Autor: SOFÍA MALUENDA
El inversionista que apuesta por “ingenieros con empatía” y mira a Chile con interés
Chris Wake, basado en Nueva York, vendrá a Chile para ser parte del Deep € Biotech Investment Summit de la Región del Biobío.
El norteamericano cree que no hay un mejor momento en la historia que este para que surja innovación en lugares fuera de los que tradicionalmente se piensa (o a los que muchos suelen mirar), y eso lo motiva a venir por primera vez al país. Ace tan solo unas horas, el inversionista norteamericano Chris Wake tocó tierra chilena por primera vez.
Lo hizo para dirigirse hacia la Región del Biobío, lugar que recibirá al Deep €: Biotech Investment Summit, evento internacional que apunta a reunir a más de 300 actores clave del ecosistema de innovación en el casino de Huachipato.
“Creo que la innovación ocurre en todas partes, y no tengo dudas de que me voy a sorprender gratamente e impresionar con el nivel de innovación y las cosas que veré y escucharé mientras esté acá.
Así es que estoy muy entusiasmado por conocer a muchas personas”, sostiene el founding manager de Atypical Ventures, una firma de capital de riesgo basada en Nueva York que respalda a fundadores técnicos que están desarrollando tecnologías disruptivas en hardware, software y biotecnología. Típicamente, invierten entre US$ 500 mil y US$ 1 millón.
El también MBA de la Universidad de Oxford cuenta que terminó fundando Atypical justamente para crear el tipo de fondo con el que a él le gustaría trabajar: “Un fondo enfocado en empresas en etapa temprana, que apunten a cosas que realmente puedan dejar una huella en el universo”. También, dice, centrado en un tipo muy particular de fundador, que cree haber identificado alo largo de su carrera: “Que las grandes innovaciones técnicas suelen provenir de personas que uno podría clasificar como “ingenieros con empatía”. Es decir, expertos técnicos capaces de construir lo imposible, pero que además tienen las habilidades blandas para formar e inspirar al equipo adecuado a su alrededor y así crear una compañía verdaderamente transformadora. Así fue como nació Atypical”, relata. La historia detrás del nombre (“Atípico”) vino de darse cuenta de que le gustan las cosas así. “Me gustan las cosas raras, un poco distintas y que parecen una locura. Pero cuando funcionan, terminan transformando profundamente la forma en que interactuamos con la tecnología”, responde. —¿ Se puede medir la empatía? “No hay una forma rápida de medirla y tampoco hay una fórmula única. Soy el primero en decir que no somos expertos en empatía, pero creemos que es una pregunta crítica con la que nos gusta lidiar. Al final, se trata de conversar con los fundadores.
En cierto sentido, nos enfocamos en cosas profundamente técnicas, que están en la frontera de lo que es posible, literalmente”. —¿ Y cómo saber si un ingeniero tiene empatía? “Pasamos mucho tiempo tratando de entender la tecnología, de validar que sea real, que esté ahí, que pueda hacer lo que creemos que puede hacer. Pero nuestro proceso de evaluación se basa fuertemente en analizar a los fundadores y cómo piensan, incluso más que en lo que piensan.
Son sus modelos mentales, las preguntas que hacen, su resiliencia, cómo aprenden... todos esos elementos los que realmente nos interesan, porque el cómo piensan es lo que probablemente se mantendrá durante los buenos momentos, los malos y todo lo que hay en entre medio”. —¿ Han invertido en compañías de Latinoamérica o Chile, específicamente? “No todavía, pero estamos ansiosos por hacerlo”. —¿ Están buscando? “Sí. O sea, creo que eso va al centro de mi interés por Chile: la ciencia ocurre en todas partes. Y creo que ahora mismo no hay mejor momento en la historia para que la innovación surja en lugares fuera de los que tradicionalmente se piensa o a los que muchos suelen mirar.
Para nosotros, todo se trata de darles acceso a esos fundadores a los mismos recursos que nosotros tenemos, y esa es la razón por la que fundamos Atypical: enfocarnos no solo en entregar capital, sino también en ofrecer apoyo real”. —¿ Cuáles son algunas de las claves que busca en fundadores en etapas tempranas? “Buscamos ideas que realmente estén en la frontera de lo técnicamente posible. Mientras más loca la idea, mejor en muchos casos.
También mencioné esta idea del “ingeniero con empatía”. Y relacionado con eso, buscamos resiliencia: la capacidad de resistir la avalancha de personas diciéndote que estás loco o que tu idea no funcionará, y aún así tener la autoconfianza y el empuje para levantarte cada día y seguir adelante. Otro rasgo clave es la capacidad de aprendizaje. Buscamos fundadores que sean verdaderas máquinas de aprender, que estén constantemente cuestionando sus propias suposiciones y sesgos. Y eso también nos lleva de vuelta a la empatía: buscamos humildad intelectual como un indicador de empatía. Es muy fácil encontrar personas increíblemente brillantes que no pueden trabajar con otros.
Lo difícil es encontrar personas igual de brillantes que sí pueden colaborar de manera excepcional y que entienden que las fronteras de su propia ignorancia son, de alguna manera, más amplias que las de su inteligencia.
Y por eso siempre están buscando ideas, personas y espacios donde puedan desafiar constructivamente sus propios conocimientos y creencias”. —Es difícil encontrar personas así... “Pero para mí, eso lo hace más fácil en cierto modo, porque mi trabajo se reduce a encontrar una aguja en un pajar. Solo tengo que hacer una cosa: encontrar la aguja. Es decir, separar lo extraordinario del resto”.