Autor: JESSICA MARTICORENA
EMPLEO FEMENINO EN CUATRO DÉCADAS: bajan trabajadoras de casa particular, y aumentan abogadas, contadoras y carabineras
EMPLEO FEMENINO EN CUATRO DÉCADAS: bajan trabajadoras de casa particular, y aumentan abogadas, contadoras y carabineras Ed af a u l e id ra a, d e e r s a p d u e e u r n ta 2 n 1986, la proporción de mujeres ocupadas que ejercían como personal de servicio doméstico (también llamadas tra bajadoras de casa parti cular), tanto en las mo s adentro como puertas 5,7%. En 2024, las muje res ocupadas en ese tipo de empleo fue de solo 5,4%. Es parte de las grandes transfor maciones del mercado laboral femenino chileno en las últimas cuatro décadas, pro ceso de cambio del que da cuenta el informe laboral con enfoque de género elaborado por el Observatorio del Contexto Económi co de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), junto con la Cámara de Comercio de Santiago y ChileMujeres, en base a datos del INE y de la Encuesta Casen. “Es una buena noticia y responde a bue nas razones, entre ellas, a un aumento del nivel educativo de las mujeres, que permite acceder a trabajos más calificados”, explica Juan Bravo, director del OCEC UDP. Enu mera otros factores, como los demográfi cos, que también han incidido en esa ten dencia. “Influye la menor cantidad de hijos que están teniendo las familias y la reducción del número de integrantes de los hogares, que hace que las familias demanden menos servicio doméstico para poder realizar las labores.
Además, hay cada vez mayor dis ponibilidad de servicios que sustituyen la necesidad de contratar servicio doméstico, por ejemplo, servicios de comida que redu cen la necesidad de tener personal que haga ese tipo de tareas, y servicios de limpieza y planchado que puedes contratar por inter net o plataformas”, detalla.
La participación de las mujeres en el mer cado laboral ha tenido un salto relevante, de la mano de “una mayor conciencia de que los ambientes laborales deben ser libres de acoso, permitiendo que las mujeres puedan insertarse”. También obedece, agrega, “a un cambio cultural, donde se ha ido toman do conciencia de los efectos negativos de los estereotipos y de la asignación cultural de roles”. En 1986, la tasa de participación laboral femenina era del 31,1% y se elevó al 52,6% en 2024, el nivel más alto registrado hasta la fecha. “Hay avances relevantes en las últimas cuatro décadas, pero a la vez queda mucho por avanzar en muchas áreas”, subraya Bravo. Gran impulsor de la mayor presencia femenina en el mercado laboral ha sido la inserción en la educación superior, que abre las puertas de mejores oportunidades de empleo.
“Si tomamos la población de mujeres en edad de trabajar (15 años y más), en 1990 apenas el 6,4% de la población de mujeres tenía educación superior completa, en 2022 esta cifra era del 25,5%. Cuando las personas tienen una mayor educación, el costo de no participar en el mercado laboral se eleva, entonces, ese factor contribuye a explicar una mayor presencia del empleo femeniEn una mirada de largo plazo, se evidencia un aumento paulatino en las últimas décadas de la presencia femenina en sectores históricamente masculinos, como construcción y minería. En construcción, la participación de las mujeres pasó de 3,1% en 1986 a 8,4% en 2024, mientras que en minería aumentó de 4,2% a 13,8% en el mismo período. “Derriba la idea de que en esas ramas no había espacio para más mujeres, y no hemos llegado al techo en ningún caso, hay espacio para que las mujeres tengan una mayor presencia”, puntualiza Bravo. Y plantea un desafío.
“Esta mayor presencia femenina en estas ramas ha ocurrido principalmente en empleos de alta calificación, y sigue habiendo el desafío de que más mujeres puedan incorporarse a estos sectores en labores de mediana y baja calificación”. Asimismo, el incremento de la población femenina en la educación superior en las últimas décadas ha allanado una mayor inserción femenina en ocupaciones tradicionalmente masculinas, como los abogados, en donde solo el 27,2% de quienes ejercían esta ocupación en 1996 eran mujeres, mientras que al 2022 esta cifra había aumentado a 42,8%. También se observa un crecimiento de la presencia femenina en la profesión de contador, donde hasta hace unos años predominaban los hombres; así, mientras en 1996 solo el 26,6% de quienes ejercían esa ocupación eran mujeres, en 2022 pasó a ser realizada mayoritariamente por mujeres, con el 51,7%. A su vez, destaca el importante incremento de la proporción de mujeres que se desempeña como carabinera, pasando de representar apenas el 2,4% en 1996 al 21,5% en 2022.
En la misma línea, se observa un aumento paulatino de la participación de mujeres que ejercen cargos de primera línea en las empresas, como directoras, gerentas y administradoras, avanzando de 18,3% en 1986 a 29,9% en 2024.
No obstante, advierte Bravo, “si bien es una buena noticia desde una perspectiva de largo plazo, porque hay una mayor inserción de mujeres en este tipo de empleo, la mala noticia es que la proporción de mujeres en puestos de liderazgo ha alcanzado una suerte de techo en la última década, estancándose en torno al 30% desde 2014, evidenciando las dificultades y barreras que siguen enfrentando las mujeres para el acceso a estos cargos.
Hay una tarea pendiente”. Pese a los avances antes mencionados, también persisten factores negativos, como la falta de oportunidades laborales formales con flexibilidad y facilidades de conciliación entre la vida laboral y las responsabilidades del hogar, “que pueden haber influido en el aumento de la prevalencia de mujeres en ocupaciones informales y de alta precariedad, como vendedores ambulantes de productos comestibles, donde la presencia de mujeres saltó del 35,7% en 1996 al 63,7% en 2022, lo que es muy negativo”. En la industria de la mineria, la presencia femenina saltó de 4,2% a 13,8% entre 1996 y 2024. Informe OCEC UDP, Cámara de Comercio de Santiago y ChileMujeres no”, explica Bravo.. Estudio revela aumento paulatino de la presencia femenina en sectores históricamente masculinos, como construcción y minería. Aunque advierte del estancamiento de mujeres que ejercen cargos de primera línea en las empresas, como directoras, gerentas y administradoras. • Informe OCEC UDP, Cámara de Comercio de Santiago y ChileMujeres