Viejismo y capacitismo
8El Censo 2024 revela que un 32,6 % delas personas de más declara tener algún tipo de discapacidad.
Este dato, lejos de sorprender, confirmauna realidad largamente advertida por quienes trabajamos en el campo del envejecimiento: en Chile seenvejececon precariedad, sin garantías deaccesibilidad, y bajo una doble discriminación persistente y solapada: el viejismo y el capacitismo. El viejismo, discriminación por edad hacia personas mayores, opera naturalizando la exclusión del debate público, de la planificación urbana, del empleo, del acceso a tecnologías y del ejercicio pleno de sus derechos. El capacitismo, por su parte, impone la idea de un cuerpo único, funcional, productivo, independiente, y margina aquienes no cumplen con ese ideal.
Cuando estas dos formas de opresión se intersectan, susefectossondevastadores: vidas despojadas de autonomía, decisiones médicas que infantilizan, pensiones indignas, y barreras arquitectónicas, tecnológicas y sociales que transforman lo que podría ser una limitación funcional transitoria en una discapacidad permanente. ¿Son las personas mayores más propensas a tener discapacidades? O, mejor dicho, ¿es esta sociedad la que discapacita asus personas mayores? La respuesta importa, porque define el rumbo de las políticas públicas.
No podemosignorar el impacto acumulado de los determinantes sociales de la salud -como la pobreza, la falta de redes, la educación desigual, y el acceso diferenciado a atención médicaque condicionan profundamente la manera en que se envejece y se enfrenta la discapacidad. Frente a esta realidad, urge no solo reconocer esta intersección de discriminaciones, sino avanzar decididamente hacia una Ley Integral de Envejecimiento, un Sistema Nacional de Cuidados, y una política de accesibilidad universal con enfoque interseccional. Nosetrata de envejecer bien para algunos, sino el derecho a una vejez digna para todas y todos, sinexcepciones. Agnieszka Bozanic