Autor: Por Paula Escobar Chavarría
Cortos de vista
Cortos de vista dado.
En primer lugar, porque está en juego la palabra y la reputación de Chile frente a otros inversionistas, anteriores a INNA, comoson los que construyeron estos grandes telescopios, invirtiendo por ya 60 años, bajo la certeza de que Chile mantendría esos cielos prístinos. Podrá argumentarse qué gana Chile silos observatorios son internacionales. Pero esa es una mentalidad trumpista: de corto plazo, transaccional, que además no pondera el impacto positivo de que se haga ciencia de clase mundial desde nuestra tierra y bajo nuestro cielo. Es una ventana hacia el futuro. En segundo lugar, porque estos telescopios han habilitado el desarrollo científico de Chile, pues existen cuotas de observación aseguradas para astrónomos y astrónomas chilenos. Gracias a la visión y al tesón de grandes de la astronomía nacional, los telescopios deben conceder el10% de las noches a los científicos de nuestro país. Desde cierto punto de vista, puede ser entendible queen medio del caldeado debate en torno ala “permisología” el gobierno no haya querido “comprarse” el problema de parar un proyecto de inversión. Pero nose puede ir de un polo a otro. Una cosa es que aun proyecto le tome más de 10 años para que le digan sío no, asícomo quetenga que enfrentar una maraña de permisos que se superponen y no dialogan entre sí. Pero otra cosa es que ahora todo siga adelante sin discernimiento ninguno. O que se les dé luz verde, quizás esperando que a otro gobierno le toque pararlo. En este caso, hay dos bienes que cautelar: que Chile siga siendo un líder astronómico y que esos grandes telescopios sigan pudiendo hacer su trabajo. Y también es importante tener más proyectos de inversión, en especial de energías verdes, para lograr crecimiento, empleo y desarrollo. El emplazamiento actual de INNA hace ambos objetivos incompatibles; no hay mitigación posible en ese emplazamiento.
Como la empresa no ha cambiado su postura, lo que debe hacer la autoridad, como han planteado los astrónomos, es exigir un cambio en su emplazamiento, a una distancia que no interfiera con la observación astronómica. Sería muy corto de vista no darse cuenta que perder esos cielos y telescopios dañará no solo a la comunidad científica nacional y la reputación de Chile, sino a generaciones de chilenos y chilenas.
Estos cielos y estos talentos astronómicos son un patrimonio nacional que cada gobierno, cada Presidente o Presidenta, tiene el deber de preservar y robustecer. uando el martes, el día del apagón, cayó la noche, hubo miedo y desconcierto. Quizás lo único bueno en ese momento de incertidumbre fue poder mirar hacia el cielo y ver las estrellas. El espectáculo era asombroso: la muy terrible falta de luz permitía ver con toda nitidez estrellas y constelaciones, incluso en las ciudades. Fue un buen recordatorio también de que Chile tiene un lugar protagónico en los desafíos pendientes de exploración del universo, pues posee los mejores cielos del mundo para la observación astronómica. Por la falta de contaminación lumínica, en el norte de Chile están instalados observatorios de vanguardia y relevancia globales.
Pero paradójicamente, esta misma semana se supo que esos cielos están en riesgo, pues sigue su camino hacia la aprobación un proyecto que -a juicio de los astrónomos chilenos y organismos internacionalesafectaría gravemente la operación de dos telescopios de talla mundial. El complejo INNA de Aes Andes -de 10 mil millones de dólaresincluye un parque eólico, una planta fotovoltaica, una desalinizadora, un puerto y una instalación para producción de hidrógeno verde y amoníaco. El problema es quese emplazaría a pocos kilómetros de los telescopios CTAOSur y ELT.
Los cielos se alterarían irremediablemente con ese proyecto, han advertido -si lograr ser escuchados hasta ahoralos astrónomos y astrónomas nacionales, liderados por los destacados María Teresa Ruiz, José Maza, Bárbara Rojas, Bernardita Ried y Tere Paneque, entre muchosotros.
Sus argumentos los han confirmado la ESO (European Southern Observatory) y otros organismos internacionales: INNA generará contaminación lumínica, emisiones de polvoen suspensión, vibraciones y turbulencias atmosféricas, además de un posible efecto de escala, es decir, más proyectos similares cerca. La Sociedad Chilena de Astronomía -SOCHIASjuntó casi 30 mil firmas para pedirle al SEA que diera término anticipado a INNA, para lo que había plazo hasta el lunes pasado.
Era lo lógico, pues además de lo expresado por las mentes y voces más reputadas de la ciencia astronómica chilena, el informe del Ministerio de Medio Ambiente era muy desfavorable a este complejo, por las razones antes expuestas y otras más. Sin embargo, el SEA nole puso punto final. Aunque aquello no implica que lo haya aprobado, INNA sigue avanzando, lo cual es un grave error, que debe ser enmen-.