Autor: Bárbara Silva
Innovación
Señora Directora: Dentro de la teoría de la exponencialidad y la disrupción de las industrias, se plantea que las tecnologías avanzan y transforman los mercados de forma acelerada al aumentar su capacidad cerca de cada dos años y al mismo tiempo, disminuir su precio en la mitad.
Ejemplos hay varios, entre ellos, la revolución que creó Netflix y que acabó con el formato de arriendo de películas físicas que lideraba Blockbuster, Uber versus los taxis tradicionales o Amazon y los cambios que generó en las tiendas deretail, con el cierre de varios malls. El caso más reciente es lo que acaba de ocurrir con el lanzamiento del modelo chino de Inteligencia Artificial DeepSeek. China ha trabajado en los últimos años con grandes inversiones en ÍA, migrando de una economía basada en la copia de lo que crean otros a una basada en la innovación. Actualmente, lo que más manejan las empresas chinas a escala global son los datos. Y ese será el gran premio que buscarán los países en todo el mundo, el manejo de información clave. En este contexto, las empresas que tengan la capacidad de cómputo para procesar miles de millones de datos en distintos idiomas y en distintas geografías, serán las ganadoras. Una de las consecuencias más directas de este fenómeno será la democratización de las tecnologías. El impacto que generó DeepSeek en la bolsa de EE.UU. Demuestra que los grandes lanzamientos tecnológicos ya no son monopolio de unos pocos. De hecho, el mercado estadounidense ha tendido históricamente a millonarias valorizaciones hacia sus empresas y en cambio China, dada su política pública, ha aprendido a trabajar con pocos recursos y con talentos altamente capacitados. Ahora, gracias a la propuesta de código abierto de DeepSeek, talentos provenientes de cualquier parte del mundo pueden sorprendernos gracias a esta nueva ola de innovación descentralizada. Si el conocimiento y la tecnología se están democratizando a una velocidad sin precedentes, ¿Qué rol queremos jugar desde Latinoamérica en este nuevo mundo? ¿ Seremos espectadores o protagonistas?