Autor: Por Juan Paulo Iglesias
Elevando la discusión: Los debates que marcaron la semana
Elevando la discusión: Los debates que marcaron la semana LATERCERA Sábado 5 de octubre de 2024Sobre sorpresas y descuadresEl término lo acuñó William Casey por allá por 1980, cuando era jefe de campaña de Reagan en las elecciones de ese año. Y desde entonces “la sorpresa de octubre” se ha vuelto recurrente en los años electorales en Estados Unidos. La referencia de Casey -quien fuera director de la CIAno fue casual. La historia de ese país es pródiga en eventos inesperados en octubre que 4 repercuten e incluso altey ranel resultado dela elección. Y este año no es la excepción, aunque como apuntaba Político, el popular medio online estadounidense, en tiempos complejos como los actualessólo una no es suficiente. Y cuando octubre recién comienza ya se cuenta un ataque de Irán a Israel, un breve paro portuario y los efectos de un huracán. Pero más allá de las consecuencias de esa “serie de eventos desafortunados” en la contienda electoral en Estados Unidos, por acá también hemos tenido nuestras propiassorpresas. Es verdad, no todas en octubre, pero sí todas en la víspera de una elección.
Pasó, por ejemplo, con la revelación del sueldo de Marcela Cubillos, que llevó, como apunta Carlos Correa, “a que varios en el oficialismo hayan atizado el fuego pensando que en esta crisis se ve un “efecto Atocha'” -que no es más que la sorpresa de octubre en versión española-. Pero, según él, poco de eso hay, porque “los efectos del caso pueden generar un cambio de la correlación de fuerzas en la derecha” que termine endureciendoa la oposición. Y frente a eso, dice, el gobierno puede perder más que ganar. Sea asío no, para Josefina Araos, el episodio reveló otro fenómeno, uno que va más allá de divisiones políticas entre derechas e izquierdas.
En primer lugar, dice, porque las críticas a Cubillos no responden “a una ofensiva de laizquierda (aunque por cierto saca provecho)”, sino a la revelación de “un monto desproporcionado que podría fundadamente indignar no al oficialismo, sino a la ciudadanía”. Y responder a ello sólo apuntando al adversario sin abordar la pregunta por la corrección de tu propia obra, termina desprestigiando “aún más a una política con la cual la ciudadanía está suficientemente enojada”. Hay algo de desconexión en todo ello y para Max Colodro va más allá de un sector u otro.
Porque lo que resulta sintomático en este caso, dice, no es “el debate sobre las razones y sinrazones de un salario sin duda exorbitante, sino el momento en que esta controversia discurre: justo después de una semana de Fiestas Patrias en que mueren 37 personas” y “cuando en Bajos de Mena más de 150 balazos dejan a un adolescente asesinado”. Es un país de contrastes, apunta, donde “la élite y los políticos pueden darse el lujo de estar en una semana re-nan nada”, dice.
Y el problema, agrega por su parte Hernán Larraín, recordando que estamos en vísperas de un nuevo 18-0, es “que cuando una sociedad no advierte los gérmenes del descontento social, pueden producirse explosiones de difícil contención”. Él lo plantea en relación a la urgencia de abordar la reforma a la Justicia, perola reflexión es válida para toda la crisis institucional. gada de muertos debatiendo sobre el sueldo de Marcela Cubillos, porque las víctimas y los victimarios son de Puente Alto, Lo Prado o La Pintana”. Un sesgo de clase que no hace difícil terminar normalizando la violencia, dice.
En sentido contrario“Nunca hay que interrumpir a tu enemigo cuando comete un error”, decía Napoleón, y por estos días esa debería ser la máxima en el oficialismo, tras una semana poco afortunada para la derecha, con una acusación constitucional fallida contra el Presidente y otra contra la ministra Tohá que ha despertado críticas dentro del sector. Todo con la elección municipal en la mira, dicen algunos. Pero más allá de los réditos electorales de esa estrategia, para Pablo Ortúzar el problema de la derecha es más profundo. Es su dilema entre tibieza y radicalidad.
Y para él, más que actuar “sincomplejos”, como plantean algunos en el sector, lo que le falta “es mesura y pragmatismo” y “aprender a no tirarse encima de todo el mundo”. Más aún cuando los estándares están cambiando, como apunta Ascanio Cavallo.
En tiempos pendulares como los actuales, las cosas mutan rápido y la pregunta que surge ahora, según él, es si después de las elecciones municipales se inicia o no “una nueva fase de lapolítica chilena”. Según decía The Economist en un reciente artículo sobre Evelyn Matthei, los chilenos después de haber tratado “con el izquierdismo juvenil, ahora quieren madurez y moderación”. Cierto o no, para Cavallo parece haber comenzado a imperar “un retroceso” desde los excesos de una izquierda y una derecha radicales hacia proposiciones más moderadas. Es un fenómeno global.
Y frente a eso, apunta, queda por ver si por acá “la derecha está en condiciones de gobernar”. Son tiempos de cambio donde para Juan Pablo Luna parece resonar peligrosamente ese “quese vayantodos” dela Argentina de 2001 que acabó con Fernando dela Rúa y otros más. Lo que hay acá, dice en una entrevista de Claudia Álamo, “es un desfonde de legitimidad de todos”. “Todos están perdiendo”, agrega. Y lo dramático es que “el mundo poNose hace lítico pareceno entenderlo”. cargo, apunta, que desde hace15 añosel sistema está trabado.
Y eso lleva a instalar la pregunta de su último libro: ¿ Democracia muerta? Para él, el problema principal es “un sistema de desarrollo desfondado, un descontento profundo con las instituciones y el cansancio por años de promesas incumplidas”. Nada bueno bajo el sol. Esla tierra de la ley de Murphy, donde si algo puede salir mal, saldrá mal. Hay poco optimismo en el ambiente, al menos a la luz de lo que apunta Óscar Guillermo Garretón.
El país “vive una pandemia de asesinatos” y “el Estado, el gobierno, lucen como comentaristas, no como responsables de impedir lo que ocurre”. “Se presumen gobernantes, pero no gobier-NEWSLETTER DE OPINIÓNSuscríbase al newsletter de Opinión, Elevando la discusión, los debates que marcaron la semana, para conocer los temas que fijaron agenda y las columnas de la semana. latercera. comEl vértigo del tiempoEdward O.
Wilson, el reconocido biólogo estadounidense y autor de ese revelador libro sobre “El sentido de la existencia humana”, decía que el problema de la humanidad es que “tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnología divina, lo que es terriblemente peligroso”. Y a medida que los conflictos aumentan, sus palabras resuenan con más fuerza.
Regresamos, como dice Jaime Abedrapo, a un periodo de “anarquía internacional”, donde “la violencia resurge como estrategia para alcanzar objetivos políticos”. Sólo queda, según él, volver a escuchar a los humanistas, como se hizo tras la Segunda Guerra Mundial, “para reformar la institucionalidad internacional”. Nada fácil, en todo caso, en una época donde, como apunta Francis Fukuyama en una entrevista en LT Domingo, el mundo no se divide por criterios ideológicos, sino “por la oposición común” de algunos “a la democracia occidental”. Y eneso, los líderes de las democracias occidentales poco contribuyen a validar su modelo o, como apunta Enrique Krauze en relación al caso mexicano, seencargan de destruirlo.
Es, según él, lo que hizo Andrés Manuel López Obrador, cuyo “mayor legado es haber sembrado (... ) el odio y la polarización en la sociedad mexicana”. Y su sucesora, agrega, no ha dado ninguna señal de no seguir esa misma senda, “que hará perder a México su lugar en el concierto de las naciones democráticas”. Pero volviendo a estas tierras, estamos ante un problema estructural, como decía Juan Pablo Luna. Es necesario cambiar los mecanismos. “El resorte de la máquina está al borde del colapso”, apunta Gabriel Alemparte. “O cambia el sistema político”, agrega, “y se adecua a los nuevos tiempos (... ), o esto colapsará”. Es necesario ajustar la máquina y desentrañar nuestro proprio “modelo para armar”, como esa novela de Cortázar.
Más aún en tiempos de inteligencia artificial que instalan más dudas que certezas y llevan a preguntarse, como escribe Tomás Sánchez, citando a Yuval Harari, si su expansión “¿ beneficiará a la democracia o será su talón de Aquiles?”. Los debates que marcaron la semana.