COLUMNAS DE OPINIÓN: Más vale tarde que nunca
COLUMNAS DE OPINIÓN: Más vale tarde que nunca tacó en un párrafo de su discurso. Si se atiende ahora a lo que ha realizado, sería mezquino --pero la mezquindad es en estas materias la regla-no reconocer sus innegables logros parciales, especialmente en la esfera laboral y de protección social.
Son dignos de aplauso no solo porque mejoran la vida cotidiana de muchos, sino sobre todo porque constituyen una línea de continuidad con el proceso que Chile traía desde antes, cuando los defectos o patologías de la modernización comenzaron a hacerse flagrantes. También han de mencionarse los avances en seguridad ciudadana, cuyas bases se han comenzado a sentar.
Pedir atajos en esta materia es absurdo, especialmente porque si se tomaran se Cómo juzgar el desempeño de un gobierno: ¿ por lo que dijo anhelar, por lo que logra realizar o por los conceptos que emplea? Cada uno de esos puntos de vista conduce a resultados distintos; pero el tercero es el que arroja los más relevantes.
Si se le juzga por lo que dijo anhelar, por los propósitos globales y encendidos que alguna vez formuló, no puede hablarse sino de frustración o de fracaso, que es lo que siempre ocurre cuando se niega el principio de realidad.
La idea central que formuló el Frente Amplio y el Presidente --no sería honesto que ahora se le olvidara-se compuso de dos motivos: un diagnóstico acerca del proceso que Chile traía y que la Concertación había impulsado y la necesidad de transformarlo radicalmente, de cambiar su curso.
Se sugirió que lo primero había sido poco menos que un timo, una simple continuidad del modelo de la dictadura disfrazado de progresismo, y se sugirió que entonces había que torcer el rumbo que ese proyecto insinuaba.
Nada de eso se hizo; solo que ahora se trasladó al horizonte de las ideas, según el Presidente dessocialdemocracia y un rechazo a lo que, con ánimo más polémico que descriptivo, se ha llamado la cultura woke. El otro es el diagnóstico que el Presidente ha formulado respecto de los acontecimientos de octubre del diecinueve. Esos hechos --en el correcto juicio actual del Presidente-no fueron ya un rechazo radical a la modernización, sino una expresión inevitable de los procesos que la misma modernización había desatado.
Esos cambios --tardíos, pero es mejor tarde que nunca-son todo un giro en la comprensión del Chile contemporáneo, un reconocimiento del principio de realidad y la inauguración, es de esperar, de Gabriel Boric como un dirigente con plena conciencia socialdemócrata. n abandonarían los derechos. Si se repara ahora en los conceptos, la forma de concebir la vida social y el proyecto de la izquierda o centroizquierda no cabe sino subrayar los afortunados cambios que el discurso presidencial ha experimentado. Dos son los que merecen mencionarse. Uno de ellos es la reivindicación del universalismo y el rechazo del particularismo identitario que ha amenazado con anegar al Frente Amplio.
Para una fuerza política que enarboló las más diversas banderas --desde el indigenismo a las demandas de las minorías sin nunca apelar a la noción de ciudadanía propia de una democracia liberal--, la declaración presidencial es un importante giro a la O P I N I Ó N Más vale tarde que nunca "Para una fuerza política que enarboló las más diversas banderas --desde el indigenismo a las demandas de las minorías sin nunca apelar a la noción de ciudadanía propia de una democracia liberal--, la declaración presidencial es un importante giro a la socialdemocracia y un rechazo a lo que, con ánimo más polémico que descriptivo, se ha llamado la cultura woke". CARLOS PEÑA.