Autor: Jorge Valderrama Gutiérrez
Un paseo por la histórica Alameda de Talca
Urificante floresta de una urbe saturada por su densidad automotriz, la Alameda Bernardo O'Higgins de Talca tiene su origen en el Acta de Fundación de la Villa San Agustín de Talca, donde se explicitaba el número de cuadras delineadas alrededor de la Plaza de Armas, abarcando parte del terreno de lo que es hoy Alameda. Posteriormente, se fue consolidando a partir de numerosos parques que existieron hasta bien avanzado el siglo XX, algunos de los cuales son evocados por adultos mayores, historiadores, cronistas y por quienes han visitado la urbe. De ellos se mencionan los siguientes.
Sumatoria de parques Parque de las Industrias, que se situó entre 8 y 9 Oriente, frente a la desaparecida Fábrica de Fósforos El Volcán (actualmente existe un supermercado). En dicho lugar aún se yergue la hermosa escultura metálica Minerva, de 1,72 metros de alto y empinada en un cipo de 2,10 metros. Sin su lanza original, luciendo casco de alto penacho y égida (especie de coraza de piel de cabra) representa a la diosa romana Minerva, equivalente a la diosa griega Atenea.
Confeccionada completamente en bronce, su efigie actual refleja la Monumento a la Victoria, obra de arte de inestimable valor histórico, probablemente la más valiosa de la ciudad, y que se yergue en la cima del Obelisco a la Legión Talquina, en el vértice de 1 Oriente (colección del autor). ausencia de los símbolos mitológicos que la representan: su lanza en su siniestra y una aceituna en la diestra. Es una obra que ha sobrepasado décadas, soportando terremotos y depredaciones humanas. Parque Gabriela Mistral, enquistado entre 6 y 7 Oriente, frente al ingreso principal del Liceo Marta Donoso Espejo. Donde otrora se situó dicho parque, aún se encuentra el monolito que rememora a la poetisa y maestra del valle de Elqui, Lucila Godoy Alcayaga, conteniendo algunos versos de sus Sonetos de la Muerte. Parque del Liceo, ubicado frente al actual Liceo Abate Molina, entre 5 y 6 Oriente, que durante años exhibió un hermoso e ilustrativo parque botánico en el corazón de Alameda. Parque Bicentenario de Talca, emplazado en 3 y 4 Oriente, al interior de la antigua Plaza de Juegos Infantiles. Allí se erigieron, en 1942, dos columnas que simbolizaban cien años cada una con motivo del Bicentenario de la ciudad. Dicho monumento quedó inconcluso, pues en su parte superior estaba bosquejado colocar un cóndor con sus alas desplegadas en toda su magnitud y con sus patas apoyándose en cada columna. Creativa alegoría en la cual el ave voladora más grande del mundo, que representaba a Talca, insinuaba que al cumplir 200 años emprendía raudo vuelo hacia el futuro y el progreso. Parque Manuel Blanco Encalada, que abarcó desde 1 Oriente hasta 1 Poniente, verdadera sumatoria de jardines y arcos de madera en los cuales se deslizaban coloridas enredaderas.
Parque Juan Cornelio de Baeza, que se encontraba un poco más al sur, abarcando desde 2 Norte y de 1 Oriente hasta 2 Poniente, ocupó el lecho del que antes fuera Estero Baeza en honor al corregidor del Partido del Maule, don Juan Cornelio de Baeza y Ortiz del Valderrama, del que quedan sus empinadas palmeras. Parque Gil de Vilches y Aragón, situado frente a la cárcel, cuyo terreno perteneció al capitán homónimo que donó los terrenos para cuando el rey decidiera fundar una villa o ciudad.
Extendido entre 2 y 3 Poniente, aún se emplaza la Alegoría a las Bellas Artes, bloque escultórico en el cual destacaban dos fanales y un vistoso espejo de agua rodeado de prados, formando parte de un proyecto de mayor magnitud que quedó inconcluso cuando se celebraba el Bicentenario de la segunda fundación de la villa.
Era un reconocimiento a los cultores del arte locales: a los pintores Clarisa Donoso Bascuñán, Florencio Umaña, José Agustín Araya, nicanor González Méndez, Agustín Abarca, José Fortunato Rojas Labarca y su hermano Vicente; al músico Isidoro Vásquez Grillé; al folclorista Honorio Concha Bravo; a la escultora Olga Ojeda Avaria; al grabador Mario Brack (Clodomiro Bravo Rodríguez) y a muchos otros.
Parque Exposición, que tomó su nombre por haberse realizado en sus terrenos la Primera Exposición Industrial de Talca el año 1905 (la segunda después de la de 1902), donde hoy está el Estadio Fiscal (aproximadamente 3 y 4 Poniente). Parque Estadio Fiscal, ubicado frente al Estadio, entre 4 y 5 Poniente, y que durante años exhibió la estatua “Discóbolo” o “El Disco”, del que aún se conservan unos canelos que forman un semicírculo, los que según la tradición fueron plantados por una delegación de araucanos que visitó la ciudad. Parque Presidente Arturo Alessandri Palma, estaba enclavado en la esquina de 5 Poniente, y poseía una sobria placa metálica en honor a ese destacado Presidente de la República. Su extensión llegaba hasta el cruce del Canal Sandoval.
Botánica columna vertebral Quien desee curiosear un poco más profundamente, encontrará en toda su Considerada una de las más extensas de Chile, con aproximadamente 18 cuadras de extensión, desde calle 11 Oriente y hasta el borde del río Claro, es también un oxigenante pulmón verde en el cual se sitúan prestigiosos establecimientos educacionales, así como los principales monumentos públicos que posee la ciudad Minerva, hermosa escultura en bronce situada entre 8 y 9 Oriente, de 1,72 metros de alto y empinada en un cipo de 2,10 metros.
Aunque ya no posee su lanza ni su aceituna, es una imagen icónica de la Alameda talquina (colección del autor). Bloque escultórico Alegoría a las Bellas Artes, en el cual originalmente destacaban dos fanales y un vistoso espejo de agua rodeado de prados, en 2 y 3 Poniente.
Parte de un proyecto inconcluso con el que se quiso celebrar el Bicentenario de la segunda fundación de la villa (colección del autor). Busto metálico que recuerda el heroísmo del joven teniente de Carabineros de Chile, Juan Carlos Amar Iturrieta, ubicado frente a la Tercera Comisaría de Talca, entre 1 y 2 Poniente (colección del autor). extensión un verdadero Jardín o Parque Botánico.
Así, desde 1 Oriente y hasta el final, en calle 11 Oriente, existen numerosas especies arbóreas exóticas, tanto del país como de otras latitudes, que otrora tenían un cartelito que identificaba la especie con su nombre científico y común, y el lugar del que era originaria. Cualquiera puede apreciarlo hoy, aun cuando muchos han sido arrancados o destruidos. Evidencia que la Plaza de Armas refuerza, ya que en todo su periplo tiene una exótica, variada y bella floresta autóctona e internacional.
En relación a Alameda, es urgente reparar y actualizar esos “cartelitos” didácticos, para poner en valor aquellas bellas e históricas especies vegetales que otorgan sombra en verano y protección del viento y la lluvia en invierno, como una manera de evitar lo que le ocurrió al parque que perteneció a la CCU -Compañía de Cervecerías Unidas-, cuando una cadena de supermercados compró el terreno que ocupaba, destruyendo más de la mitad de aquel paraje arborescente maravilloso, del que queda una pequeña y mutilada sección besando el estero Piduco.
Y no se debe obviar mencionar que en ella se encuentran 4 prestigiosos establecimientos educacionales: los liceos Abate Molina, Marta Donoso Espejo, De la Salle (en sus inicios Blanco Encalada) e Instituto Superior de Comercio (INSUCO). Monumentos desaparecidos y actuales A lo largo del tiempo la Alameda ha exhibido numerosos monumentos, algunos desaparecidos y otros que aún permanecen.
En ese tenor, parafraseando al gran Leonardo da Vinci, cuando afirmaba que “el artista es dueño de todas las cosas que el hombre pueda pensar... lo que en el universo existe por esencia, presencia o imaginación, él lo tiene antes en su mente y en sus manos luego”, se mencionan algunos de los muchos que entonces ornaron su contexto.
Al ingreso del Estadio Fiscal estaban Miseria (posteriormente se situaría al ingreso del antiguo Hospital Doctor César Caravagno de Talca) y El Discóbolo; La Ola, que estaba frente a la Tercera Comisaría, entre 1 y 2 Poniente. Luciendo resquebrajada y sin una de sus manos, en su pedestal tenía como única referencia la leyenda: “Ernesto Concha 1940”. Colapsó para el terremoto del 27 de febrero de 2010.
El Esclavo, copia del original de Miguel Ángel, en 2 Norte 1 Oriente con 1 Poniente; las efigies de Juana de Arco y de Diana Cazadora, que se ubicaban en el antejardín del actual Liceo Amelia Courbis por 5 Oriente, en tanto Militza estaba situada en calle 1 Norte esquina 4 Oriente. Y el Monumento a la Ley de Instrucción Primaria, en Alameda entre 5 y 6 Oriente, frente al actual Liceo Abate Molina.
De los que se preservan, se citan: el Monumento Ecuestre a Bernardo inaugurado el 14 de noviembre de 1959 en 6 Oriente; la estatua del insigne científico, investigador, botánico e intelectual Abate Juan Ignacio Molina, en el frontis del Liceo homónimo -5 y 6 Oriente-. Sobresaliente escultura que representa la figura del sabio con un manuscrito en sus manos y un cóndor a su derecha, y que fue realizada por Augusto Francois en 1861. En su base se lee: “A su benemérito fundador Abate don Juan Ignacio Molina González, en el 164 aniversario de nuestro colegio.
Talca, 5 de julio de 1991”. Ubicado en 1 Oriente se encuentra el Monumento a la Legión Talquina, que en su cenit sostiene a La Victoria, estatua de bronce remitida en 1881 (junto con cinco ejemplares de la obra “Geografía del Perú”) por el coronel José Francisco Gana, a la sazón jefe político y militar del puerto peruano El Callao, en el contexto de la Guerra del Pacífico.
Entre 1 y 2 Poniente, frente a la Tercera Comisaría de Carabineros de talca, está el busto metálico con una placa que recuerda el heroísmo del joven oficial de Carabineros de Chile, Juan Carlos Amar Iturrieta.
Asimismo, don Benito Riquelme, connotado cronista talquino, rememoraba que frente a una añosa casona de Alameda, entre 2 y 3 Oriente, al amparo de la sombra de retorcidas encinas, durante el crepúsculo apacible o en quietas noches conventuales, solían reunirse a charlar los doctores Genaro Cecchi, apasionado por la música; Alberto Santander, atraído por la muerte y la filosofía positivista de fines del siglo XIX; y el escritor Domingo Melfi, a quien le gustaba recitar versos del Dante, de Leonardo y Petrarca.
Sin duda que la Alameda talquina continúa siendo punto de reuniones familiares, de amigos/as, de alumnos/ as de escuelas y liceos locales, de pololos y amantes furtivos, de vecinos del sector, de jubilados/os y visitantes ocasionales, que por antonomasia la consideran vértice de encuentros con la naturaleza y de inflexión educativa. Todos ellos disfrutan, interiormente, de la apacibilidad que otorga el pasar o permanecer bajo un ciprés o una araucaria más que