Autor: Marcelo Sánchez Gerente general de Fundación San Carlos de Maipo
Prevenir hoy para tener un futuro mañana
Señor Director: Chile está en una encrucijada. No podemos resignarnos a vivircon miedo ni aceptar que nuestras calles se han convertido en el territorio de las bandas y de las armas. La inseguridad no es simplemente una sensación, es una realidad pavimentada por el crimen organizado que está afianzándose en Chile. El Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB), a través de su estudio sobre movilidad social multidimensional de 2024, entregó interesantes datos de la percepción de inseguridad. Los disparos, que solían ser episodios excepcionales, se han transformado en hecho cotidiano. Solamente el 45, % de los encuestados aseguró no habersido testigo de su barrio, en relación conel7, Y% que afirmó no haberlas presenciado en su etapa de adolescentes. Lasestadísticas también dan cuenta de un alarmante crecimiento de la exposición al tráfico de drogas y delitos violentos. Esto se dibuja con claridad en determinados grupos como las mujeres y los niños quienes son las más perjudicados con las acciones delictivas en los territorios. Percepción y realidad de inseguridad que erosiona la calidad de vida y que, además, se vasumando a otras modalidades de discriminación que viven los grupos más vulnerables. Chile ha registrado un salto cualitativo en su delincuencia. La llegada del crimen organizado ha sido pródiga en nuevos delitos (que eran) poco frecuentes, como el secuestro, la extorsión y el Sicariato. Lamentablemente, estamos viendo un nivel de violencia delictual que transforma los códigos de convivencia y que, a la vez, destroza las relaciones interpersonales en el barrio. Hoy en que la acción del crimen organizado está acotada territorialmente, aún estamos a tiempo. Cambiar esta realidad supone instalar con fuerza una Agenda Temprana de Prevención Social, que aborde las causas y no sólo las consecuencias.
Necesitamos fortalecer la prevención social, crear factores protectores en la familia, en la escuela, en la comunidad, así como dar una lucha frontal contra la exclusión social, recuperar los espacios degradados, de tal manera de cerrar la llave del involucramiento delictivo de niños y jóvenes para avanzar en torno al desarrollo positivo de la Infancia. Tenemos que atacar con fuerza hoy para tener un futuro mañana. No podemos esperar más. Dejemos de llegar tarde.