La batalla por internet en Cuba: la resistencia civil frente al "apartheid digital" del régimen
La batalla por internet en Cuba: la resistencia civil frente al "apartheid digital" del régimen L os cubanos viven entre largas horas de apagones diarios y una grave escasez de alimentos e insumos básicos, pero pocas cosas los han irritado tanto últimamente como la decisión del régimen de Miguel Díaz-Canel de aumentar bruscamente el precio de los planes de datos de celulares para internet.
La medida se explica principalmente por motivos económicos, pero existe preocupación de que se restrinja severamente su acceso y se refuerce el "apartheid digital" de la isla, en una era en la que las redes sociales se han convertido en una vía de escape de la crisis para los ciudadanos y una nueva generación de periodistas independientes, artistas contestatarios e influencers cubanos desafían en la web el relato oficial del castrismo. La empresa estatal Etecsa, que tiene el monopolio de las telecomunicaciones en Cuba, implementó a fines del mes pasado lo que se denominó un "tarifazo" en los paquetes de internet móvil.
El plan inicial cuesta 360 pesos cubanos (unos US$ 15 al cambio oficial), que da acceso a 6 GB de datos mensuales, pero esto se considera insuficiente para el uso cotidiano --que en Cuba se estima en unos 10 GB--, y quien necesite recargar más datos deberá pagar otros 3.360 pesos (unos US$ 150) para obtener 3 GB adicionales o 11.760 (US$ 489) por 15 GB más.
Se trata de precios prohibitivos en un país donde el salario mínimo es de solo 2.100 pesos cubanos (US$ 87) y el sueldo medio es de 5.700 pesos (US$ 237), y ha sido visto como una manera encubierta de dolarizar el servicio, ya que la única alternativa son planes en otras divisas... que suelen pagar familiares desde el extranjero. "El malestar que esta medida iba a generar en la sociedad era evidente. Si ellos avanzaron aun cuando sabían que la reforma era impopular, quiere decir que no tenían otra alternativa.
O es eso, o es el colapso de las telecomunicaciones, como también está colapsado el sistema eléctrico", comenta el activista y disidente político Eduardo Clavel, quien señala que Etecsa es una de las pocas empresas rentables del Estado, pero sus ganancias no han sido reinvertidas y ahora el Estado necesita más dólares. "El régimen ha derivado en un Estado mafioso y extorsionador. Los cubanos de la isla son utilizados como rehenes, a los que el emigrante tiene que proveer no solo de internet, sino de comida, medicamento, ropa y artículos de primera necesidad.
Todos pagados en dólares y ofrecidos por agencias y empresas vinculadas al régimen", explica. "Desplome inminente" del sistema En medio de un fuerte malestar, que se expresó inicialmente con memes y furiosos mensajes en redes sociales, fueron los estudiantes quienes alzaron la voz.
Algunas de las principales universidades del país, como la de La Habana, han realizado inusuales huelgas y manifestaciones, las que recordaron que décadas atrás la universidad cubana estuvo a la vanguardia de las protestas prerrevolucionarias contra la dictadura de Fulgencio Batista. El régimen de Díaz-Canel intentó aplacar las manifestaciones ofreciendo un paquete especial de datos extra para universitarios, pero la solución se ha quedado corta para el resto de la población. El mandatario culpó a EE.UU., y defendió las nuevas tarifas para evitar el "colapso tecnológico" y el "desplome inminente" del sistema de telecomunicaciones.
Por su parte, la presidenta de Etecsa, Tania Velázquez, advirtió sobre una "situación extremadamente crítica" y un posible "fallo generalizado" del servicio frente a la falta de divisas y la dificultad para renovar la infraestructura, advirtiendo, por ejemplo, de los US$ 380 que cuesta cada poste en Cuba. "El deterioro de la infraestructura es real, como también lo es el deficiente manejo de los millonarios ingresos en dólares que por años ha tenido la empresa de telecomunicaciones", dice el economista Ricardo Torres, exinvestigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana y profesor en la American University de Washington. "Es una continuación del proceso de dolarización parcial que se viene consolidando en la isla, y que el gobierno justifica ante la falta de divisas. Sin embargo, el problema de fondo es una economía que tiene que sobrevivir a partir los dólares que envían los emigrados. En lugar de adoptar medidas estructurales para atender el colapso económico, se mantiene el enfoque de captar divisas por cualquier vía. Etecsa es el instrumento", agrega. Fin del cerco a la información Para los cubanos, las repercusiones van mucho más allá.
Internet nunca ha estado al alcance de todos en el país, pero desde 2015 el gobierno comenzó a instalar zonas wifi en parques y zonas públicas donde la gente se conectaba de manera defectuosa, y en 2018 llegó el internet por redes móviles para el público general, lo que amplificó su uso.
Actualmente hay unos 7,3 millones de cubanos conectados; si bien la conexión sigue siendo inestable, en algunas zonas del interior se sigue usando la muy lenta frecuencia 2G y es común que los usuarios recurran al ingenio para mejorar la señal --con antenas artesanales de bambú, aluminio y cables--, el acceso a la web rompió con el monopolio oficial de la información.
Y actualmente las redes sociales se han convertido en pieza central para reportar apagones, denunciar actos de represión o para organizar actos como las masivas protestas del 11 de julio de 2021. "Internet se ha convertido en uno de los grandes problemas del régimen para su control totalitario, porque se ha roto el cerco y el poder hegemónico que tenían sobre la información", señala el periodista José Raúl Gallego, investigador de Proyecto Inventario, quien señala que "una forma de limitar el acceso a la información es subir los precios de internet a un monto que sea impagable, de manera tal que tengan que dosificar mucho más su uso y dedicarlo a comunicarse con su familia, y usen menos tiempo para consumir contenidos de tipo político, por ejemplo". Según Gallego, el "tarifazo" es una forma de "profundizar el apartheid digital que ya existía" en Cuba, con medidas como la restricción de ciertos sitios web o medidas como el decreto ley 35 que reguló las comunicaciones "en defensa de la Revolución" y que permite el corte total de la conexión de la isla. "Internet se ha convertido en el principal catalizador social de la protesta y de la inconformidad ciudadana y del ejercicio de derechos en la última década. No hay algo que haya tenido una influencia tan decisiva en el despertar que ha tenido la sociedad cubana como ha sido la conexión a internet. Y eso el régimen lo sabe", afirma el investigador.
El activista Eduardo Clavel afirma que el régimen de DíazCanel ya ha demostrado que "tiene la capacidad de desconectar al país en muy poco tiempo", como lo hicieron tras las manifestaciones del 11-J, lo que les da una ventaja, pero las protestas universitarias también demostraron que hay una nueva generación digitalizada y empoderada que no logra controlar. "El régimen es consciente de que la batalla en las redes está perdida. Hay un contraste demasiado profundo entre el relato de los voceros oficialistas y la realidad. La verdad se impone y contra eso no pueden luchar.
Es por eso que ahora acuden a lo único que les queda para sostenerse en el poder: la amenaza, el miedo y la represión". Redes sociales se han convertido en el principal catalizador del descontento social en la isla La batalla por internet en Cuba: la resistencia civil frente al "apartheid digital" del régimen JEAN PALOU EGOAGUIRRE El fuerte aumento de las tarifas de los planes de datos de celulares ha provocado una inédita protesta de universitarios. EL INTERNET MÓVIL es una de las principales formas de comunicación de los cubanos y hoy hay unos 7,3 millones conectados. FRANCE PRESSE LIMITACIÓN Expertos ven en el "tarifazo" un intento de limitar a los cubanos el acceso a la información.. -