Editorial: Crimen organizado: enfrentar antes que lamentar
Editorial: Crimen organizado: enfrentar antes que lamentar Las alarmas llevan tiempo encendidas, pero las últimas semanas han sido un grito de alerta.
La detención de una banda de secuestradores venezolanos en la toma La Varilla, en La Serena, con posibles vínculos con el temido Tren de Aragua -arista aún por investigar por parte de la PDI-, confirma lo que ya no puede ser negado: el crimen organizado ha echado raíces en el país, y su expansión es cada vez más violenta y sofisticada. Lo más inquietante, sin embargo, no está sólo en los delitos que se multiplican en las calles, sino en la posibilidad de que estas redes estén infiltrando instituciones clave.
Las recientes revelaciones sobre eventuales nexos entre narcotraficantes y miembros del Ejército y la Fuerza Aérea no pueden ser tomadas a la ligera, La penetración del crimen organizado en las Fuerzas Armadas no solo compromete la seguridad nacional: erosiona la confianza ciudadana y debilita el corazón del Estado. El país está a tiempo, pero el margen se estrecha.
No se trata solo de fortalecer el trabajo policial, sino de blindar las instituciones, combatir la corrupción sin titubeos y dotar al Estado de todas las herramientas necesarias para enfrentar una amenaza que no respeta fronteras ni jerarquías. Postergar decisiones por cálculo político o subestimar los hechos sería una irresponsabilidad histórica. La ciudadanía exige respuestas. El Estado no puede fallar.. Postergar decisiones por cálculo político o subestimar los hechos sería una irresponsabilidad histórica. La ciudadanía exige respuesta.