Autor: Alberto Torres Belma
Columnas de Opinión: Los 17 millones...
OColumnaSociólogoy académico dela Universidad de AntofagastaE reciente descubrimiento de la remuneración de 17 mi-llones de pesos recibida porlaex Ministra de Educación, Marcela Cubillos, remeció al país, siendo acusada de usu-Las instituciones de educación s superior tanto públicas comoprivadasdebenfructuar de su condición de política para obtener un estipendio a todas luces excesivo y fuera de lo aceptable por labores desempeñadas en la Universidad San Sebastián, que finalmente queda en entredicho a partir del testimonio de varios estudiantes de la casa de estudios. Lo acontecido con la ex parlamentaria a todas luces es un escándalo y una burla para osacadémicos de carrera, tanto en el sector público como privado.
En Chileaun ostentando el grado académico máximo de Doctor, un docente no podrá aspirar a la remuneración que estáser responsables”. enelcentrodelapolémica, aún siendo productivo y ejerciendo en las cuatro áreas de desempeño: docencia, vinculación con el medio, investigación y gestión académica.
Es cierto que en el sector privado incluyendo universidades-lasremuneraciones pueden ser discrecionales, pero debe considerar, en primer término, el componente ético: ¿ la remuneración esacorde alas cualificaciones profesionales?; además, la productividad: ¿ Qué tan productivo es el académico en términos de concretar las tareas previamente comprometidas?. Por lotanto, el caso de Marcela Cubillos motiva la discusión sobre en qué medida se transgredelo ético. Elcasoconstituye una oportunidad para que en los plante-les de educación superior tanto públicos como privadosse investigue si existen otros políticos con similares licencias. Importante explorar las situaciones tanto a nivel regional como nacional: ¿ tendremos casos similares?. No se trata de buscar un “empate”, sino una total transparencia respecto asilos privilegiosson transversales o más bien anecdóticos.
Nada impidea unaex autoridad pública, independiente de susector político, desempeñar labores académicas en una institución de educación superior, ya que es importante ponera disposición delos estudiantes y la casa deestudios la experiencia obtenidaen el desempeño de altos cargos públicos al servi cio del país.
Lo que debe examinarse es sisu remuneración es ecuánime respecto alas tareas comprometidas los resultados obtenidos; y que, además, sea proporcional. los estudios y grados académicos alcanzados, tal cómo ocurre en el caso de los académicos de carrera.
Pero sise dal caso de un docente que teniendo las mismas credenciales que un político cuenta con unaremuneración menor, ¿dóndese aplica el componente éti co?. Su ausencia nos confirmaría más bien que el amiguismo seríael criterio decisionalen la contratación de políticosenuniversidades.
Si un político retorna oinicia una aventura académica en ins-ión pública se debe salvaguardar el respeque permita incrementarsus de ex autoridad pública. es cualquier situación extraordinaria Enconsecuencia, las instituciones de educación superior -de: toalas escalas de remuneraciones existentes, evitando, además, emolumentos por su mera condición tanto públicas como privadasdeben ser éticamenteresponsa-bles para prevenir situaciones que generan desazón y desconfianza en la sociedad..