Registro invaluable
Registro invaluable Levantaban sus chozas con largas varas y luego las cubrían con fibras y cueros. Gusinde registró los últimos momentos de los pueblos de Tierra del Fuego.
S on más de dos mil imágenes las que tomó el antropólogo y sacerdote de la Congregación del Verbo Divino Martín Gusinde, durante las expediciones que realizó en Tierra del Fuego, entre 1918 y 1924; un registro inédito de los pueblos selk'nam, yámanas y kawésqar que dejó como legado para las futuras generaciones.
En estas fotografías capturó escenas de la vida cotidiana, así como también ritos y ceremonias de las que él mismo fue parte, sabiendo que no era solo un estudio etnográfico, sino posiblemente los últimos momentos de tres culturas que estaban por desaparecer.
Una pequeña muestra del magnífico trabajo gráfico de Gusinde se exhibe en "Voces de la Patagonia: Memoria Ancestral", una exposición de 43 fotografías seleccionadas de una serie de 147, y que corresponde a la colección 2 /12 editada y restaurada por la Editorial Xavier Barral y el Antrophos Institut de Alemania.
Este resultado, que se puede visitar hasta el 31 de enero en la Casa Museo Santa Rosa de Apoquindo, fue gracias al trabajo conjunto de la Corporación Cultural Las Condes y la organización Filantropía Cortés Solari, que a través de su presidenta, Francisca Cortés Solari, en 2019 adquirió las imágenes para que quedaran en el país como un patrimonio.
Según el curador de la exhibición, el doctor en Historia del Arte Ramón Castillo, Gusinde (1886-1969) fue consciente durante sus viajes de que estaba viendo el fin de estos grupos, y más que un investigador y científico, se Registro invaluable Ritualidad, paisaje y arquitectura de los pueblos de Tierra del Fuego son los temas que aborda esta selección de 43 fotografías tomadas por el antropólogo y sacerdote Martín Gusinde entre 1918 y 1924, y exhibidas en la muestra "Voces de la Patagonia: Memoria ancestral", en Santa Rosa de Apoquindo. Parte de una serie de 147 imágenes restauradas por la Editorial Xavier Barral y el Antrophos Institut de Alemania, que adquirió la organización Filantropía Cortés Solari en 2019, como un legado para el país. Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, gentileza Filantropía Cortés Solari.. Registro invaluable Gusinde, sacerdote de la Congregación del Verbo Divino, definió a selknam, yámanas y kawésqar como seres humanos de espiritualidad espiritualidad compleja. “Voces de la Patagonia: Patagonia: memoria ancestral” ancestral” se exhibe hasta el 31 de enero en Santa Rosa de Apoquindo, Apoquindo, en el Festival Ladera Sur. El sacerdote realizó cuatro viajes a Tierra del Fuego, donde tomó 2.000 fotografías fotografías en blanco y negro en placas de vidrio. Parte del aprendizaje aprendizaje de los jóvenes era integrarlos al mundo de los adultos a través del arte de la caza. Martín Gusinde preparado para la ceremonia de iniciación iniciación de los jóvenes yámanas, tomada en marzo de 1922. Tanu, mensajera y testigo de lo que ocurre en la ceremonia ceremonia de iniciación iniciación del Hain. Ulen, espíritu de la ceremonia selknam del Hain, captado por Gusinde en 1923. convirtió en un amigo, un integrante de la tribu, tribu, y se impuso la responsabilidad de mantener mantener viva su memoria.
“Ellos también sabían que él estaba cumpliendo una misión y comprendían comprendían lo que hacía; incluso lo llamaban cazador cazador de sombras, porque captaba su imagen imagen y así ellos podrían seguir viviendo”, explica explica Castillo.
Esa relación estrecha que entabló con los selknam, yámanas y kawésqar se plasma en las fotografías en blanco y negro que el religioso religioso austríaco tomó en placas de vidrio, y que Castillo seleccionó y organizó considerando tres aspectos: la ritualidad, el paisaje y la arquitectura. arquitectura.
Entre las imágenes se pueden ver las famosas ceremonias de iniciación del Hain, en las que los jóvenes pintaban sus cuerpos; en una de ellas, es el mismo Gusinde quien participa participa como observador de la que fue probablemente probablemente la última entre los yámanas, en 1922.
“En cada una de las etnias hay un chamán fotografiado, fotografiado, por lo tanto, la autoridad para ingresar ingresar a los secretos de cada espiritualidad, sin duda, tiene que ver con la aceptación, venia y conocimiento del propio sabio o chamán de la comunidad”, cuenta el curador.
Este registro permite conocer, además, parte de la vida cotidiana de estos pueblos que habitaron la zona más austral de Chile: yámanas y kawésqar eran navegantes, y su hábitat era su canoa en ella incluso transportaban transportaban el fuego; los selknam, como nómades nómades terrestres, fabricaban sus chozas con largas varas de madera y las cubrían con cueros y fibras vegetales, formando un espacio impermeable. “El fuego para ellos tenía una dimensión práctica y simbólica”, agrega Castillo. VD r 4? p.