Psicóloga:”La violencia escolar es el sintoma de un malestar mas profundo”
Psicóloga:”La violencia escolar es el sintoma de un malestar mas profundo” La violencia escolar en Chile ha alcanzado niveles alarmantes durante el año 2024 y 2025, evidenciando no sólo una crisis de convivencia en los establecimientos educativos, sino también un profundo malestar emocional y social que afecta a niños, niñas y adolescentes en todo el país. Estos últimos días han sido numerosos los hechos que han marcado a la comunidad educativa nacional, como son los casos en colegios de Melipilla, Curicó y San Pedro de la Paz, por nombrar algunos. Para Camila Ovalle, Psicóloga ClinicaEducacional, ClinicaEducacional, estas situaciones fácilmente provocan enojo o desconcierto.
“Lo difícil es mirar más allá del acto en sí y preguntarnos: ¿ cómo llegamos hasta aquí? Esto no es un hecho aislado, es el reflejo extremo de un malestar que se ha venido incubando en silencio: estudiantes desregulados emocionalmente, adultos desbordados, entornos hostiles, dinámicas familiares tensas, exclusión social, entre otras. Todas señales de alerta que, muchas veces, se ven tarde o no se ven en absoluto”, señala. Agrega que la violencia de la cual estamos siendo testigos es sólo la punta del iceber, “debajo hay angustia, frustración, desesperanza, soledad y abandono emocional”, sostiene. La profesional indica que el informe 2025 de la Defensoría de la Niñez es claro; los NNA reportan menor sensación de felicidad, mayor percepción de abandono y entornos de socialización cada vez más conflictivos. En este contexto, urge avanzar desde una lógica reactiva hacia una lógica preventiva. Necesitamos llegar a tiempo. Ante esto, Camila Ovalle asegura que “prevenir no significa solamente intervenir cuando estalla la violencia, significa detectar tempranamente los signos de sufrimiento emocional, los síntomas incipientes y las señales de desregulación conductual. Significa establecer protocolos y normas claras, entregar herramientas confiables y capacitar recursos humanos para acompañar a los estudiantes desde una mirada empática, informada y no netamente punitiva.
Se necesita una mirada a largo plazo, acompañamiento constante, sistemas de detección temprana y una comunidad adulta preparada para contener, no sólo para disciplinar”. La psicóloga añade que la violencia escolar no es sólo un asunto disciplinario: es un síntoma de un malestar psicológico. “La salud mental de los estudiantes está siendo gravemente afectada y no podemos seguir normalizando la violencia como parte del paisaje escolar. Los colegios no son el problema, son parte de la solución. Pero para poder contener, necesitan herramientas y, ante todo, necesitan ser también ellos contenidos”, sentencia.
Finalmente indica “esto es un llamado profundo a revisar lo que estamos haciendo y lo que no estamos haciendo en salud mental escolar, porque un estudiante que lleva un arma al colegio, por ejemplo, no empieza ese día a estar en riesgo: solo ese día lo visualizamos.
Detectar riesgos de salud mental en estudiantes no es un tema de intuición o buena voluntad, requiere preparación, herramientas efectivas, seguimiento continuo y capacidad de intervención”.. Su hijo Maximiliano, destaca un recuerdo de su querido padre, quien hizo su servicio militar año 1943 en Coyhaique, en el “Grupo de Exploración de Caballería del Comandante Bueras el que fue creado el año 1942. Hoy cumple catorce años desde su fallecimiento (05 de junio 2011 a los 87 años). /.