Autor: Alondra Santibáñez Casanova ABOGADA
COLUMNAS DE OPINIÓN: Corazones Rojos: El voto que costó siglos
COLUMNAS DE OPINIÓN: Corazones Rojos: El voto que costó siglos JUSTICIA AL DIA OptnIón y anIIsJuñdIco Hubo un tiempo, no tan lejano en que las mujeres chilenas podían ser madres, madres, esposas, obreras, monjas, médicas, abogadas, abogadas, campesinas, maestras, maestras, poetisas e inclusive mártires, pero no ciudadanas. ciudadanas. Se les consideraba imprescindibles para sostener sostener la vida, pero invisibles invisibles en la toma de decisiones. decisiones. Mientras tejían futuro con manos silenciosas, les estaba vetado escribir la historia política de nuestro nuestro país. La puerta de la democracia, cuál Grecia antigua, para ellas estaba cerrada.
Fueron más de dos siglos siglos de espera, desde la independencia de nuestro pais en 1818 hasta el voto presidencial femenino en 1952, la exclusión se justificó justificó por cualquier medio, en nombre de dios, del orden, orden, de la biología, incluso incluso de la moral. Toda excusa excusa era válida para que la mujer no osara asomar su nariz en los salones donde donde se decidía el destino del país.
Mientras la humanidad se recogía entre los escombros escombros de la 2 guerra mundial y levantaba nuevos nuevos muros en la Guerra Fría, nacían alianzas y se gestaban revoluciones, en Chile una Gabriela recibía el Nobel de Literatura, pero irónicamente no podía podía trazar su línea vertical en la papeleta electoral. La paradoja dolía. Es bueno recordar de vez en cuando que el derecho derecho a voto no fue un regalo, regalo, ni un gesto de generosidad generosidad del poder de turno. Fue una conquista, a lágrima lágrima viva, rabia y esperanza. esperanza. Una obra cincelada por mujeres incómodamente lúcidas y sobre todo valientes. valientes. Elena Caffarena, Amanda Labarca, Marta Vergara, Graciela Mandujano Mandujano y tantas otras anónimas y muchas olvidadas alzaron alzaron la voz cuando lo bien visto era el silencio. Escribieron, Escribieron, marcharon y exigieron, exigieron, se atrevieron a pensar, a pensar distinto, pero sobre sobre todo a desobedecer.
La lucha por el voto también se vivió en las calles, calles, hubo marchas, mítines mítines y protestas organizadas organizadas por ejemplo por el Movimiento Pro-Emancipación Pro-Emancipación de la Mujer Chilena, Cientos de mujeres alzaron alzaron su voz exigiendo derechos derechos políticos plenos. Lo hicieron frente al Congreso Congreso e iglesias, en plazas y universidades. Fueron tildadas tildadas de histéricas, locas, locas, y peligrosas, ¿Parece conocido este discurso?. Gritaron y no pidieron permiso permiso para ser libres frente a una sociedad conservadora conservadora que siempre las había había preferido calladas. Incomodaron Incomodaron y persistieron. El primer logro llegó el 8 de enero de 1934 con la Ley N 5.357, el voto femenino femenino estaba permitido para las elecciones municipales. municipales. Pero el verdadero cambio vino con la Ley N 9.292, el día sábado 8 de enero de 1949, cuando las mujeres ganaron el derecho derecho a votar en elecciones presidenciales y parlamentarias. parlamentarias. El jueves 4 de septiembre de 1952 el derecho cobró vida, según registros históricos cerca de 500.000 mujeres votaron votaron por primera vez para elegir bien o mal, al presidente presidente de Chile. Tras cerca de ciento veinticuatro años de independencia, más de la mitad de la población por fin era reconocida como sujeto político.
Desde la mirada jurídica, jurídica, el voto femenino está protegido constitucionalmente constitucionalmente así como y por tratados tratados internacionales ratificados ratificados por nuestro país, entre ellos el Pacto Internacional Internacional de Derechos Civiles Civiles y Políticos. Pero no nos confiemos de ello, ningún derecho es eterno si no se le defiende. La historia historia nos ha enseñado que lo que se ha ganado también puede perderse, que los retrocesos no son imposibles y que el silencio silencio es el mayor cómplice. Hoy por ejemplo, aún persisten resabios legales legales que impiden la plena autonomía de las mujeres. mujeres. El régimen de sociedad sociedad conyugal limita hasta hoy, la administración de los bienes propios de la mujer casada. La despenalización despenalización del aborto sigue atrapada en solo tres causales, causales, con barreras que niegan, en la práctica, el derecho a decidir. Estas son señales de una arquitectura arquitectura jurídica aún inconclusa, inconclusa, de una igualdad con muchos pendientes. Mientras, el mundo sigue sigue creyendo que el feminismo feminismo es una trinchera contra los hombres, y no una afirmación radical de justicia. El voto femenino lejos de ser un privilegio concedido concedido graciosamente, fue un derecho arrebatado a la indiferencia. Cada vez que votamos, lo hacemos también también por aquellas que no pudieron. Cada abstención, cada voto desinformado, desinformado, es una herida en esa memoria. Los derechos derechos de las mujeres, están están siempre a prueba. Basta mirar hacia el oriente, oriente, donde países arrasan libertades, o escuchar ciertas ciertas peligrosas voces dentro dentro del nuestro, para compmprender compmprender con dolor que la amenaza sigue viva. Elegir votar y elegir bien, no es solo un deber cívico, es un acto de conciencia conciencia histórica. Es honrar honrar a quienes abrieron camino con sus cuerpos y sus nombres. Es proteger lo ganado para todas las que vendrán. Cuando La mujer alza su voz en la política, no lo hace sola, la acompaña un eco antiguo y terco que viene viene desde mucho mas atrás que su propia memoria. memoria.
Todavía una mujer gobernando gobernando un país es símbolo símbolo de ruptura y cada mujer mujer votando es señal inequívoca inequívoca de que el país en que vivimos todavía puede cambiar de RiEL Como dijo Simone de Beauvoir, no se nace mujer: mujer: se llega a serlo. Agreguemos: Agreguemos: no se nace ciudadana... ciudadana... ese lugar se conquista y se defiende. Corazones Rojos: El voto que costó siglos fr 1 Alondra Santibáñez Casanova ABOGADA.