Autor: MARCELO POBLETE
Las razones del Servicio de Inteligencia Británico para esconderle a la Reina Isabel que había un espía en Buckingham
Las razones del Servicio de Inteligencia Británico para esconderle a la Reina Isabel que había un espía en Buckingham "Ella no necesitaba saberlo, probablemente era un funcionario menor", afirma el historiador Fernando Wilson. MarceLo POBLETE rchivos recién desclasificados Are que entre los lienzos y esculturas del Palacio de Buckingham se ocultaba un secreto en la Inglaterra del siglo XX. Anthony Blunt, distinguido historiador de arte y encargado de la colección pictórica de la reina Isabel IT, llevaba una doble vida como espía al servicio de la Unión Soviética. Blunt confesó en 1964 haber sido un espía durante la Segunda Guerra Mundial, pero nunca enfrentó un juicio. En su lugar se le permitió conservar su posición y su título de caballero bajo un acuerdo que garantizaba su silencio. Los funcionarios del Palacio decidieron no informar a la reina Isabel TI sobre su traición para no aumentar sus preocupaciones, aunque finalmente se le reveló la verdad en 1973. Según los documentos revelados este martes, la soberana recibió la noticia con calma, sin mostrar sorpresa.
Fernando Wilson, doctor en historia y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, explica que el caso de Anthony Blunt fue significativo. "Significó un golpe muy duro a la inteligencia británica durante la mitad de la década del 60, principios de los 70", afirma.
Según él, "el MI5 (Servicio de Seguridad) y el MI6 (Servicio de Inteligencia Secreto) trabajan con mucha compartimentalización", lo que explica que no le cuenten todo a la reina. "Ella no necesitaba saberlo, probablemente era un funcionario menor", opina Wilson.
También menciona que Blunt era más útil como pista para encontrar a otros espías que por la información que manejaba directamente. "Tenía mucho más valor como indicio para rastrear a otros agentes antes que los datos específicos que él representaba", destaca. representaba", destaca. Espías de Cambridge El caso alcanzó su punto álgido en 1979, cuando la primera ministra Margaret Thatcher expuso públicamente a Anthony Blunt en el Parlamento, lo que provocó un escándalo nacional. El historiador perdió su título y su reputación resultó dañada. Anthony Blunt estaba encargado de su colección de cuadros Las razones del Servicio de Inteligencia Británico para esconderle a la Reina sabel que habla un espia en Buckingham Isabel ll poseía una importante colección pictórica. Blunt, parte de la red de espías de Cambridge, se convirtió en un símbolo de las traiciones de la Guerra Fría. Este grupo, que incluyó a figuras clave como Kim Philby, Guy Burgess y Donald Maclean, filtró secretos fundamentales a los soviéticos. En 1951, Maclean y Burgess escaparon a Rusia, mientras que Philby continuaba trabaJando en el (MI6), incluso cuando se comenzó a sospechar de él. En 1963, su amigo Nicholas Elliott lo encaró en Beirut, donde Philby confesó su traición e incluyó al delator: un oficial de la KGB, Konstantin Volkov, quien intentaba desertar. Su denunquien intentaba desertar. Su denunquien intentaba desertar. Su denunquien intentaba desertar. Su denuncia llevó al secuestro y ejecución de Volkov, lo que consolidó a Philby como una figura despreciada dentro de esta red. La historia de los espías de Cambridge ha sido retratada en abundantes obras tanto de ficción, como de corte documental.
Motivaciones Sobre qué motivaciones comunes tenían espías como Anthony Blunt o Kim Philby para traicionar a su país, Alfonso Kaiser, profesor de riesgos del Master of Engineering Management de la Universidad de los Andes, menciona dos aspectos principales: el ARCHIVO 2) "Mantener en silencio la traición de Anthony Blunt tenía como objetivo ver qué tipo de información estaba pasando a la Unión Soviética" Cristián Medina dinero y la extorsión. Sobre lo último, el experto comenta que generalmente los servicios de espionaje "se aprovechan de las debilidades humanas, como el alcohol y las infidelidades. Utilizan todo ese tipo de cosas para extorsionar a los posibles informantes.
Estos aspectos se tratan de buscar en los otros países y se tratan de evitar en el propio". Pero ese no fue el caso de Blunt o Philby. "Eran muy inteligentes, no tenían un comportamiento muy *disipado". Eran más bien intelectuales, impulsados por creencias políticas, en este caso, comunistas. Se asemeJa mucho con las filtraciones que hubo desde el proyecto Manhattan hacia la Unión Soviética, cuando Estados Unidos creó la bomba atómica", compara Kaiser. Se aceptaba Historias como "Un espía entre amigos" y la popular serie "The Crown" han explorado los dramas y las traiciones vinculadas a la red de espías de Cambridge y se mantiene un patrón.
Para Cristián Medina, académico del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián, durante la Guerra Fría las grandes potencias estaban al tanto que eran objeto de espionajes. "Aceptaban ciertas maniobras, siempre y cuando no comprometiera la seguridad nacional", advierte. "Mantener en silencio la traición de Anthony Blunt tenía como objetivo ver cuáles era sus intenciones y qué tipo de información estaba pasando a la Unión Soviética", añade sobre el espía que pasó sus últimos años fuera del ojo público, murió en 1983 a los 75 años. Parte de los documentos recientemente desclasificados formarán parte de la exposición llamada ""MI5: Secretos oficiales", que abrirá sus puertas en los Archivos Nacionales de Londres a finales de este año..