Editorial: Profesión docente
Editorial: Profesión docente 0 Editorial a abrupta baja en las matrículas en pedagogía no puede seguir leyéndose como un fenómeno aislado ni como un problema de vocación individual. Es un reflejo directo del lugar que el Estado y la sociedad le han asignado a la profesión docente: uno más bien de subordinación, de vigilancia constante, de desgaste. Una profesión que ha sido sistemáticamente precarizada, instrumentalizada y despojada de sentido y de autoridad en el aula.
No es casual que cada vez menos jóvenes quieran ser profesores. ¿Qué horizonte se les ofrece? ¿ Qué condicionesreales existen para enseñar con dignidad?. La sala de clases se ha convertido en un espacio saturado de controles externos, exigencias burocráticas, desconfianza institucional y nulo o casi nulo margen para la creación pedagógica. La acción pedagógica, tal como explica Carmen Gloria Garrido, directora de Educación dela U.
Andrés Bello, está siendo ha convertido en un tratada como un engranaje obediente del sistema educativo, y no comolo que verdaderamente es: una laboren comunidad, intelectual, ética y política, crucial para construir democracia y justicia social. Hemos permitido extrañamente que se les exija a los profesores como si no supieran su profesión, o bien como si debiesen de saber de todo lo que nuestra sociedad nosabe. Es cierto, ha habido iniciativas, avances, pero no con la urgencia requerida o con un foco de reestructuración de los espacios y formas de hacer una comunidad educativa fuerte, creativa, propositiva, abierta e inteligente. Ser profesor hoy es, paradójicamente, un acto de resistencia y valentía, siendo necesario devolverle a la pedagogía su estatus, su autoridad y su espacio de invención. Y esoimplica voluntad política y el concurso de universidades que forman a profesores. De ese modo, el profesor con vocación podrá tener un buen trabajo y además tiempo para su vida personal. Algo muy básico, no creen. La sala de clases se espacio saturado de controles externos y exigencias e burocráticas.. No es casual que cada vez menos jóvenes quieran ser profesores. ¿Qué horizonte seles ofrece?