EL infinito amor de un hombre por Tarapacá
EL infinito amor de un hombre por Tarapacá w nrFn A1O -nu Ignacio Cembrano Periodista UC El libro “Recuerdos de un Pampino” revive revive las memorias de Jorge Schrader Hesse, oriundo de la Salitrera Puntilla de Huara. Huara. Por petición suya antes de morir, sus cenizas viajaron desde Estados Unidos a Chile para reposar justo donde alguna vez se irguió la salitrera. Posteriormente, gracias a su hijo, Carlos Schrader Jara fallecido fallecido el 19 de junio del año pasado sus recuerdos se pueden leer y son de dominio dominio público en el magnífico sitio Memoria Chilena. U U Ii Sol, tierra, viento y silencio. Jornadas completas completas de trabajo y abundante sudor bajo el implacable calor nortino era costumbre para los trabajadores que extraían salitre a lo largo de prolongados turnos. Alguno que otro sonido de metales chirreando con ritmo, mientras emanaba el vapor de las locomotoras que conectaban costa e interior para el traslado de materiales y mineral.
También, algunos realizaban servicio servicio de pasajeros, rompiendo de vez en cuando con la quietud de la pampa, así como el golpeado estruendo de algunas que jamás abandonó el amor por su tierra taratronaduras taratronaduras para la extracción de mena: paqueña, trascendiendo generaciones y de alguAsí alguAsí era a comienzos del Siglo XX la rutina na manera, a su propio cuerpo físico. en la Salitrera Puntilla de Huara, ubicada a 2 kilómetros al noroeste de Huara ya 75 HIJO DE LA PAMPA kilómetros al este de Iquique.
Puntilla de Huara comenzó a tomar forma en De esa manera transcurrió la infancia de 1896, bajo la administración de Jorge Schrader Jorge Guillermo Schrader Hesse (PuntiRomero (lquique, 1867-Lima, 1922) de padre alella alella de Huara, 1907-Provo, Estados Unimán y madre peruana.
La oficina no tuvo un inicio dos, 1994), hijo de inmigrantes alemanes, fácil en ese periodo, debiendo paralizar en 1897, peruanos, así como de habitantes del normismo año de su inauguración, debido a una te de Chile, quien nació en dicha oficina baja en el mercado internacional del salitre. salitrera.
A sus 83 años, decidió escribir sus memorias las que gracias a su espoLa reactivación de la faena tuvo lugar recién para sa y particularmente con el gran apoyo el cambio de siglo, en al año 1900, mientras el de uno de sus 11 hijos, pudieron llegar a señor Schrader Romero se dedicó a la adminispapel. adminispapel. tración de otras salitreras.
En 1906, contrajo maDe la salitrera en la cual él vivió, solo trimonio con María Isabel Hesse García, chilena queda el remante ya erosionado del cenacida en Copiapó, unión que al año siguiente rro del ripio, lugar donde se apilaban los dio origen a Jorge Schrader Hesse, hijo único. residuos minerales. Ahí también-a petiSin muchos parientes cercanos a la redonda, la ción del pampinoyacen sus cenizas que infancia de este hombre oriundo de la pampa debieron ser trasladadas desde Estados fue esencialmente solitaria. Hasta 1919, es decir, Unidos, país al que emigró en la década hasta sus 12 años habitó íntegramente en la ofide ofide los 70s.
Su último anhelo demuestra cina salitrera.. EL infinito amor de un hombre por Tarapacá ! : En Recuerdos de un Pampino las páginas desentierran lo que había había sobre la tierra de Puntilla de Huara hace más de 100 años. La casa de la administración-rememora Schrader Hesseestaba rodeada de jardines, juguetes y animales como vacas, caballos y gallinas que, con bastante colaboración de personas expertas, se habían adatado a vivir en pleno desierto. Asimismo, jilgueros, diucas y cardenales avivaban los amaneceres con su canto desde la pajarera del hogar. También, se erguían distintas obras ingenieriles que daban entrada entrada a la alta tecnología industrial de la época a remotas zonas del Desierto de Atacama.
Toda esa innovación giraba en torno a la extracción de salitre, mineral que entre 1880 y 1930, constituyó la principal actividad económica del país, hasta que se consolidó el comercio de abonos sintéticos los que finalmente sustituyeron sustituyeron al salitre a nivel global, siendo Chile particularmente golpeado. golpeado. (ñcina X, hkr, Vivos recuerdos saltaban frecuentemente a las retinas de Schrader Hesse, quien alude en sus memorias a dinámicas que, en cierta medida, todavía se repiten hasta el día de hoy. De sus viajes en tren recuerda: “Yo, mirando por la ventanilla, ventanilla, puedo ver la vista panorámica de Iquique.
Es tan viva la sensación de estar allí que parece no haber tiempo entre ese entonces y hoy, y creo estar viendo el mar azul y las líneas blancas de las olas al formar la espuma. Tal es la configuración configuración de ese litoral, que se decía y aún se habla diciendo: subir la Pampa y, bajar a Iquique.
En la pampa estaban las salitreras y abajo, la ciudad de Iquique”. “Al lado norte y a la distancia, por donde estaban otras salitreras, una corrida de cerros dificultaba la pasada del tren, el cual debía sortearlos recorriendo un largo trecho hasta llegar a Puntilla de Huara. Yo podía ver eso. Un día, sobre el piso del corredor, que era con tablones de madera, se me ocurrió trazar con tiza las líneas de mi propio ferrocarril. Más aún, como las calderas me fascinaban las dibujé en los muros y, como mis padres comprendían mi soledad y mi entusiasmo por las cosas, me toleraban todos estos arranques de ingeniero precoz recuerda Schrader. Deesa manera, Recuerdosde un Pampinodivaga entretestimonios, fotografías, dibujosyanécdotasquedocumentancómo funcionó la salitrera Puntilla de Huara a comienzos del Siglo XX, asícomo otras evidencias que dan cuenta sobre cómo era la vidaenlapampaenaquellosañosconlallegadadela modernidadasitiosinhóspitosenaquelentonces.
Cabeseñalarque un fragmentode la obra está incluido en “Antología deCuentosyRelatos Mineros deChile libro publicadoen 2015 porel profesor profesor de la Escuela de Ingeniería Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Javier Jofré Rodríguez. ti 1 __.