Autor: ARDEVAASALECRAM
JAHUEL: NO TAN SECRETO EN LA MONTAÑA
JAHUEL: NO TAN SECRETO EN LA MONTAÑA OIBMARAMEGROJ Estas aguas tienen magnesio y cobre. LEUHAJEDSAMRET ARDEVAASALECRAM ARDEVAASALECRAM Es un día cualquiera de julio y el corazón del valle de Aconcagua palpita entre aire puro cordillerano, flora nativa y un tibio sol invernal.
Desde un sector alto de Jahuel, comuna de San Felipe, Región de Valparaíso, se ve el valle completo: las laderas de los cerros expuestos al norte cubiertos de cactus, hay naranjales y olivares, y a pocos metros, cinco caballos ensillados, y junto a ellos, Manuel Aguirre, guía de cabalgatas en Termas de Jahuel. “Esta yegua se llama La Caminadora”, dice, mientras me pasa polainas de cuero y casco de equitación. Nos internamos por un precioso bosque de viejos quillayes. El aire se vuelve húmedo, fresco, al menos hasta que el ascenso nos lleva a una zona más seca, dominada por suculentas y cruzada por tencas fugaces. Y así hasta la meseta elevada, desde donde cada valle luce distintos tonos de verde, azul y amarillo. Se distingue el cerro Orolonco y su cima plana, además de un aguilucho que sobrevuela las montañas nevadas. Basta hora y media de cabalgata para disfrutar de toda esta belleza. Habíamos llegado a Termas de Jahuel el día anterior. Desde el camino, a ratos el hotel parece, a lo lejos, un secreto entre montes. Pero claro, este no es un secreto. Se trata ya de un clásico del turismo nacional, que siempre sabe renovarse. Apenas llegado a la recepción, con el check in listo, subimos a un carrito de golf y partimos en un inesperado paseo por las estrechas veredas empedradas del hotel. Por doquier hay jardines con olivos, naranjos y limoneros, mientras las flores brotan como arcos naturales que adornan el recorrido. Luego de dejar las maletas en la habitación, seguimos el paseo sobre un carrito de golf hasta la Pajarera, donde hay pavos reales, canarios y gallinas. “Este hotel tiene 500 hectáreas que se pueden recorrer caminando, a caballo o en este tipo de vehículo”, nos decía el conductor mientras seguimos por el sendero de trekking que conduce a una gruta. Alrededor nuestro podíamos observar picaflores, águilas, zorzales, chincoles... y hasta un zorro. Para el conductor, como aquí no hay perros ni intervenciones artificiales, el resultado está a la vista. El circuito sirvió para orientarnos en terreno. De vuelta al hotel mismo, partí a la fuente La Mona, una de las cuatro vertientes de agua termal de Jahuel, y luego caminé por el Bosque del Silencio, un sendero flanqueado por árboles centenarios. Relativamente cerca hay canchas de tenis, de pádel, un club infantil, quincho y una enorme piscina al aire libre. Lo que parecía excusa suficiente para disfrutar del mayor atractivo del lugar: la piscina techada. Aunque la infraestructura de Jahuel es más bien amplia, todo transmite una sensación de intimidad, como si cada rincón estuviera diseñado para una atención personalizada. Acto seguido, llegué al gran salón climatizado donde se encuentran las dos piscinas techadas. Sus aguas termales están a 32 y 40 grados Celsius, y no hay más que decir que meterse en cualquiera. Una brazada, dos... y floto. Prácticamente sola, puedo moverme lentamente hasta que, mucho rato después, decido cambiar de temperatura y probar la segunda, una piscina de hidromasaje más caliente y pequeña. Ahora sí, me siento, cierro los ojos y me dejo llevar por el calor y los chorros burbujeantes. Sería muy fácil quedarse dormida. Las propiedades que tienen estas aguas, ubicadas a 1.180 metros sobre el nivel del mar, se conocen hace mucho tiempo.
Según Rolando Romero, gerente de Jahuel, fue el mismo Charles Darwin quien documentó en 1834 la belleza de este sector: “Registró más de 50 tipos de aves, 40 de flores, y se sorprendió con las fuentes termales de aquel entonces”. Estas aguas, añadió, son especiales pues provienen de deshielos milenarios, algo que dice habría sido confirmado por un estudio en el sector hecho por la Universidad de Santiago. “Estas termas son mágicas porque el agua emana hacia arriba por la presión subterránea. Además, el origen subterráneo de estas aguas cálidas aporta propiedades distintas a las volcánicas. Por ejemplo, aquí tenemos fuentes termales altas en magnesio, que relaja los músculos, y en cobre, que tiene funciones antibacterianas”. Luego de 113 años, el hotel sigue en transformación permanente. Se reinventa con actividades para diferentes edades, como exploraciones, retiros de spa, rutas de trekking naturalista o programas para la tercera edad. “Somos un sitio para volver. Tenemos visitantes de 90 años que venían cuando eran niños y creemos que eso es un valor. Enaltecemos nuestro pasado, pero con la mirada puesta en el futuro”, dice Romero. D MÁS INFORMACIÓN: En la web Jahuel. cl RELAJO, VIDA SILVESTRE Y UN HOTEL CINCO ESTRELLAS. Y AGUAS, CLARO. AGUAS TERMALES A VARIAS TEMPERATURAS. JAHUEL ES UN CLÁSICO POR DONDE ALGUNA VEZ PASÓ DARWIN, Y QUE SABE RENOVARSE Y PREPARAR NUEVAS ACTIVIDADES PARA SUS VISITANTES HABITUALES Y LOS QUE LLEGAN POR PRIMERA VEZ. POR Marcela Saavedra Araya. DIARIO DE VIAJES. Comenzó a funcionar en 1912. ¿Recomendación? La torta Jahuel. Panorámica desde la gruta de Jahuel. Panorámica desde la gruta de Jahuel.