EDITORIAL: Narcoterrorismo venezolano
EDITORIAL: Narcoterrorismo venezolano EDITORIAL: Narcoterrorismo venezolano En 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos formales contra Nicolás Maduro y varios funcionarios venezolanos por tráfico de drogas y narcoterrorismo.
Ya en ese momento se señalaba al dictador de Venezuela como el líder del "Cartel de los soles", una organización supuestamente responsable de manejar una red de corrupción que facilitó la entrada de "toneladas de droga" a EE.UU., en colaboración con grupos guerrilleros como las FARC colombianas. Una recompensa de US$ 15 millones por información que llevara al arresto de Maduro fue aumentada a 25 millones por Joe Biden, días antes de entregar el mando a Donald Trump. Y la semana pasada, el Departamento de Estado designó a "Los soles" como "organización terrorista" que apoya a otros grupos como el "Tren de Aragua" y el cartel mexicano de Sinaloa. Marco Rubio apuntó directo a Maduro, diciendo que no es el Presidente legítimo, sino el líder del cartel. La designación de terrorista permitiría que EE.UU. use "todos sus recursos" contra un grupo calificado de tal. Esto parecería un endurecimiento de la política de Trump hacia Caracas; sin embargo, hay señales de que en paralelo se toman medidas en la dirección contraria. Hace unos días, 252 venezolanos deportados a El Salvador fueron enviados a Caracas, a cambio de la liberación de 10 estadounidenses y algunos venezolanos presos allá.
El viernes pasado, Maduro anunció triunfante que EE.UU. levantaría la prohibición a la petrolera Chevron para operar en el país, lo que no ha sido confirmado desde Washington, pero se sabe que PDVSA, la estatal venezolana, y Chevron se preparan para reanudar los trabajos. Si ello se concreta, daría un gran impulso a la deprimida economía y, por ende, oxígeno a la dictadura.
Desde Washington se asegura que en ningún caso el gobierno de Maduro se beneficiaría de las nuevas licencias de Chevron, pero se sabe que la última vez que operó a toda capacidad, las cifras económicas venezolanas tuvieron un salto muy favorable.
La política de "máxima presión" --incluidas sanciones y aislamiento-no ha tenido un efecto tangible sobre la dictadura, pero tampoco ha sido exitosa la política de la "zanahoria": cada vez que se ha intentado, el régimen ha seguido reprimiendo a la oposición y aumentando su poder, con farsas e l e c t o r a l e s a l margen de básicas normas democráticas.
De hecho, el domingo, bajo estricta vigilancia militar, se efectuaron unos comicios municipales que, como era de esperar, ganó el oficialismo con cerca del 80% de los votos, compitiendo con una "nueva oposición" formada por partidos que, habiendo sido intervenidos judicialmente, difícilmente pueden ser independientes del gobierno. La oposición, liderada por María Corina Machado, llamó a la abstención, convocatoria acogida por el grueso de la población. Zanahoria o garrote, no está clara la estrategia actual de Washington para lidiar con Maduro.
Sí sabemos que una dictadura como la venezolana, que controla todas las instituciones del Estado, que está sostenida por unas fuerzas armadas y policiales completamente dominadas por el chavismo, que ha aplastado, encarcelado y neutralizado a la oposición y que obligó a emigrar a más de siete millones de venezolanos, no se doblegará fácilmente. Ni siquiera ante Trump. Zanahoria o garrote, no está clara la estrategia actual de Washington. Narcoterrorismo venezolano Sin Asignar. DÍA A DÍA