Autor: PABLO PARDO | EL MUNDO
El Partido Demócrata pierde el control del Senado
El Partido Demócrata pierde el control del Senado Además del Presidente, los estadounidenses votaron ayer por miles de cargos locales, referendos, y dos elecciones que tienen especial significación no solo para el país, sino también para el resto del mundo: las del Congreso, que está compuesto por el Senado y la Cámara de Representantes. Los demócratas perdieron el control del Senado. Tal y como se esperaba, el exgobernador de Virginia Occidental Jim Justice ocupó el escaño que dejaba vacante el independiente hasta el año pasado demócrata Joe Manchin. La pérdida no es ninguna sorpresa, como tampoco lo es que Justice se haya impuesto de una manera arrolladora en uno de los estados más trumpistas de Estados Unidos. Un Senado republicano facilitaría enormemente la formación de un gabinete por parte de Donald Trump, mientras que complicaría muchísimo en el caso de que Kamala Harris fuese la ganadora.
El Senado tiene algo más de relevancia institucional, ya que confirma los nombramientos propuestos por el Presidente para el gabinete o los jueces federales, y también debe ratificar los tratados internacionales (algo que ahora mismo es imposible que haga debido al fraccionamie nto de la política de EE.UU. ). La cámara está dividida a la mitad, con 50 republicanos y 48Cambio de fuerzas en el Legislativo:SSERPDETAICOSSAEHTdemócrata e independiente después, en uno de los estados más trumpistas de Estados Unidos, West Virginia. Manchin se retira, más que nada para que no lo echen, y su puesto será ocupado por un republicano. Poca claridad en la Cámara BajaFrente a esa ofensiva, el Partido Demócrata tiene poco con lo que contraatacar.
Paradójicamente, el senador republicano más vulnerable era, también, el que más sale en televisión, el que en 2016 presentó una batalla más encarnizada a Donald Trump antes de transformarse en el mayor trumpista del planeta, y una institución en uno de los estados republicanos por excelencia, Texas: Ted Cruz, quien anoche llevaba una ventaja de 9 puntos. La situación en la Cámara de Representantes tampoco está clara. En este momento, los republicanos tienen una mayoría mínima. Las encuestas apuntan a que serán capaces de conservarla, pero, de nuevo, todo dependerá de dos docenas de distritos en los que los ganadores van a ser, probablemente, decididos por unos pocos cientos de votos. La Cámara tiene también sus propias peculiaridades.
El peso de Trump es mucho más fuerte en ella que en el Senado, lo que, sin embargo, hace que el partido republicano se comporte en muchas ocasiones como dos o tres formaciones políticas diferentes en estado de guerra civil permanente. demócratas, más dos independientes que votan con estos últimos. En estos casos, el vicepresidente, que es también presidente del Senado, tiene un voto de calidad para deshacer el desempate. En sus cuatro años en ese cargo, Kamala Harris ha tenido siempre un Senado dividido por la mitad. Por consiguiente, ha batido el récord de la historia del país para deshacer desempates. Así, pues, el control del Senado es de crítica importancia para el futuro presidente. Su gabinete depende de quién tenga la mayoría ahí. Lo mismo cabe decir de sus nombramientos para el Supremo, que, con su previsión del aborto, ha movilizado el voto de las mujeres demócratas hasta extremos nunca vistos. Finalmente, la posibilidad de acuerdos con Irán o con Rusia, respecto de Ucrania, deberían ser aprobados por esa cámara. Cada estado tiene dos senadores, con independencia de su población. Así, cada senador por California representa a 22 millones de personas; cada senador por Wyoming, 240.000. Pero todos tienen el mismo voto. Dado que los demócratas tienden a tener mayor presencia en los estados con más población, su desventaja es evidente. A ellos se suma el peculiar calendario de renovación de los senadores. Cada dos años, un tercio de ellos debe ser reelegido. En esta ocasión, es el turno de 33 senadores. De ellos, 22 son demócratas y solo 11 republicanos. Por consiguiente, es más probable que los primeros pierdan algún escaño. De hecho, un puesto ya lo tienen perdido, el de Joe Manchin, un curiosísimo animal político que había logrado sobrevivir casi tres décadas, primero como. Una Cámara Alta en poder de los republicanos facilitaría la formación de un gabinete por parte de Donald Trump, mientras que Kamala Harris enfrentaría una gran oposición. Cambio de fuerzas en el Legislativo: ganó un cupo senatorial por Virginia Occidental.