Autor: Por Juan Paulo Iglesias
Elevando la discusión:
Elevando la discusión: Tal vez las novelas distópicas del pasado no eran más que textos premonitorios -es mejor eso a pensar que fue la literatura la que inspiró el presente-. Porque algo hay en estos tiempos de La Naranja Mecánica o de Farenheit 451 y, quién sabe si en algunos años, también de Un Mundo Feliz -ciertos destellos existen ya, hay que decirlo. Para qué hablar de 1984 de George Orwell, porque pese a que los totalitarismos tradicionales parecen cosa del pasado, la inquietante realidad del Gran Herhoy. algo de mano existe Los mundos de Philip K. Dick de pronto se nos vinieron encima. Desde los ataques con drones de Ucrania a Rusia a la pelea de Trump con las universidades y los alunmos exal reality de Elon Musk, todo tranjeros o parece sacado de una novela distópica.
Pero, al final, el problema de las novelas y “de la ficción”, como decía Aldous Huxley, “es que tienen sentido, mientras que la realidad nunca lo tiene”. Y quizá ese es el otro asunto por estos días, tratar de darle sentido a la realidad... en especial cuando no hay una sola, como sugieren las reacciones a la última cuenta pública de Gabriel Boric.
Porque si para sus partidarios fue un recuento objetivo, para otros fue la “expresión de una desconexión inquietante”. La descripción, como apunta Emilia García, directora de estudios de IdeaPaís, de un lugar “que no existe”, donde Boric se volvió la encarnación del protagonista de ese poema de Nicanor Parra, ese del “hombre imaginario/que vive en una mansión imaginaria/rodeada de árboles imaginarios/a la orilla de un río imaginario”. Una reflexión y un contraste que se instaló incluso antes de la cuenta.
Porque si el sábado en su columna Giorgio Jackson adelantaba el tono del discurso, asegurando que el Presidente Boric logró mover las “fronteras de lo posible” de la mano del diálogo, el domingo Max Colodro apuntaba que lo único que podía darle sentido al mensaje presidencial era “hacerse cargo del enorme fracaso histórico que el actual gobierno representa”. Para el primero, el Mandatario cumplió con creces su promesa, mientras que para Colodro, el gobierno es “un proyecto histórico fenecido” que intenta “presentar como virtud haber tenido que renunciar a todo lo que (... ) encarnaba”. Ya lo decía Paul Auster, “no hay una sola realidad, existen múltiples, no hay un solo mundo, sino muchos mundos, y todos discurren en paralelo”. Y eso pasa también en la coalición oficialista, donde los mundos son varios, como dice Cristóbal Osorio, y deberán ahora fijar posiciones sobre “la autocomplacencia y el foco identitario que”, según él, “intentó marcar Boric” en la cuenta. Y hacerse cargo de sus propios problemas.
Tohá no se conoce su extensión completa”, lo que se sabe hasta ahora “es suficiente para decir que se está cerca de un Estado corrupto”. Y este no es solo uno “donde se pueden comprar parlamentarios, sobornar alcaldes o pagarle a la policía, sino también donde los recursos públicos han dejado de tener valor”. El poder del relato Si como dice Harari en Nexus, su último libro -y que Diego Navarrete recuerda-, la primera tecnología de la información fue el relato y ha permitido a los seres humanos colaborar a gran escala. Si es así, quizá lo que pasa por estos días es que el relato falló. No hay acuerdo sobre el relato, y aquí estamos, intentando recomponer las fallas de esa tecnología primigenia. Pero también dice Navarrete, “están fallando las listas”, el otro componente clave de una sociedad, según Harari, que ayuda a darle orden a la "a vida de los ciudadanos.
Y esto, a E apunta, es particularmen¿ te dañino, porque “en los tiempos actuales”, cuando “abundan los poetas” -que como dice Carlos Granés saben inventar relatos para alimentar utopías-, escasean las listas y los necesarios deberes ciudadanos. Y si de relatos se trata, para Óscar Contardo, la ultraderecha ha sido especialmente efectiva en transmitir el suyo.
“En parte”, dice, “gracias a que existe una población globalmente irritada contra sus respectivas élites y, en parte, gracias a una extraordinaria capacidad para controlar en redes sociales la difusión de ideas que “la encienden emociones”. Según él, manera en que ha logrado secuestrar el concepto de libertad y patriotismo es un logro que sólo puede provocar admiración”. Sin embargo, apunta, el acecho de Trump “a la Universidad de Harvard es una expresión simbólica bastante obvia de que parte del plan de resignificación de libertad y patria pasa no solo por matonear el disenso, sino también asfixiar la posibilidad de pensamiento crítico”. Pero si hablamos de universidades, por acá también tenemos lo propio.
Como en EE.UU., para el decano de Derecho de la U. de Chile, Pablo Ruiz-Tagle, en estas tierras, la universidad también “está bajo asedio (... ) por todas las medidas que se están tomando para limitar su poder”. Todo culpa, según él, de la triestamentalidad, donde estudiantes y administrativos tendrán también derecho a voto en el senado universitario, como los profesores.
Una estructura que para Pablo Ortúzar termina generando “una situación de “irresponsabilidad organizada”, donde como si de Fuenteovejuna se tratara, nadie se hará cargo “de las decisiones tomadas”. Y sea así o no, es un hecho que el debate está abierto, y en estos tiempos distópicos, los efectos son impredecibles.
“en materia de seguridad”; Jara, con su “filiación comunista”; Winter, con “la credibilidad del FA”, y Mulet, con el riesgo de caer en la “intrascendencia”. Temas que los cuatro abordaron en el debate realizado por La Tercera y Duna. caballos”. Y si aquí, dice, el tema de fondo es la reforma del Estado, es de esperar que el escándalo sirva para construir consensos entre una derecha que quiere hacer un Estado “más ágil, flexible y eficiente”, y una izquierda que aspira a “un mejor Estado, no menos, para proteger los bienes sociales y sentar presencia efectiva en todo el territorio”. Si avanzamos por ese camino, dice, se habrá dado “un paso enorme”. En tiempos de motosierra, uno podría decir, parafraseando esa novela de Kundera, que “la solución está en otra parte”. Hay que cambiar de estrategia, dice Matías Acevedo, pasemos “de D.O.G. E a Dorothy”. Según él, “el fracaso de D.O.G.E.
” y la apuesta fallida de Elon Musk de cortar “US$ 2 billones, equivalente al 7% del PIB” de la administración federal, “deja una lección para Chile: no existen las fórmulas mágicas”. Nada de atajos ni motosierras, en el caso de Dorothy Pérez “bastó un dictamen quirúrgico para desarticular el abuso de licencias médicas”. En materia de eficiencia del Estado hay que buscar otra fórmula, dice. “Musk tuvo el impulso y prometió; Pérez, la destreza y cumplió, y en política, esto último hace la diferencia”, apunta Acevedo. Hay algo del fantasma argentino en el caso de las licencias, ese de los “ñoquis”, aquellos empleados que nadie conoce, pero que llegan para cobrar su sueldo de fin de mes. Ya lo decía Gabriel Zaliasnik la semana pasada y lo sugiere también Ascanio Cavallo.
“El escándalo de las licencias médicas (... ) semeja la sinopsis de algo”, apunta, “una historia apenas insinuada”. Y si bien, dice, “aún Sobre héroes y heroínas Pero más allá de realidades paralelas, autocomplacencias o afanes identitarios, nuestra agitada historia reciente ha ayudado a instalar referentes republicanos. Ante el desorden institucional, mantener las formas y cumplir con las normas se vuelve una virtud. Sucedió con Carmen Gloria Valladares por allá por 2021, cuando relevó el espíritu republicano durante la caótica instalación de la Convención Y Constitucional. ahora es la contralora, Dorothy Pérez, la nueva heroína de la patria.
“Dorothy la grande”, según César Barros, para quien es una de las personas “que más huella habrán dejado en la administración pública en el siglo XXT”. Y en eso, lo de destacar la labor de la otros. contralora, coinciden Como apunta Daniel Matamala, “no fue unos y necesaria una ley, una institucionalidad rimbombante, ni una nueva burocracia con edificios y sellos oficiales”, bastó en cambio de una contralora con “la inteligencia para cruzar bases de datos y la audacia para meterse en la pata de los NEWSLETTER DE OPINIÓN Suscríbase al newsletter de Opinión, Elevando la discusión, los debates que marcaron la semana, para conocer los temas que fijaron agenda y las columnas de la semana. latercera. com los debates que marcaron la semana Distopías y realidades.