Adicción a las endorfinas: fotos de celulares intervenidas con lA inquietan a la neurociencia
Adicción a las endorfinas: fotos de celulares intervenidas con lA inquietan a la neurociencia Los nuevos teléfonos inteligentes activan los sistemas de recompensa Adicción a las endorfinas: fotos de celulares intervenidas con lA inquietan a la neurociencia Según especialistas, las fotos idealizadas que se comparten en redes sociales fomentan la incapacidad para interactuar en el mundo real.
RODRIGO CASTILLO RODRIGO CASTILLO equipados con cámaras que permiten alterar la imagen original, hasta el punto de incorporar elementos realistas que originalmente no estaban en la toma -como el S25 de Samsung-, está dando mucho que pensar a los profesionales de la fotografía y del estudio de la mente humana y la sociedad.
Jorge Brantmayer, fotógrafo y artista visual que a lo largo de su carrera ha recibido cuatro premios Altazor, entre muchos otros reconocimientos, opina que esta posibilidad de hacer registros gráficos a gusto del consumidor es "divertida y al mismo tiempo peligrosa". "Creo que la gente tiene derecho a hacerse su propia imagen, tal como hacían los monarcas en sus retratos pintados al óleo. No sabemos cómo era Napoleón, por ejemplo.
Cuando a los artistas se les encargaba retratar a los reyes, se les pedía que aumentaran la altura del modelo, o que los adelgazaran, les agregaran pelo en la cabeza, o que les achicaran la nariz, si ésta era demasiado grande", reflexiona. "Lo que no me parece tan bien es el problema de la duda que queda frente a este tipo de imágenes intervenidas. En el concurso World Press Photo, de fotografía de prensa, por ejemplo, a algunos ganadores les han quitado el premio cuando se ha descubierto que concursaron con una fotografía retocada. En el caso de los celulares, no sabemos si las fotos que la gente toma son muy confiables, como para presentarlas en tribunales, por ejemplo", plantea Brantmayer. La posibilidad de crear imágenes en las que el usuario modifica tanto su propia apariencia, como su entorno, abre también algunas interrogantes en el ámbito de la ciencia.
Fernando Ortiz, doctor en neurofisiología y académico de la facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago, comenta que ese tipo de fotos, sobre todo cuando se comparten en redes a nueva ola de teléfonos celulares CEDIDA sociales, pueden activar en el cerebro los llamados "circuitos de recompensa", sistemas equivalentes a los que se liberan cuando una persona come chocolate o lo pasa bien. "A veces nuestro cerebro puede llegar a liberar ciertas moléculas, iguales a las que circulan cuando estamos contentos, cuando hemos tenido una validación social. La experiencia de recibir un like en redes sociales, entonces, puede causar que se liberen endorfinas y otros químicos que hacen que nos sintamos bien.
Sabemos que el uso de redes sociales, a través del teléfono, genera condiciones cerebrales muy parecidas a las de la adicción, así que cada like, estos comentarios de 'te vi", o 'me gustaste", generan respuestas biológicas fuertes", explica. "Esta activación de los sistemas de recompensa promueve también la actividad de otros circuitos que son los que se basan en la serotonina, y que afectan la corteza prefrontal y otras áreas del cerebro que tienen que ver con cómo tú interactúas socialmente.
Y ahí está un punto muy interesante, Estos registros se aprecian sin intervención digital (izquierda), y con elementos incrustados (derecha) con inteligencia artificial. 44, Al-generated content porque aparece el tema de la vanidad social, que es el verse bien para que te vean bien, más que uno sentirse cómodo viéndose bien a sí mismo", agrega Ortiz. "En la neurociencia, esta vanidad social ha motivado toda una discusión, porque no se sabe si en el deseo de tener más likes hay una búsqueda de obtener más recompensa, y por lo tanto más serotonina, o si es todo lo contrario, es decir, que esta gente que es tan activa en redes sociales ya tiene harta serotonina dando vuelta en sus circuitos, y por ello tienen muy activos los circuitos que promueven la sociabilidad, y por lo tanto les gusta mostrarse e interactuar con los demás en las redes", refiere.
Gabriel Calderón, psicólogo del Centro Vitálita, cuenta que ya ha tenido pacientes, principalmente jóvenes, que están mostrando dificultades excesivas para relacionarse con sus semejantes, en el mundo real, debido a que en esas situaciones no cuentan con los filtros que les permiten verse bien en las redes y en las páginas de citas. citas. "Hay una tendencia a la idealización de la imagen corporal, es una cosa de estaus, y las herramientas de inteligencia artificial nos permiten hacer esa búsqueda de la perfección. Al mismo tiempo, hay una presión social, una necesidad de verse mejor que el otro, y por ello los jóvenes tienden a falsear el contexto real en que se mueven.
En mi práctica clínica me ha tocado ver a pacientes que usan perfiles falsos, con fotos de otras personas, siempre en busca del contacto con un otro que los quiera, pero falseando su imagen", cuenta. ¿Las proyecciones hacia el futuro, en este ámbito, son preocupantes? "Sí, porque hay todo un concepto de autoimagen digital, lo que significa que queremos vernos distintos de como nos vemos en la vida real, y eso genera una desconexión que nos lleva a las disonancias cognitivas. Eso se traduce en que uno se muestra de una manera casi irreal, pero también espera que los otros hagan eso mismo. Al final, no nos relacionamos en el mundo real, y eso tiene un impacto en la autoestima. eso tiene un impacto en la autoestima. CEDIDA.