Loceras de Pilén, un patrimonio en peligro
Texto y fotografía: Francisco Gutiérrez Bravo.
Cicloturismo Chile Profundo Loceras de Pilén, un patrimonio en peligro Tras nuestro recorrido en bicicleta por Pilén, hemos podido conocer y admirar la trascendental actividad que allí realizan hace generaciones las Loceras, soñando con transmitir sus expresiones patrimoniales a las futuras generaciones B enedicta de las Mercedes Lara Aguilera es considerada un "Tesoro Humano Vivo", una de las últimas Loceras de Pilén, reconocimiento otorgado en el 2012 a una comunidad compuesta hoy por 22 mujeres (y un hombre) como depositarias y difusoras de una enraizada tradición alfarera y campesina que podría perderse para siempre. Pese a que somos unos desconocidos para ella, cordialmente nos recibe en su casa, abriéndonos la puerta de su taller que en síntesis es toda su vida. En él ha trabajado, amado y llorado mientras artísticamente da forma con sus manos a singulares obras de loza a las que aún dedica el tiempo más significativo de sus 74 años.
Físicamente ella se encuentra bien, pero cuando obstinado en perpetuarse, el otoño junto al viento fluyen en lo pronto hacia su patio, Benedicta no quiere barrer las hojas que alfombran su hogar con un manto color fuego. ¡Y claro!, aunque su vista ya no sea la misma de antes, sigue esforzadamente trabajando a la espera de una operación en sus ojos que tal vez se realice en Concepción.
Pese a ello, feliz nos cuenta que hace poco fue a verla Pancho Saavedra y que a lo lejos algunos periodistas pasan a su taller unos treinta minutos, a lo sumo dos horas, y luego desaparecen para siempre.
Del Gobierno Local o la Institucionalidad asociada a Patrimonio dice no tener ningún tipo de apoyo y que cuando alguna vez le han invitado a exponer su trabajo, las camionetas municipales la dejaban en la calle, debiendo con sus propias manos cargar en varios viajes -sola y bajo el oscuro silencio de la nocheel peso de sus sueños unos 800 metros hasta su casa y taller. ¿Ese es el valor que en el Maule concedemos al Patrimonio Vivo que celebramos hoy? En el mundo contemporáneo los derechos de las(os) "Tesoros Humanos Vivos" ya no son asuntos internos de cada Estado, sino normas de orden público internacional a implementar progresiva y localmente en nuestro país, pues la memoria e identidad de Chile no podrá construirse en el futuro sin la presencia de expresiones inmateriales como ésta, que son fundacionales en nuestra historia y la de toda Latinoamérica.
El modelo económico neoliberal vigente en Chile ha provocado diversos impactos en el espacio geográfico maulino, con ejemplos que pueden observarse en los procesos de reconversión de los espacios rurales (muchas veces en Zonas de Sacrificio), en la desigualdad territorial subyacente y la pauperización de la población adulto mayor que reside en dichos territorios.
SIGUE EN LA PÁGINA 20 El pasado fin de semana soleado y lluvioso doña Benedicta nos enseñaba con sus manos que debemos negarnos a volver a ciertos hábitos y situaciones que nos frenan a diario, pues quien hace las cosas de corazón, decía, "hasta perdiendo gana". Loceras de Pilén, un patrimonio en peligro.
Entonces, una premisa fácilmente se vuelve conclusión: un Patrimonio Maulino podría perderse para siempre cuando éste se vuelve "evento", cobrando vida pública pueril una vez al año, e impidiendo con ello que se establezcan relaciones permanentes entre la comunidad y sus Tesoros Humanos Vivos: depositarios de un saber cultural único en su tipo en el país, las generaciones más jóvenes en él crecen mirando casi siempre solo lo que ocurre en los tiempos y espacios de las redes sociales.
Albergando así un desconocimiento mutuo, en Chile a diario se pierden saberes que con los años solo serán la semblanza de las personas mayores, quizás aún sensibles al diálogo entre personas de edades y culturas muy diferentes.
Es tiempo de construir una mirada distinta a nuestro Patrimonio y a la suma importancia que en él tienen las personas mayores, muchas veces excluidas y subestimadas, pese a que siempre encontramos historias en las que nuestros abuelos nos inspiran, como ocurre con Benedicta de las Mercedes Lara Aguilera, quien prefiere ser llamada "Mami" por sus nietos.
He aquí el relato del viaje en bicicleta a nuestro amado Chile Profundo y lo que en él nos ha ocurrido cuando en dicho territorio nos hemos dispuesto a relevar su Patrimonio ad honorem, desde el 2015. Cauquenes y Pilén Planificada con antelación, nuestra ruta tuvo como destino la localidad rural de Pilén, ubicada a unos 17 kilómetros al suroeste de Cauquenes.
Visitaríamos a una de las loceras que estuvo dispuesta a conversar inusualmente con dos desconocidos viajeros en bicicleta con alforjas a tope, los que más encima optaron por quedarse a dormir en su casa cuando al fin se desató la lluvia intempestiva.
Pese a tener el potencial necesario para su desarrollo, no existen en Pilén iniciativas o emprendimientos que en el ámbito del Turismo Rural entrecrucen variables como la desconexión, alojamiento y los diversos atisbos patrimoniales presentes en el territorio. Cauquenes es una importante y tradicional ciudad que actúa como cabecera del territorio ubicado en el suroeste de la región del Maule, siendo Cauquenes la capital comunal y provincial en dicha área. La principal vía de acceso a la misma es la "Ruta de los Conquistadores" (Ruta CH-126), carretera chilena que desde la región del Maule se conecta con las rutas de la región de Ñuble.
Su nombre nos permite comprender que, como estación hacia los lavaderos de oro descubiertos en tierras penquistas, Cauquenes fue para los españoles un lugar estratégico por su ubicación, proveyendo descanso, alimento y mano de obra esclava al conquistador. Todo ello quedó plasmado en la idiosincrasia de sus habitantes, como en sus costumbres y expresiones folclóricas locales.
También en su patrimonio material e inmaterial, asociado a la religiosidad popular, contando con una singular iglesia que a nuestro parecer es una de las más complejas en la Región del Maule: la Iglesia de San Alfonso.
La presencia española y su fusión con la cultura y la naturaleza local se expresan también en la arquitectura colonial de la ciudad, como en su economía basada actualmente en los productos que caracterizarían a la hacienda colonial en Chile: la actividad agropecuaria, basada en las áreas frutícola y vitivinícola.
El fortalecimiento de las identidades presentes en un territorio, junto con manifestarse en los centros históricos, también se expresa en la vinculación del tejido social que construye y fundamenta los imaginarios locales; procesos en continuo movimiento, y que factores externos, como la promoción inmobiliaria, catástrofes naturales, cambios de uso de suelo, o decaimiento del sector, aceleraban destruyendo trozos de la memoria, que recién hoy entendemos como vinculación con nuestro desarrollo personal. El Patrimonio es la forma en que las comunidades reflejan y actualizan sus particularidades en un escenario de fuerte homogeneización. Es así que hoy por hoy, el Patrimonio en tiempos posmodernos, cae en la responsabilidad de todos, no sólo en las Organizaciones que en Cauquenes visiblemente luchan por él.
Cuando la realidad parece oculta o manipulada, es menester recordar que no necesitamos un desenfrenado sistema extractivista para existir, pues la vida está en nuestros recursos más preciados: el agua y la tierra, en el marco de una sociedad cooperativa que desde el bien común se construye y proyecta.
Ese tejido vital está cerca de ti, sólo falta la valentía y perseverancia para descubrirlo, admirarlo y compartirlo, tal como nos ha ocurrido a las y los maulinos que a sabiendas de la existencia de la localidad de Pilén y sus Loceras, comprendemos que no se les ha reconocido ni apoyado debidamente durante generaciones.
En las últimas décadas, en los espacios rurales es posible observar cambios que han significado un proceso de ajuste en la forma de vivir en relación con las ciudades, sin embargo, siguen prevaleciendo rasgos particulares que permiten distinguir lo rural de lo urbano. Felizmente uno de estos rasgos es, ha sido y esperemos que siga siendo la importancia que se da a la preservación del medio ambiente.
Al respecto doña Benedicta nos enseña que la loza producida por ella resulta ser una obra que atesora saberes artesanales consuetudinarios que aprendió cuando niña "gracias a las enseñanzas de su madre", quien a su vez hizo lo mismo de su abuela y así durante generaciones que podrían remontarse a tiempos prehispánicos, las loceras de Pilén fueron dando forma a una expresión artística que utiliza la tierra, el agua y los recursos locales de manera consciente. Lo mismo puede decirse del estilo manual de su producción, la cocción con bosta del ganado y el uso de tintes naturales. La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se encarga de identificar el patrimonio que es importante para culturas y naciones y fomenta su conocimiento y preservación. Según la UNESCO el Patrimonio Cultural Intangible (PCI) está formado por expresiones, conocimientos, actividades y técnicas que transmiten la identidad y cultura de una determinada comunidad o grupo. La memoria de Chile no podrá construirse en el futuro sin la presencia de expresiones inmateriales como ésta que son fundacionales en nuestra historia y la de toda Latinoamérica. El PCI infunde un sentimiento de identidad y continuidad en las sociedades y está formado por saberes o modos de hacer, celebraciones, rituales, festividades, gastronomía, vestimenta, expresiones artísticas como la danza, el teatro, la música.
Esperamos que en un futuro no muy lejano, los procesos artesanales para la elaboración de cerámica en Pilén tengan denominación de origen y sea reconocida como tal en el país y el mundo al formar parte de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Para que un bien intangible sea reconocido, es necesario que existan ciertas entidades civiles y gubernamentales dispuestas a propiciarlo y hasta aquí, bajo el actual modelo de Estado Subsidiario, ni éste ni sus instituciones están preparadas para llevar adelante el progreso con sabor local.
AutonoBenedicta de las Mercedes Lara Aguilera es una mujer extraordinaria, un "Tesoro Humano Vivo" que en su calidad de "Locera de Pilén" atesora los conocimientos y técnicas de este patrimonio cultural inmaterial de la comuna de Cauquenes. Loceras de Pilén, un patrimonio en peligro. mía territorial de base sería en este caso la respuesta idónea.
Si bien es cierto que en la tesitura del tejido patrimonial del Maule existen algunas agrupaciones culturales permanentemente visibles, en stricto sensu la mayoría de éstas permanecen bajo el más profundo anonimato junto al patrimonio presente en su territorio, tal como ha ocurrido con las Loceras de Pilén. ¿Sabemos quiénes son estas mujeres o cuáles son sus problemas? De ser así y si coincidimos en la importancia que tienen para Chile y su patrimonio ¿ con asignarles el rótulo de Patrimonio Humano Vivo es suficiente? En las fotografías de las loceras que pululan por internet o las nuestras que hemos compartido hoy, señalamos que no es suficiente solo con categorizar grupos humanos con la "mentalidad del inventario": No somos un supermercado claro está y por ello se deben generar acciones concretas que aseguren el bienestar de las y los cultores en Chile en las diversas expresiones patrimoniales que gracias a ellas y ellos no se han perdido para siempre.
Desde que comenzamos a recorrer el Maule en bicicleta el 2015 hemos relevado el derecho a disfrutar del patrimonio, que según la UNESCO es "un producto y un proceso que suministra a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se transmiten a las generaciones futuras para su beneficio". Cicloturismo Chile Profundo valora la salvaguarda de las expresiones patrimoniales en el Maule, bajo un modelo de desarrollo país que soñamos ver presente en nuestra futura Constitución Política, la cual al estar edificada desde la democracia y la transparencia, debería promover la conservación efectiva y no tan solo discursiva de nuestro patrimonio inmaterial, como también el respeto y fomento de las creaciones culturales de las y los "Tesoros Humanos Vivos", la justicia ambiental, el resguardo organizativo de la naturaleza y el cuidado del entorno urbano y rural.
El éxodo campesino que buscó mejores expectativas de vida en un contexto urbano metropolitano, como el envejecimiento de la población que se quedó a terminar su ciclo de vida en el universo rural, nos hace pedalear solos en medio de un territorio agrícola despoblado casi por completo, el que nos acoge con la tibia paz de la tarde bajo las vigas de una casona colonial semi destruida tras el terremoto del 2010, tema que al dialogarlo con doña Benedicta nos produjo un dolor muy fuerte en lo interno pues ella nos condujo al lugar en el que su compañero de su vida, su esposo Agustín, falleció sepultado tras el derrumbe de su casa de adobe esa amarga noche del 27F. A su lecho de muerte le llevó hermosas flores amarillas y durante el tiempo que estuvimos con ella, nunca dejó de hablar de su esposo. Bajo ese paisaje que podría parecernos desatendido, la tierra recupera con la lluvia buena parte de su antigua vitalidad.
Y sí: la uva, la granada, la manzana y el ají allí cautivan y embriagan nuestras emociones, deseando más apoyo para doña Benedicta que en su soledad nos habla no sin un dejo de resignada ausencia de la dispersión de su familia y de la disgregación de las Loceras de Pilén como organización civil.
Tras nuestro recorrido en bicicleta por Pilén, hemos podido conocer y admirar la trascendental actividad que allí realizan hace generaciones las Loceras, soñando con transmitir sus expresiones patrimoniales a las futuras generaciones, lo que requiere un compromiso constitucional propio de un Estado más justo, digno y equitativo, como el que soñamos construir hace años en nuestro país. Según la UNESCO este patrimonio no se valora simplemente como un bien cultural, a título comparativo, por su exclusividad o valor excepcional. Florece en las comunidades y depende de aquéllos cuyos conocimientos de las tradiciones, técnicas y costumbres se transmiten al resto de la comunidad, de generación en generación, o a otras comunidades.
Esperamos que esta publicación nos sensibilice frente a los otros Tesoros Humanos Vivos de la Provincia de Cauquenes como las(os) Feriantes en Cauquenes o los Pescadores de Curanipe, las expresiones de devoción en Santos del Mar, la Trilla a Yegua Suelta de Pelluhue, la procesión de la Virgen de la Candelaria y la Fiesta de la Guadalupe del Carmen en Chanco, la producción de Queso en Chanco y Pahuil, la producción de vino en Cauquenes, el Torneo de Surf en Curanipe, la Gastronomía vinculada a la tierra y el mar, entre otros, como parte del Patrimonio Cultural Intangible de la Provincia de Cauquenes, confiriéndoles el trato y respeto adecuado a su esencial condición en términos identitarios y humanos. Casi un tercio de la población maulina vive en zonas rurales, estando dicho segmento compuesto por Adultos Mayores especialmente vulnerables: tienen menos probabilidades de tener acceso a todos los servicios. Ante dicha realidad, la Casa-Taller ofrece una oportunidad a las Loceras. Hemos recorrido en bicicleta un óvalo entre Pilén, Tutuvén y Cauquenes, encontrándonos con ese silencio característico del espacio rural maulino que, para unos es sinónimo de tranquilidad y para otros representa abandono. Loceras de Pilén, un patrimonio en peligro.