Autor: Dra. Miriam Pardo Fariña Académica de Psicología de U. Andrés Bello, se- de Viña del Mar
COLUMNAS DE OPINIÓN: un síntoma grave de nuestra sociedad
COLUMNAS DE OPINIÓN: un síntoma grave de nuestra sociedad Oo Columna amentablemente, las peL:: conarmas blancas, balaceras y otro tipo de ataques, se están volviendo cada vez más recurrentes en los establecimientos educacionales. Dada la gravedad de la situación, se ha formulado la propuesta de colocar detectores de metales en las entradas de los colegios con la intención de detener a tiempo sucesos de considerable gravedad.
Cabe preguntarnos, ¿por qué hemos llegado a estosniveles de violencia?, ¿por qué la anomia de nuestra sociedad va acrecentándose hacia niveles cada vez más degradantes? Esimportante señalar que esta realidad expresa la fractuViolencia escolar con armas: un síntoma grave de nuestra sociedad ra delos vínculos sociales, familiares y escolares.
La anomia, carencia de normas sociales, da cuenta de una historia sociocultural deshilvanada, siendo los niños, adolescentes y jóvenes los portadores de actos violentos que carecen de palabra, porque no hasido posible tramitar los sufrimientos por vías simbólicas y afectivas. Esto da cuenta de deshumanización.
Respecto a lo anterior, se piensa enel detector de metales como una medida urgente para evitar este descontrol desmedido; sin embargo, es una señal paradójica si consideramos que el sistema educativo debe formar a sus estudiantes integrando los ámbiDra. Miriam Pardo Fariña Académica de Psicología de U.
Andrés Bello, se"La educación no debiera reducirse a la lógica de la seguridad, sino cuestionar cómo se pueden establecer vínculos sanos, cómo reformular los Programas de Convivencia Escolar, cómo trabajar con las familias, cómo se puede expresar la frustración sin causar dolor a los demás". tos referidos a lo educativo, emocional y comunitario.
Se trata de un trabajo que toma un largo tiempo y enel cual no se vislumbra cómo abordarlo cuando el tejido social se ha roto, por lo quelos niños, adolescentes y jóvenes actúan de manera "irreflexiva", con actos violentos, porque desde mucho antes, desde sus entornos familiares y sociales, no han sido escuchados, o han sufrido maltratos de diversa índole, incluyendo sentimientos de abandono.
En tales circunstancias, atacar al otro es lasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para deslasolución más fácil para desde Viña del Mar truir cuando es el mismo niño o joven violento que ya se siente destruido, sin poseer herramientas cognitivas, afectivas, emocionales, entre otras, para cambiar la mirada dela vida.
Frentea estos hechos, presentar un escenario con detectores de metales, es mostrar a la sociedad de que no hemos sabido encontrarlas formas de abordar este problema de manera integral promoviendo la comunicación y el encuentro con el otro. Tampoco hemos sabido reparar y acompañara nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Sólo quedan instrumentos concretos, como un detector de metales, para obtener una sensación de seguritener una sensación de seguridad normalizando que somos sospechosos de posibles actos que algunos cometen.
La educación no debiera reducirse a la lógica dela seguridad, sino cuestionar có'mose pueden establecer vínculos sanos, cómo reformular los Programas de Convivencia Escolar, cómotrabajar con las familias, cómo se puede expresar la frustración sin causar dolor a los demás.
Esto no essólo una tarea para el sistema educativo, es un replanteo que debiéramos tener todos, porque formamos parte del tejido social, para buscar caminos sin permitir quela brutalidad ciegase tome las calles y nuestros establecimientos educacionales..