Editorial: Liberar a un sicario: el precio de la negligencia estatal
Editorial: Liberar a un sicario: el precio de la negligencia estatal tiempo. Nadie asumió responsabilidad. Este no es un simple "descuido". Es un caso que compromete la credibilidad del Poder Judicial. Gendarmería, Carabineros y la PDI. Es la manifestación de un Estado desbordado por los vacíos en control migratorio, verificación de identidad y coordinación interinstitucional. Hoy. Interpol y las policías chilenas intentan enmendar el desastre con una nueva alerta internacional con su verdadero nombre. Pero el daño ya está hecho. Y lo más grave: aún no se ha determinado si este error fue producto de la incompetencia o de una acción deliberada. Cuando un asesino a sueldo vinculado al Tren de Aragua puede engañar a todo un sistema y salir caminando en libertad, no basta con emitir declaraciones o crear comisiones investigadoras. El país exige sanciones, respuestas claras y, sobre todo, garantías de que esto no volverá a repetirse.
Porque la seguridad de todos los chilenos no puede quedar al arbitrio de un sistema negligente.. Lo ocurrido con el ciudadano venezolano Alberto Carlos Mejía Hernández, imputado por el asesinato del empresario conocido como el "Rey de Meiggs", es una vergüenza nacional. Hoy sabemos que fue liberado por un conjunto de errores administrativos, judiciales y policiales que evidencian la fragilidad del sistema frente al crimen organizado. Este sicario ingresó irregularmente al país, utilizó una identidad falsa -Osmar Ferrery bajo ese nombre fue detenido, formalizado y puesto en prisión preventiva.
Pero a las pocas horas, salió libre debido a una cadena de documentos mal gestionados por el Octavo Juzgado de Garantia de Santiago, donde incluso se firmó una resolución que anulaba la medida cautelar, y fue esa la que Gendarmería ejecutó. ¿El resultado? Un sicario en libertad, pese a que desde las 14:13 horas del mismo día se había informado por correo a Gendarmería que debía mantenerse en prisión. Nadie lo corrigió a El caso de Alberto Carlos Mejía es el reflejo más crudo de un sistema que está fallando. Alguien debe asumir responsabilidades.