
Sin embargo, el estudio reveló que, por ejemplo, en las personas con diabetes tipo 2 este sistema "funciona mal" y la información de saciedad "nose transmite correctamente, lo que explica una tendenciaa la obesidad". ciaa la obesidad". ciaa la obesidad". CIENTÍFICOS UTILIZARON TÉCNICAS GENÉTICAS Y FARMACOLÓGICAS. En su investigación, los científicos emplearon técnicas genéticas y farmacológicas para estudiar las zonas del cerebro que controlan el apetito.
Comoresultado, observaron que cuando se activao bloquea la zona que inhibe la ingesta de alimentos se produce un cambio "ultrarrápido", en dos horas, en la composición dela microbiota intestinal. "Enresumen, modificar las áreas que controlan el apetito oelhambre en el cerebro tiene unimpacto en las bacterias del intestino, que reaccionan como si hubieran recibido nutrientes, aunque no se hayaingerido ningún alimento. Como resultado, envían mensajes al cerebro diciéndole que elcuerpo está lleno o no ha recibido ningún alimento, cuando en realidad estono esasí", afirmó. Este descubrimiento "permitirá en última instancia desarrollar procesos de intervención pararestablecerlacomunicación entre el cerebro y el intestino einfluir asíen los hábitos alimentarios". s.