La ciudad llena de bibliotecas que el desierto está engullendo
La ciudad llena de bibliotecas que el desierto está engullendo amenazado por las dunas. Agencia AP Medios RegionalesLOS ANTIGUOS LIBROS SON ALMACENADOS EN ESPACIOS COMO ESTE EN LA CIUDAD AFRICANA. en la desertificación. Los devan desde el derecho hasta las matemáticas. El líder comunitario Melainine Med El Wely se siente angustiado por lo que estáen juego para los residentesy para la historia contenida dentro de los muros de Chingueti. Es como ver un siertos, incluido el Sahara, se expanden a un ritmo sin desastre natural en cámara precedentes y los “mares de arena” se han reactivado, lenta, dijo. “Es una ciudad rodeada por un océano de arena que avanza acada minuto”, afirmóEl Wely, presidentedela Asociación para la Gestión Participativa del Oasis local.
“Hay lugares por los que camino ahora que recuerdo queeran los techos delascasas cuandoera niño”. Rememora que una vez, cuando el viento sopló tanta arena en su vecindario que cubrió las palmeras que se usaban para hacer techos, uncamello que caminaba por el vecon dunas que se trasladan porel viento y transforman paisajes donde antes había vegetación.
“Lo que solíamos pensar comoel peor escenario posible hacecinco o 10años ahora parece un escenario más probable de lo que teníamos en mente”, reveló Andreas Baas, científico de la Tierra del King's College de Londres quien investiga cómo están cambiando los vientos y la forma en quearrastran laarena. Más detres cuartas partes del suelo del planeta se ha vuelto más seco en las úl timas décadas, según un informedeONU de 2024 sobre la desertificación. La aridez hapuestoen peligro lacapacidad de las plantas, los humanos y los animales para cindariose hundióen loque alguna vez fue la sala de estar de alguien sin darse cuenta. sobrevivir.
Priva a las tierras dela humedad necesaria paDUNAS EN MOVIMIENTO Lasinvestigaciones sugieren que la migración de arena juega un papel importante ra mantener la vida, mata los cultivos y puede causar tormentas de arena e incendios forestales. “El cambio climático provocado por el hombrees el culpable. Conocido por hacer que el planeta se caliente, también causa que el suelo sea cada vez más y más seco”, dice el informe dela Organización delas Naciones Unidas.
“La escasez de agua relacionada con la aridez causa enfermedades y muerte y estimula la migración forzada a gran escala en todo el mundo”. Los científicos y legisladores están preocupados principalmente por la degradación de los suelos en regiones que alguna vez fueron fértiles y que gradualmente se convierten ahora en páramos no aptos para cultivos, en lugar de áreas queestánen lo profundo del desiertodelSahara. Pero, en Chingueti, un clima cambiante marca el comienzo de muchas de las consecuencias sobre las que han advertido los funcionarios. Los árboles se marchitan, los pozos se secan y los medios devida desaparecen.
AGRICULTURA Alos agricultores de dátilescomo Salima Ould Salem, de 50 años, les resulta cada vez más difícil nutrir sus palmeras, y ahora tienen que canalizar el agua desde tanques y podar más a fondoparaasegurarsedequese usa de manera eficiente. El barrio de Salem solía estar lleno de familias, pero poco a poco se han mudado. La arena bloquea ahora la entrada asu casa y ha enterradoaaquellas en las quealgunos de sus vecinos vivieron alguna vez. Y una casa de huéspedes cercana construida por un inversor belga hacedécadas ahora está medio sumergida en una duna ondulada de color cobre.
Aunque muchos se han ido, Salem permanece, consciente de que cada vez que un miembro de la comunidad se va, su hogar ya no puede servir como baluartey, por lo tanto, el resto de la comunidad tiene más probabilidades de ser tragadaporel desierto. “Preferimos quedarnos aquí. Si me voy, mi lugar desaparecerá”, dijo. Las acacias, los árboles de goma y las palmeras algunavez protegieron al vecindario de las dunas invasoras, pero gradualmente han desaparecido. Los árboles han han sido tamuerto desedo lados por los residentes que necesitan leña o follaje para alimentar a sus rebaños. Las tormentas de arena no son nuevas, pero se han vuelto más invasivas, y cada una de ellas cubre centímetros o metros en los barrios delas afueras, dijo el maestro jubilado Mohamed Lemine Bahane. Los residentes usan mulas y carretas para quitar la arena porque las calles de la ciudad antigua son muy estrechas para que circulen automóviles o bulk dóceres. Cuando la arena se acumula lo suficiente, algunos construyen muros nuevos sobre las estructuras existentes.
“Cuando se elimina la vegetación, eso da a las dunas la oportunidad de volverse más activas, porque en última instancia es la vegetación la que puede retener la arena para que no vuele demasiado”, explicó Bahane. Bahane ha tomado mediciones durante años de los depósitos de arena y las lluvias, y dice que Chingueti ha recibido un promedio anual de 2,5 centímetros (1 pulgada) de lluvia durante la última década. A medida que las lluvias disminuyen, los árboles mueren y más arena migra a la ciudad.
Y con los árboles de acacia más bajos sumergidos en la arena, algunos pastores recurrena la tala de palmeras datileras para alimentar a sus rebaños, lo quealtera aún más el ecosistema y la economía del cultivo de dátiles. La arena también plantea problemas desalud pública parala comunidad que respira el polvo, refirió Bahane. La solución, cree, tiene queser plantar más árboles tanto en los barrios como a lo largo del perímetro de la ciudad. Se han propuesto “cinturones verdes” de este tipo a escala continental comola “Gran Muralla Verde” de África, asícomoanivel lo-cal, en ciudades como Chingueti.
El Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio deAgricultura de Mauritania, así como organizaciones no gubernamentales con financiamientoeuropeo, han para plantar árboles y aislar alas proyectos lanzado bibliotecas y manuscritos dela ciudad. jurante siglos, poetas, ruditos y teólogos han acudido en masa aChingueti, un punto decomercio transahariano que alberga más de una docena debibliotecasquecontienen miles de manuscritos.
Pero ahora está al borde de pasar al olvido: las arenas cambiantes han cubierto desde hace mucho tiempo el núleo de la antigua ciudad del siglo VII e invaden los barrios que se encuentran en su borde actual. Losresidentes afirman que el desierto essu destino.
A medida que el clima del mundo sevuelve máscálido y seco, las tormentas de arena depositan con mayor frecuencia centímetros y metros de dunas en las calles de Chingueti y en las casas dela población, y cubren algunas por completo. Los proyectos de plantación de árboles tratan de mantener a raya las arenas invasoras, pero hasta ahora no hanaliviado las preocupaciones profundamente arraigadas sobre el futuro. Chingueti es uno de los cuatro sitios declarados Patrimonio Mundial por la Unesco en Mauritania, una nación de África Occidental dondesolamenteel0,5%de latierrase considera cultivable. En África -el continente que contribuye menos a las emisiones de combustibles fósiles-, solo Somalia y Eswatini han experimentado más impactos porel cambio climático, según datos del Banco Mundial. HISTORIA Los mauritanos creen que Chingueti es una de las ciudades más sagradas del islam. Sus casas, mezquitas y bibliotecas de piedra seca y mortero de barro almacenan algunos de los textos y manuscritos coránicos más antiguos de África Occidental, que abarcan temas que. Ubicada en Mauritania, Chingueti alberga miles de algunos de los manuscritos coránicos más antiguos de África Occidental, así como documentos sobre matemáticas y derecho. Hoy todo está